La soberbia intelectual de Sidney Brenner
El mayor empuj¨®n a la gen¨¦tica desde que fue creada por Mendel lo dieron, en 1952, el brit¨¢nico Francis Crick y el estadounidense James Watson al descubrir la estructura f¨ªsica de los genes: la c¨¦lebre doble h¨¦lice del ADN. Diez a?os despu¨¦s, Crick y su nuevo brazo derecho, el surafricano Sidney Brenner, decidieron que todos los problemas fundamentales de la herencia y la biolog¨ªa molecular hab¨ªan sido ya resueltos. Pusieron el punto de mira en un problema mucho m¨¢s complejo: c¨®mo los genes dise?an a los animales.La soberbia intelectual de Brenner -el ¨²nico genio fundador de la biolog¨ªa molecular que no ha recibido un premio Nobel- queda bien patente en una carta que dirigi¨® al director de su centro de investigaci¨®n el 5 de junio de 1963: "La entrada de gran n¨²mero de americanos en el campo [de la biolog¨ªa molecular] asegura que los detalles qu¨ªmicos ser¨¢n elucidados". Brenner y Crick ya hab¨ªan establecido las l¨ªneas maestras, y dejaban as¨ª "los detalles qu¨ªmicos" (es decir, casi todo el trabajo duro) a "los americanos", que ten¨ªan tiempo y dinero para esas cosas.
En la misma carta de 1963, Brenner propon¨ªa por primera vez a su director una estrategia original para abordar el problema intratable de la gen¨¦tica del desarrollo animal. El cient¨ªfico hablaba de "microbiologizar" ese campo de estudio. Es decir, de encontrar un sistema animal que pudiera manejarse en el laboratorio como si fuera una bacteria o un virus. En octubre de ese mismo a?o ya lo hab¨ªa encontrado: Caenorhabditis, un organismo que nadie hab¨ªa usado nunca para la investigaci¨®n, y que, efectivamente, puede cultivarse en el laboratorio en placas como si fuera una bacteria.
Exactamente 35 a?os despu¨¦s, el gusano de Brenner ha entregado todos sus secretos gen¨¦ticos a los investigadores. El impulso intelectual del brit¨¢nico de origen surafricano ha resultado crucial durante todos estos a?os.
Pero la historia no ha terminado. El genoma completo de Caenorhabditis es en cierto modo un punto de partida que acelerar¨¢ enormemente el trabajo en ese animal, y tambi¨¦n en los humanos, durante los pr¨®ximos a?os. Todav¨ªa har¨¢n falta muchos americanos que se ocupen de pulir los detalles qu¨ªmicos del asunto.
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