Madrid acoge el primer parque del f¨²tbol
El conjunto de diversiones recorrer¨¢ Espa?a durante un a?o y terminar¨¢ en Barcelona
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Dos padres de andar cansino y dos ni?os sudorosos anunciaban el perfil del visitante tipo al salir del primer parque tem¨¢tico dedicado al f¨²tbol, que ayer se inaugur¨® en Madrid: Futbolman¨ªa. El recinto, ubicado en el pabell¨®n 6 del IFEMA, en la Feria de Madrid (Estaci¨®n de Metro Parque de las Naciones, L¨ªnea 4 y autob¨²s 122), incluye juegos en torno al balompi¨¦, un ¨¢rea de cafeter¨ªa, una pantalla gigante y dos salas de exposiciones de trofeos y fetiches futbol¨ªsticos extendidos en 6.000 metros cuadrados. Este tinglado techado, a salvo de los rigores del invierno, cerrar¨¢ sus puertas el 3 de enero para iniciar un itinerario de un a?o. Recalar¨¢ en Palma de Mallorca, Valencia, Sevilla, Bilbao, Guij¨®n, Alicante, La Coru?a, Valladolid, Zaragoza, M¨¢laga y Barcelona. Luego se prev¨¦ el salto a Portugal, y a Suram¨¦rica. La misi¨®n, como dice Pepe Domingo Casta?o en su cu?a de promoci¨®n: "Futbolear".Tal neologismo incluye desde la pr¨¢ctica indiscriminada del futbol¨ªn, los disparos a discreci¨®n en el potenci¨®metro, el tiro de precisi¨®n, y el f¨²tbol 3 pasando por la contemplaci¨®n en el museo de Francisco Franco y Carmen Polo en el palco que coron¨® a Espa?a como campeona en la Eurocopa de 1964, en una portada del Marca.
Las entradas (se pueden adquirir por adelantado en El Corte Ingl¨¦s) tienen un valor doble seg¨²n el caso. Los "participantes" pagan 1000 pesetas, con derecho a intervenir en todos los juegos y utilizar todas las instalaciones . La entrada se queda en 500 en el caso de los "visitantes", o meros espectadores. "He roto el potenci¨®metro", se jactaba ayer un "participante" de unos 30 a?os y 1,90 de estatura. Otros, menos animosos, se quejaban de las escasas posibilidades que ofrec¨ªa Futbolman¨ªa a los m¨¢s maduros. "Para el chaval est¨¢ bien pero yo me he quedado con ganas de jugar al f¨²tbol", opinaba un padre. "Es un poco fr¨ªo, hay espacios muy vac¨ªos", se quejaba una madre al tiempo que empujaba un carrito con un reci¨¦n nacido. "El museo me gust¨® pero est¨¢ un poco escaso", aseguraba un hombre que oficiaba de cicerone de un grupo de ni?os.
La zona de exposiciones contiene objetos de colecci¨®n y recuerdos (su m¨¢xima reliquia es una de las Copas de Europa del Real Madrid). Tiene un gu¨ªa especializado pero cualquiera de las azafatas se presta para mostrar la camiseta del Milan que llevaba Gullit la noche que gole¨® al Madrid (5-0) en San Siro, la el¨¢stica canarinha que se enfund¨® Zico en el Mundial de Espa?a con el viejo logotipo de la marca Topper, o la m¨¢s reciente del croata Davor Suker, pichichi en Francia"98. Las gestas de Espa?a tambi¨¦n est¨¢n presentes en las botas de Rinc¨®n y el bal¨®n Tango que sirvi¨® para golear a Malta (12-1), las camisetas de Camacho, y la que se puso Marcelino para dar el cabezazo que le concedi¨® a Espa?a la Eurocopa 64.
A unos metros de este vestuario de celebridades hay una terraza con bar, m¨¢quinas de refrescos y palomitas de ma¨ªz a la sombra de una pantalla de cine que proyecta momentos hist¨®ricos: Ayer se vio al Barcelona coronarse campe¨®n de Copa ante el Mallorca, en un partido que se jug¨® el pasado junio. A un costado del cine, cerca de dos centenares de consolas proponen a los visitantes m¨¢s sedentarios diversos juegos electr¨®nicos -avocados al f¨²tbol-. Para los que prefieren el contacto f¨ªsico con la pelota, hay futbol¨®n (seg¨²n el modelo del futbol¨ªn, los "participantes" se atan a barras de acero como si fueran mu?ecos), disparo de precisi¨®n (como tiro al blanco, pero con una porter¨ªa), f¨²tbol tres, potenci¨®metro, juegos de habilidad con el bal¨®n (regates, etc.), y futbolcesto: donde convergen el futbolcestear con el baloncestear.
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