Un poblado arrollado por la M-50

La M-50 se va a tragar el poblado chabolista de Los Yelmos, en Boadilla del Monte. Con el avance de la radial, en el tramo comprendido entre Las Rozas y Fuenlabrada, los chamizos donde malviven los inmigrantes tienen sus d¨ªas contados. El Ministerio de Medio Ambiente public¨® el pasado lunes la declaraci¨®n de impacto ambiental (normas que debe cumplir el Ministerio de Fomento para ejecutar la obra de la carretera). En ese documento recordaba que el trazado afecta al poblado chabolista ocupado por magreb¨ªes, "por lo que se deber¨¢ proceder a su traslado".El n¨²cleo de Los Yelmos surgi¨® hace una d¨¦cada en torno a un arroyo de aguas no potables que los marroqu¨ªes consumen a diario. Hace dos a?os, el poblado de Los Yelmos era el mayor de la regi¨®n, seg¨²n un informe elaborado por los t¨¦cnicos de la Consejer¨ªa de Sanidad y Servicios Sociales. Lleg¨® a servir como residencia a unos 400 inmigrantes marroqu¨ªes varones. Los hab¨ªa de todas las edades, desde hombres de 72 a?os hasta ni?os de apenas 12, que fueron escolarizados.

La cifra de inmigrantes se ha quedado reducida ahora a un centenar de personas. En pie s¨®lo quedan 50 chabolas, encerradas entre dos nuevas urbanizaciones que crecen junto a la lujosa zona de chal¨¦s de El Bosque, en la carretera de Boadilla del Monte a Brunete.

Los inmigrantes propietarios de los chamizos encajaron ayer la noticia del desalojo que viene con resignaci¨®n. "Ya lo sab¨ªamos", dijo Hamed. "Hace mucho tiempo que nos comentaron que por aqu¨ª iba a pasar una carretera grande. El problema es que no nos dan ayudas para irnos", se lamenta. "Queremos casas y pisos donde irnos, pero que nos los den aqu¨ª, en Boadilla, y no en Madrid", se quejaba otro de los damnificados por la futura M-50.

Ultim¨¢tum

Nadie, sin embargo, les ha dado un ultim¨¢tum para que abandonen los chamizos, que carecen de agua y luz. "Que viene la carretera, pues bueno", balbucea Asid. "No es la primera vez que nos dicen que nos tenemos que marchar, y aqu¨ª nos tienen. Podr¨¢n con uno o con dos, pero no con cincuenta", amenaza.Algunos inmigrantes resistir¨¢n hasta el final. "A m¨ª, que me tiren las m¨¢quinas la casa, porque, si no, yo no me muevo", asegura otro que prefiere el anonimato. "Es que yo no tengo papeles, ?sabes?", a?ade. "Este terreno vale mucho para ellos, pues que paguen por ello, porque esas carreteras valen mucho", apunta otro de los moradores.

Mohamed es el abuelo del poblado, al que lleg¨® hace 13 a?os. Ahora tiene 69. "D¨®nde voy a ir yo si nos tiran esto. Yo no puedo ir a Marruecos, porque all¨ª no tengo trabajo. Aqu¨ª vengo a dormir los fines de semana y d¨ªas de fiesta, porque el resto de la semana trabajo de jardinero en una casa a cambio de 80.000 pesetas".

Los chabolistas acusan a los responsables pol¨ªticos de forzar el desmantelamiento del poblado porque son un estorbo. Aseguran que los responsables municipales desarrollan una estrategia m¨¢s oscura. "Nos han dejado sin agua desde hace meses. No pasan a limpiar la basura para que se llene esto de mierda. Lo que quieren es echarnos de aqu¨ª, pero no lo van a conseguir ni con la carretera".

El Ayuntamiento de Boadilla, gobernado por el Partido Popular, mantiene que elabor¨® un plan de realojamiento que hasta el pasado mes de agosto hab¨ªa proporcionado una vivienda digna en 27 pisos a cerca de un centenar de chabolistas.

El poblado, que se incendi¨® en febrero de 1997, era un punto de referencia conocido hasta en Marruecos para los africanos que ven¨ªan a Espa?a en busca de prosperidad. Pero muchos de los que llegaron a Boadilla del Monte vieron sus sue?os truncados.

Cada ma?ana, los inmigrantes se apostan en una plaza de la localidad de Boadilla a la espera de que un constructor les recoja en su coche para emplearles sin seguro y como mano de obra barata y temporal. Tambi¨¦n trabajan en el sector de la jardiner¨ªa o en la hosteler¨ªa.

El gobierno municipal de Boadilla del Monte asegura que ha realojado a un centenar de marroqu¨ªes en pisos del suroeste de Madrid. En el pasado mes de mayo hab¨ªa facilitado vivienda a 71 inmigrantes, que pagan una media de 15.000 pesetas de alquiler por persona. En cada una de las viviendas de realojo conviven entre tres y cuatro inquilinos.