Despedida de soltero con funeral

El tono l¨²dico de una despedida de soltero se transform¨® en una velada dram¨¢tica por circunstancias a¨²n no suficientemente aclaradas. El resultado fue un muerto y un herido. Jos¨¦ Manuel Rivado, de 25 a?os, falleci¨® a las 5.15 horas de la madrugada de ayer, apenas pocos segundos despu¨¦s de recibir dos pu?aladas en la discoteca Ibiza, de Almendralejo (Badajoz). Su cu?ado, Jos¨¦ Moreno U?az, de 25 a?os tambi¨¦n, result¨® herido en el pecho. El presunto agresor, Jos¨¦ Antonio Zamora Dom¨ªnguez, de 24 a?os, fue detenido horas despu¨¦s; eso s¨ª, antes hab¨ªa salido a cazar como cualquier domingo invernal. Jos¨¦ Manuel Rivado, natural de Almendralejo y residente en Palma de Mallorca, donde trabaja en una empresa familiar dedicada a la construcci¨®n, hab¨ªa regresado a su pueblo natal para asistir a la boda de su hermana. Con un grupo de amigos y familiares, entre los que se encontraba su cu?ado Jos¨¦ Moreno U?az, salieron a celebrar la despedida de soltero por distintos locales de la movida.El grupo se encontraba tomando unas copas en el pub La Reserva, cuando "un individuo entr¨® avasallando entre nosotros y se dirigi¨® a la barra", seg¨²n un amigo de la v¨ªctima. Se trataba, al parecer, de Jos¨¦ Antonio Zamora Dom¨ªnguez, un trabajador agr¨ªcola sin antecedentes delictivos y calificado ayer en Almendralejo como una persona normal. Ese primer roce pas¨® aparentemente inadvertido para la pandilla, que continu¨® la fiesta en la discoteca Ibiza.

Eran las 5.15 horas de la madrugada cuando se encendieron las luces para el cierre del local. En ese momento, seg¨²n algunos testimonios, Jos¨¦ Moreno U?az se dirigi¨® a Jos¨¦ Antonio Zamora Dom¨ªnguez para recriminarle su actuaci¨®n en La Reserva. Fue en ese instante cuando el joven sac¨® una navaja e hiri¨® en el pecho a su interlocutor: "Y ahora voy a por tu cu?ado", cuentan que dijo el presunto agresor, que localiz¨® en la barra a Jos¨¦ Manuel Rivado.

Tras aproximarse a ¨¦l, le asest¨® dos pu?aladas, una de ellas cerca del coraz¨®n. Jos¨¦ Manuel dio unos pasos y cay¨® bruscamente al suelo, extendi¨¦ndose alrededor de su cuerpo una gran mancha de sangre. Un empleado de la discoteca trat¨® de taponar con su mano la herida mientras algunos de los presentes avisaban a la Cruz Roja local.

Mientras tanto, el presunto agresor abandon¨® precipitadamente el local, siendo perseguido por un grupo de personas. En su huida penetr¨® en su veh¨ªculo, sensiblemente nervioso, lo arranc¨® y colision¨® con otro turismo.

Dentro del local, efectivos de Cruz Roja atendieron a los heridos, traslad¨¢ndolos al Centro de Salud de Almendralejo, donde Jos¨¦ Manuel Rivado ingres¨® ya cad¨¢ver. Su cu?ado fue atendido en la residencia del Insalud de M¨¦rida de una herida en el pecho, siendo dado de alta. Seg¨²n la versi¨®n que ayer circulaba por Almendralejo, Jos¨¦ Antonio Zamora acudi¨® a su domicilio, se duch¨® y, como tantos domingos, sali¨® con su escopeta al campo. Hacia las tres de la tarde fue detenido por agentes de la Polic¨ªa Nacional. Familiares y conocidos del presunto asesino comentaron que jam¨¢s pens¨® que el joven al que asest¨® dos pu?aladas estuviera muerto, de ah¨ª su actitud tras la agresi¨®n. Incluso algunas fuentes precisaron que, tras el primer incidente en La Reserva, acudi¨® a su domicilio a buscar la navaja, como temiendo que el grupo que participaba en la despedida de soltero "pudiera agredirle". El arma blanca con la que presumiblemente se produjo el apu?alamiento fue encontrada en un contenedor de basura.

A la misma hora en que en el estadio Francisco de la Hera, donde juega sus partidos el Extremadura, se guardaba un minuto de silencio por Aitor Zabaleta, el aficionado de la Real Sociedad que muri¨® apu?alado en v¨ªsperas del encuentro entre el equipo vasco y el Atl¨¦tico de Madrid, dos forenses realizaban la autopsia de Jos¨¦ Manuel Rivado, que hoy ser¨¢ enterrado en Almendralejo. Los funerales se celebrar¨¢n en la iglesia de San Jos¨¦. El suceso produjo consternaci¨®n en esta poblaci¨®n pacense, donde la mayor¨ªa de la poblaci¨®n conoc¨ªa a la v¨ªctima y a su presunto agresor. Nadie pod¨ªa comprender el incidente y todos calificaban a los j¨®venes implicados como "normales".