Una muerte in¨²til

Hay un punto de "no retorno" en la huelga de hambre, la peculiar forma de suicidio que ha elegido Barry Horne, y este activista en favor de los animales ya lo ha cruzado. (...) En los ¨²ltimos a?os, la opini¨®n p¨²blica se ha movido. Cada vez hay menos tolerancia con el sufrimiento de los animales cuando no implica directamente la mejora de la condici¨®n humana. Este ha sido un proceso civilizado, pero que podr¨ªa pararse o dar un giro si la pol¨ªtica en lo referente a animales empezara a ser vista como un terreno particular por las autoridades, los fundamentalistas y los chantajeadores. Las acciones de Horne han incitado ya amenazas de violencia contra laboratorios y cient¨ªficos. (...) Dicen que si Horne muriera, ser¨ªa el primer m¨¢rtir del fracaso laborista. (...) El partido, sin embargo, no adquiri¨® un compromiso formal: en los apuntes para los candidatos fue mencionada una comisi¨®n dedicada a experimentos con animales. "a largo plazo". (...) Dicha petici¨®n podr¨ªa, bien es verdad, plantearse, pero el hecho de que no exista no justifica a Horne, especialmente cuando el Ministerio del Interior ya ha pedido consejo a un comit¨¦ independiente. (...) Horne est¨¢ en la c¨¢rcel por una seria infracci¨®n de la ley. Si las bombas que puso en Bristol hace dos a?os hubieran explotado, se habr¨ªan perdido vidas humanas. Tiene derecho a continuar su campa?a de presi¨®n detr¨¢s de los barrotes. Pero el p¨²blico mantiene un fuerte sentido de la proporci¨®n. Hacer da?o al ser humano por aliviar el sufrimiento animal (...) se ve claramente como un extremo.

8 de diciembre