La guerra de Bagdad estall¨® en las pantallas de televisi¨®n poco antes de la medianoche
Otra vez se ha visto la guerra en directo. Otra vez, los telespectadores han visto Bagdad como una ciudad en un solo color, ba?ada por el tono verdoso de las c¨¢maras nocturnas de la cadena de televisi¨®n norteamericana CNN. La memoria remite a 1991, pero la voz de la locutora Christiane Amaupour irrumpi¨® anoche en las pantallas diez minutos antes de la una de la madrugada hora local (22.50 en Espa?a). Las im¨¢genes mostraban c¨®mo, ocho a?os despu¨¦s, las bater¨ªas antia¨¦reas volv¨ªan a funcionar en Irak. Amaupour confirmaba que se produc¨ªan explosiones en Bagdad.
El ataque a Irak comenz¨® minutos antes de la una de la madrugada hora local. Veinte minutos despu¨¦s aparec¨ªa en las pantallas un portavoz de la Casa Blanca que confirmaba el ataque. Tres minutos despu¨¦s, a las once y veinte de la noche, el primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, justificaba la participaci¨®n de su pa¨ªs en el ataque.La CNN busc¨® reacciones r¨¢pidas. Tanto, que en sus estudios estaban perfectamente preparados el que fuera Secretario de Estado durante la administraci¨®n Bush, Lawrence Eagleburguer, y su compa?ero el ex Asesor Nacional de Seguridad, Brent Scowcroft. Ambos dijeron que el ataque era necesario, pero apuntaron la posibilidad de que Bill Clinton haya elegido el momento por intereses personales.
En el borde inferior de la pantalla la promesa: "Bill Clinton se dirigir¨¢ en breve a la naci¨®n". Faltaban poco m¨¢s de 20 minutos para las doce de la noche en Espa?a. Nueva conexi¨®n con Christiana Amaupour: sonido de sirenas de fondo, una ambulancia en la lejan¨ªa cruzando el margen superior de la pantalla y la reportera describiendo un olor "agrio". "Puede proceder de la refiner¨ªa, la misma que fue bombardeada en el 91".
A las doce en punto cambia la imagen. Es el despacho oval de la Casa Blanca. "15 segundos". Bill Clinton ordena los papeles que sostiene en sus manos. "10 segundos". Clinton bebe agua.
Las 12 y un minuto. En Bagdad las dos y un minuto. En Washington, las seis de la tarde y un minuto. Durante 14 minutos, ni uno m¨¢s, ni uno menos, Clinton dice lo que, seg¨²n el corresponsal de la CNN, Wolf Blitzer, lleva preparando todo el d¨ªa: "No podemos permitir que Sadam amenace a sus vecinos y al resto del mundo con sus armas".
Un experto en asuntos militares apunta que los ataques se prolongar¨¢n por dos o tres horas y durante dos o tres d¨ªas.
El experto demuestra que se merece el sobrenombre. A las dos y media de la ma?ana, hora de Irak (00:30 hora espa?ola), los antia¨¦reos vuelven a rugir y, un minuto despu¨¦s, se ve una enorme explosi¨®n en el centro de Bagdad. La noche de Bagdad promete ser larga, en Washington lo ser¨¢ la tarde. A las dos y cincuenta y dos minutos de la madrugada iraqu¨ª (00:52 en Espa?a), la secretaria de Estado, Madeleine Albright, comparece para confirmar lo que Clinton hab¨ªa explicado antes. La guerra sigue teniendo un tono verde.
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