Gil anuncia una bajada del 30% en el precio del agua en un pleno lleno de enfrentamientos
La presencia de Jesús Gil en un pleno municipal -el segundo al que ha asistido en los últimos tres a?os- provocó incidentes en la sala, donde se enfrentaron los vecinos de Marbella que defienden su gestión a los que la censuran. Gil, que preparó su comparecencia para anunciar la bajada de más de un 30% en el precio del agua, expulsó de la sala a un asistente que le reclamaba el pago de cerca de un millón de pesetas y terminó el pleno sin la mayor parte de la oposición, que abandonó la sesión alegando que el alcalde no les dejaba hablar en su turno.
En el pleno marbellí se escucharon ayer diálogos como éste que mantuvieron Jesús Gil y la portavoz socialista, Isabel García Marcos: -"Al grano o la echo a usted, un minuto", dijo Gil. -"?cheme a mí y se queda usted como lo que es, un fascista", replicó García Marcos. -"Para mí, usted es una pobre enferma, que está obsesionada con la denuncia de cada día", contraatacó Gil. El alcalde había convocado la sesión para comunicar la "gran noticia" de que bajaba en parte la tarifa del agua, que durante sus siete a?os de gobierno ha crecido en más de un 300%. Aprovechó la imposición legal de convertir el precio público del agua en una tasa -que supone no aplicar beneficios a la tarifa- para excluir de los recibos de los usuarios la cuota para saldar más de 2.000 millones de pesetas que el Ayuntamiento adeuda a la empresa concesionaria, Aquagest. La deuda -proveniente de un canon que pagó la concesionaria para hacerse cargo del servicio, de impagos de una suministradora de agua que Gil municipalizó y de la construcción de pozos durante la sequía- se incluirá en los próximos presupuestos. El alcalde advirtió de que la ruptura de las negociaciones con la concesionaria -que se opone a la reducción de la tarifa del agua- terminará en un pleito, algo que no le asusta: "A Jesús Gil no hay nadie que lo compre o le haga callar". Fue su propio gobierno municipal el que adjudicó el servicio de agua a la empresa privada, que en los últimos siete a?os ha acordado cuatro aumentos en el precio del agua. PSOE e IU acusaron a Gil de "hacer electoralismo con la bajada de la tarifa". García Marcos entiende que la decisión del gobierno local es "el reconocimiento de que el Ayuntamiento estaba permitiendo el cobro del agua por encima de su coste". El PP reprochó al alcalde que el cambio de precio público a tasa no se realizara antes, ya que esto impedirá su aplicación a partir del 1 de enero, ya que la ley obliga a someter a exposición pública durante un mes las nuevas tarifas. 2.000 millones de deuda Gil insistió en que la tasa no permite cobrar este servicio por encima de su coste y cifró la reducción en un 55% para algunos tramos. "Si esto es demagogia, que venga Dios y lo vea; si hubiese podido hacerlo antes lo habría hecho", afirmó. El alcalde se?aló que la deuda con Aquagest (que supera los 2.000 millones) se saldará como se saldó la del servicio de basura, cuya cancelación costó al Ayuntamiento unos 7.000 millones y que se pagó con suelo municipal. Pero García Marcos le recordó que estaba rebajando en un 30% la tarifa cuando en los últimos a?os se aumentó el agua en un 330%. "Usted cambió de tasa a precio público para imponer un coste que no correspondía y que los vecinos, a los que ha esquilmado durante siete a?os, le pagaron", denunció la portavoz socialista. El edil del PP José Figueroa acusó al alcalde de modificar los precios basándose en un informe de estimación de Aquagest de 1997 y que los beneficios para la empresa se mantienen en 46 millones de pesetas. El alcalde arremetió contra su ex concejal, Carlos Fernández, ahora en el Grupo Mixto, al que le dijo: "Ladrón, que te tuve que echar porque os habéis robado la pasta [sic]". Fernández le respondió ense?ando una fotografía de Gil esposado en 1969, cuando fue juzgado por el derrumbamiento del edificio de Los ?ngeles de San Rafael (Segovia). "Yo no soy delincuente, tú sí, vas de víctima y te refugias en cinco palmeros, pero los problemas con la justicia los tienes tú, no Marbella", insistió Fernández. El pleno se saldó con el abandono de los ediles del PSOE, IU y Grupo Mixto por ver limitadas sus intervenciones y con la expulsión de dos personas, una de las cuales le reclamó al alcalde el pago de 975.000 pesetas por su trabajo en una campa?a electoral del GIL. "No te voy a pagar nada, ya te pagué demasiado", respondió Gil antes de ordenar su expulsión.
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