El director de la prisi¨®n de Tejas se declara "aliviado" por la muerte del preso fugado

, Cientos de polic¨ªas fracasaron en su intento de capturar "vivo o muerto" a Martin Gurule, el preso de 29 a?os que se fug¨® el viernes de la semana pasada de una prisi¨®n de Tejas en la que esperaba la fecha de su ejecuci¨®n. El cuerpo de Gurule apareci¨® flotando en un r¨ªo a apenas seis kil¨®metros de la prisi¨®n de Huntsville, de la que se escap¨® junto a varios compa?eros que ya hab¨ªan sido capturados. El director del centro penitenciario, Gary Johnson, no dud¨® en afirmar que la noticia de la muerte de Gurule le produc¨ªa "alivio".

Fueron dos pescadores los que hallaron de manera fortuita el cad¨¢ver del recluso, que posiblemente muri¨® ahogado el mismo d¨ªa de la fuga. El cad¨¢ver de Gurule estaba tan hinchado "que fue dif¨ªcil meterlo en la bolsa forense", dijo el portavoz de la prisi¨®n de Huntsville, Larry Fitzgerald. Seg¨²n Johnson, el preso fugado "supon¨ªa un riesgo p¨²blico potencial, y ahora ese riesgo ya no existe". Los responsables de la operaci¨®n de b¨²squeda ya advirtieron hace unos d¨ªas que su misi¨®n era capturar a Gurule "vivo o muerto", y que les era indiferente en cu¨¢l de esas dos formas el recluso regresaba a la prisi¨®n.Martin Gurule hab¨ªa escapado una semana antes del corredor de la muerte en el que esperaba su fecha de ejecuci¨®n. ?l y otros seis compa?eros de prisi¨®n cortaron una alambrada del patio y se escondieron en el tejado de uno de los edificios del centro. Antes hab¨ªan dejado las almohadas metidas dentro de las camas de sus celdas para simular que estaban durmiendo.

En la medianoche del jueves al viernes -aprovechando que hab¨ªa habido una cena especial por ser el D¨ªa de Acci¨®n de Gracias-, los siete reclusos atravesaron una explanada camino de las verjas que separan la prisi¨®n del bosque que la rodea. En esa carrera fueron detectados desde los puestos de vig¨ªa de la prisi¨®n; los guardas comenzaron a disparar y de inmediato seis reclusos se rindieron. Gurule, sin embargo, sigui¨® corriendo y consigui¨® saltar al exterior por encima de las verjas de alambre. Su cad¨¢ver todav¨ªa ten¨ªa atados unos cartones que us¨® para proteger el pecho y la espalda de los pinchos de las alambradas. Aun as¨ª, la polic¨ªa ha asegurado que el cuerpo del recluso estaba manchado de sangre; todav¨ªa no se ha confirmado si la sangre pertenece a las heridas de la fuga o si Gurule recibi¨® alg¨²n impacto de bala en el momento de su escapada.

Varios centenares de polic¨ªas y decenas de perros hab¨ªan buscado sin ¨¦xito al fugado; el bosque que rodea la c¨¢rcel est¨¢ plagado de serpientes. El cad¨¢ver de Gurule apareci¨® a ¨²ltima hora del jueves flotando en el r¨ªo Trinity, en el que dos guardas pescaban en su d¨ªa libre. Las huellas dactilares confirmaron que se trataba del preso fugado.

La prisi¨®n de Ellis, en la que Gurule estaba recluido, est¨¢ situada a 20 kil¨®metros de la ciudad tejana de Huntsville. Entre los 2.300 reclusos confinados en Ellis, se encuentran los 453 condenados a muerte que esperan fecha de ejecuci¨®n en el Estado de Tejas. Hay que remontarse a 1934 para encontrar una fuga como la de Gurule. En aquella ocasi¨®n fue un miembro de la banda de Bonnie y Clyde el que logr¨® fugarse del corredor de la muerte en Tejas.

Gurule hab¨ªa sido condenado a la pena de muerte en 1992 por un doble asesinato. Entr¨® armado a robar en un restaurante de la ciudad de Corpus Christi y mat¨® al due?o y a un cocinero. Todav¨ªa esperaba una fecha para su ejecuci¨®n.