La nueva y atrevida versi¨®n de 'Psicosis' defrauda a la cr¨ªtica de cine en EE UU
Norman Bates se masturba mientras esp¨ªa a Marion Crane y ve im¨¢genes surrealistas mientras la mata a ella y al detective Arbogast. ?stos son los mayores atrevimientos que comete Gus van Sant en su nueva versi¨®n de Psicosis, sin contar el mayor atrevimiento de todos, que es, para empezar, el de haber acometido este ins¨®lito proyecto. Con el benepl¨¢cito de los herederos de Alfred Hitchcock, que de momento no han protestado, el pasado viernes se estren¨® en Estados Unidos la nueva Psicosis, que no es exactamente un remake, sino un nuevo rodaje del mismo gui¨®n (escrito por Joseph Stefano seg¨²n la novela de Robert Bloch).Pero a la cr¨ªtica no le ha gustado el experimento y la taquilla ha sido templada. "La revisi¨®n de Psicosis es tan apetecible como una ducha de agua fr¨ªa", titula Variety. Su cr¨ªtica afirma que Van Sant ha adoptado un enfoque de arte pop, intelectual y experimental para realizar esta versi¨®n, y que s¨®lo por eso no se le puede acusar directamente de ser un mercenario. Su recaudaci¨®n se ha quedado en 10,5 millones de d¨®lares el primer fin de semana, por detr¨¢s de la pel¨ªcula de dibujos animados A bug"s life.
"La pel¨ªcula es un experimento de valor incalculable en la teor¨ªa del cine", escribe Roger Ebert en el Chicago Sun-Times, "porque demuestra que un remake plano a plano no sirve para nada: el genio reside entre un plano y otro, o por debajo de ellos, o en una qu¨ªmica que no se puede contabilizar". Un comentario menos duro es el de The New York Times: "Van Sant no es Hitchcock, pero tampoco est¨¢ loco", escribe Janet Maslin. "Su pel¨ªcula es un remake atractivo y con mucho arte, que revitaliza aquellos aspectos de la pel¨ªcula original que sigue m¨¢s al pie de la letra, pero que pocas veces sigue seriamente o con inter¨¦s alg¨²n otro camino".
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