Un d¨ªa de clase en Durango

"Sua, sua (fuego, fuego". El grito de alarma de una ni?a de ocho a?os a las amigas que se quedaban unos pasos atr¨¢s no avisaba de un incendio en plena Feria del Libro y el Disco Vascos de Durango. No hab¨ªa peligro alguno; las llamas eran un golpe de efecto de los diablos de los Titiriteros de Sebastopol, el grupo de teatro de calle que animaba ayer la primera jornada de la feria, dedicada a los escolares. Con los pasillos llenos de chavales, los puestos a rebosar de mercanc¨ªa y los titiriteros recorriendo los pasillos, la feria era ayer toda una fiesta. Desde el colegio de los Maristas de Bilbao llegaron varios autobuses con alumnos de Primaria. El plan era completo, incluidos los bocadillos para la comida, igual que en un d¨ªa de excursi¨®n. "Venir a Durango es mejor que quedarse en clase, pero tenemos que hacer una encuesta, que vale para nota", dec¨ªa Leyre, de sexto curso, entre pregunta y pregunta a los vendedores para acabar de rellenar su cuestionario. Leyre y sus amigas disfrutaron en la feria, miraron todo, se rieron y hablaron sin parar. Les gustan los libros, pero lo que de verdad les vuelve locas es la m¨²sica. Para estar a la altura del ambiente de Durango, la cumbre de la literatura y la m¨²sica vasca de cada a?o, coincidieron en que Maixa ta Ixiar son mucho mejores que "los grupos que meten mucho ruido", aunque les cambie la cara cuando hablan de los Backstreet Boys. Los m¨¢s peque?os no alcanzaban ni a ver los libros expuestos. Los ni?os de tres a?os de la escuela de Mallabia, por ejemplo, iban bien cogiditos de la mano, formando un cord¨®n tan seguro para no perderse que no dejaban pasar a nadie. Rosa, la profesora que acompa?aba a los mayores, ni?os y ni?as de cinco a?os, explic¨® que les llevan "s¨®lo a ver". Sentados en el suelo en un rinc¨®n, un grupo de chavales preparaba sus ejercicios sobre la feria, con las bolsas repletas de carteles, calendarios y marcap¨¢ginas, lo que pod¨ªan conseguir de regalo en la feria y alguna compra, como 101 dalmata. "Tendr¨ªa que haber un sitio donde poder trabajar, como una clase peque?a", ped¨ªan. Aunque no todos estaban contentos, la feria ha mejorado considerablemente desde que se cobija bajo una carpa y tiene el suelo de madera. Este a?o pueden hasta presumir de calefacci¨®n y cuenta con una taberna donde los visitantes pueden reponen fuerzas. En una mesa de esa taberna charlaba ayer un grupo de segundo de Secundaria del instituto de Balmaseda. Hab¨ªan llegado dispuestos a comprar, pero los precios les disuadieron. "Aqu¨ª est¨¢n m¨¢s caros que en Zalla", aseguraban. La feria empieza a aburrirles. "Siempre es lo mismo. Y este a?o ni se oye la m¨²sica", dec¨ªa Gorka, de 17 a?os."Lo mejor es que oimos hablar en euskera, cosa que no pasa en Las Encartaciones". Un gran cartel de Bambulo, el perro creado por Bernardo Atxaga y Mikel Valverde, se?alaba el lugar donde se vend¨ªan sus libros. A pocos metros, se apilaban decenas de ejemplares de las aventuras del capit¨¢n Alatriste, de Arturo P¨¦rez-Reverte. Los pron¨®sticos aseguran son las obras que conquistar¨¢n al p¨²blico joven. Ayer, sin embargo, ni libros ni discos consiguieron desbancar a los ordenadores. Un mont¨®n de chicos y chicas hac¨ªan cola en la sala dedicada a las publicaciones en CD-Rom para navegar por Internet.