1998 no es 1991
?Es una vuelta a 1991?No. Entonces hubo una respuesta militar de una coalici¨®n internacional, y con respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU, contra las fuerzas iraqu¨ªes que hab¨ªan ocupado Kuwait, un pa¨ªs que hab¨ªan invadido y ocupado, y clave para el petr¨®leo y las econom¨ªas de todo el mundo. Este ataque de EE UU no ha contado ni con respaldo de la ONU, ni con una coalici¨®n internacional. Washington ha contado s¨®lo con su aliado de siempre, el Reino Unido. ?
?Constituye Irak una amenaza?
No. Es un pa¨ªs destrozado que no se ha recuperado de la guerra de 1991 -ni de la anterior contra Ir¨¢n- ni de las sanciones internacionales que lo han amordazado. Puede, sin embargo, tener capacidades para construir armas qu¨ªmicas y biol¨®gicas, y si pudiera exportar petr¨®leo libremente, podr¨ªa rehacer sus fuerzas. Pero en la situaci¨®n actual, hablar de "contener" a Irak, como ha hecho Clinton, es una falacia. Hay poco que "contener". Sadam no puede mover sus tropas ni en el tercio norte ni en el tercio sur del pa¨ªs, que est¨¢n sometidos a controles militares extranjeros. El ataque resulta totalmente desproporcionado a la amenaza.
Pero, en la medida en que constituya una amenaza, el bombardeo, salvo por pura suerte, no la va a desactivar. Destruir la capacidad de Irak para fabricar armas bacteriol¨®gicas y qu¨ªmicas (lo nuclear parece bastante controlado, como indica el informe de la AIEA) requiere inspecciones sobre el terreno, como las que llevaban o intentaban llevar a cabo los equipos de la Unscom (pues los laboratorios son muy f¨¢ciles de esconder), y los sistemas de observaci¨®n permanente mediante c¨¢maras que hab¨ªan instalado en los centros susceptibles de producir esas armas. Tras los bombardeos, ser¨¢ probablemente m¨¢s dif¨ªcil que Sadam Husein acepte el regreso a corto o medio plazo de los inspectores. El objetivo declarado de la operaci¨®n era destruir este y otro tipo de instalaciones militares. Y objetivo no declarado -esta vez, pues en noviembre el Ejecutivo estadounidense se pronunci¨® a favor- ser¨ªa acabar con Sadam y su r¨¦gimen, lo que no se hizo en 1991 ni se ha recogido en ninguna resoluci¨®n de las Naciones Unidas. Dicho sea de paso, atentar contra la vida de Sadam esta prohibido por la legislaci¨®n de EE UU. Adem¨¢s, aunque no sea raz¨®n suficiente para preservar a Sadam, existe el riesgo de que Irak se rompa y se desmembre (kurdos al Norte, shi¨ªes al Sur), con graves consecuencias geopol¨ªticas en la zona. ?
?Arriesga algo EE UU?
Nada material. EEUU pretende librar guerras, posmodernas, a distancia, sin poner en peligro vidas de sus militares. Pero es dif¨ªcil conseguir s¨®lo con misiles los objetivos pol¨ªticos, e incluso militares, que ha de tener toda operaci¨®n, si es que no se han olvidado las ense?anzas de Clausewitz. Y con los bombardeos, EE UU pierde legitimidad ante el pueblo iraqu¨ª, doblemente castigado, y ante los ¨¢rabes y musulmanes del mundo. ?
?Atenta contra la credibilidad de las Naciones Unidas? S¨ª. EE UU ha actuado unilateralmente, sin autorizaci¨®n expresa del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Mal precedente, "un d¨ªa triste para las Naciones Unidas y para el mundo", seg¨²n Kofi Annan. ?
?Estaba el ataque decidido con antelaci¨®n?
Todo indica que s¨ª; que se hab¨ªa abierto una "ventana de oportunidad" para atacar entre la presentaci¨®n del informe del jefe de los inspectores, el australiano Richard Butler y el inicio, el s¨¢bado, del Ramad¨¢n. De hecho, varios indicios -comentarios a Netanyahu antes de dejar Jerusal¨¦n que animan al israel¨ª a preanunciar elecciones anticipadas, visita de Albright a Jordania, etc- apuntan a que el ataque se decidi¨® antes de que el informe de Butler llegara a manos de Clinton.
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