Calpe se divide entre los partidarios de proteger los Ba?os de la Reina y los que quieren urbanizar
Las ruinas del Calpe que construyeron los romanos en el siglo V despu¨¦s de Cristo se enfrentan al Calpe residencial que sue?an los constructores a finales del XX. Los restos arqueol¨®gicos de Los Ba?os de la Reina, en primera l¨ªnea de playa, paralizan desde hace m¨¢s de 10 a?os el desarrollo urban¨ªstico de la zona. Mientras la Generalitat, el Ayuntamiento y los due?os del suelo estudian el modo de combinar la preservaci¨®n de los vestigios con la construcci¨®n de dos bloques de apartamentos, el PSPV, en la oposici¨®n, recoge firmas para preservar la zona en su estado actual.
El primer plan urban¨ªstico que afectaba a la zona se redact¨® en 1976, y no especificaba ning¨²n tipo de protecci¨®n para el yacimiento. No lleg¨® a desarrollarse y, ante la desidia municipal, la Consejer¨ªa de Obras P¨²blicas redact¨® un nuevo proyecto en 1989. Esta vez se inclu¨ªa una resoluci¨®n de la Direcci¨®n General de Patrimonio Cultural que declaraba de especial protecci¨®n la zona arqueol¨®gica y desplazaba los solares edificables 40 metros atr¨¢s respecto a la l¨ªnea del paseo mar¨ªtimo. Las modificaciones al planeamiento inicial permit¨ªan combinar la construcci¨®n de los edificios con la conservaci¨®n de los restos romanos, pero causaban un perjuicio a los constructores por la devaluaci¨®n que sufrir¨ªan sus apartamentos, al estar m¨¢s alejados de la playa. Adem¨¢s, al ser consideradas las excavaciones arqueol¨®gicas como zona verde, esta franja tuvo que ser cedida obligatoria y gratuitamente al Ayuntamiento. Se ofreci¨® a Morell¨®, SL, mercantil due?a del suelo, una serie de contraprestaciones para compensar los perjuicios. Pero este nuevo plan tampoco se desarroll¨®, ya que en el periodo de alegaciones, en octubre de 1997, Patrimonio emiti¨® un informe en el que la directora general, Carmen P¨¦rez, se?alaba que los solares que deb¨ªan ser protegidos no eran los m¨¢s cercanos al paseo mar¨ªtimo, sino aquellos sobre los que se planeaba edificar. All¨ª se encontraba el cuerpo central de una domus que, "por su complejidad arquitect¨®nica y la riqueza de sus acabados" constituye el yacimiento no urbano de la ¨¦poca romana m¨¢s importante de la Comunidad, detalla el informe. Las alegaciones desembocaron en la redacci¨®n de un tercer plan y en un convenio entre Generalitat, Ayuntamiento (en manos del PP) y propietarios que compromete a todos a buscar una salida consensuada. Con este nuevo planeamiento hay dos claros beneficiados: la domus, que incluye un mosaico y dos norias hidr¨¢ulicas que recog¨ªan agua de mar para elaborar sal, y los constructores, que vuelven a primera l¨ªnea de playa. Mientras, los socialistas llevan recogidas 3.000 firmas en una campa?a promovida para preservar ¨ªntegramente los restos, incluidos los de primera l¨ªnea de mar. El PSPV propone que los terrenos sean adquiridos por la Generalitat y el Ayuntamiento o se permuten por otros sin calificaci¨®n de zona arqueol¨®gica.
La "varita" de Carmen P¨¦rez
A la directora general de Patrimonio, Carmen P¨¦rez, le ha correspondido el papel de prestidigitadora, encargada de disimular con un golpe de varita los deslices que cometen los t¨¦cnicos de su propia consejer¨ªa. En los Ba?os de la Reina los t¨¦cnicos, en 1989, declaraban como zona arqueol¨®gica protegida el pedazo de tierra m¨¢s jugoso de unos solares a pie de playa. En 1997, P¨¦rez daba la vuelta a la tortilla para aseverar que no, que sus chicos se hab¨ªan equivocado, y que la zona que hab¨ªa que proteger era la que quedaba precisamente m¨¢s alejada del paseo mar¨ªtimo. En este caso podr¨ªa arg¨¹irse que el primer informe es anterior a la etapa del PP, pero son al menos dos las ocasiones en las que P¨¦rez ha tenido que tirar de varita para poner del rev¨¦s informes de su departamento. Cuando los opositores al Palacio de Congresos de Alicante en el Benacantil esgrimieron un informe de Patrimonio que dice que el edificio se da de tortas con el castillo de Santa B¨¢rbara, P¨¦rez hizo p¨²blico otro dictamen que contradec¨ªa el anterior. Lo mismo sucedi¨® con la plaza de Quijano de Alicante, remodelada sin permiso de Patrimonio. Tras una denuncia, P¨¦rez exigi¨® documentaci¨®n al Ayuntamiento, que hizo caso omiso. Meses despu¨¦s, P¨¦rez, varita en ristre, emiti¨® un documento favorable a las obras. Todo en orden.
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