Carta a los Reyes Magos

No escribo desde la infancia a los Reyes Magos, pero, a la vista de c¨®mo nos va por Madrid y antes de que lleguen, se me ha ocurrido enviarles a trav¨¦s de su diario esta carta que, como ver¨¢n, adem¨¢s de un deseo, contiene unas humildes advertencias que creo les ser¨¢n ¨²tiles en su venida a nuestra ciudad:Majestades: muy pronto van a visitar nuestra ciudad, Madrid, engalanada fastuosamente desde hace un mes para que todos compremos m¨¢s. Quiero prevenirles un poquito sobre lo que se pueden encontrar, para as¨ª facilitarles su estancia, y pedirles un deseo, que estimo no entorpecer¨¢ su m¨¢gica y maravillosa misi¨®n.

Cuando lleguen pongan mucha atenci¨®n d¨®nde pisan y por d¨®nde cruzan: las obras, chirimbolos o cacas de perro pueden llevarles a romperse una cadera con la edad que tienen, o les puede caer una multa.

Planifiquen rigurosamente sus actividades, ya que va a ser necesaria toda su magia para que no pasen unas horas atrapados en un atasco. No busquen zonas peatonales, apenas hay. Traigan receptores especiales de sonido para o¨ªr a los ni?os entre el ruido de m¨¢quinas y coches.

Desistan de entrar en disquisiciones est¨¦ticas sobre las esculturillas que se vayan encontrando. Y, sobre todo, no accedan a que nuestro alcalde les cante un villancico.

El deseo que les pido es que iluminen a nuestro alcalde para que no haga nada m¨¢s por Madrid, muchos se lo agradeceremos; pero no crean, tambi¨¦n pienso en sus majestades, pues, si alguien no lo remedia, en un pr¨®ximo a?o tendr¨¢n que hacer una cabalgata subterr¨¢nea, eso s¨ª, por los t¨²neles m¨¢s modernos de Europa, lo que no estoy segura de que les guste. Gracias, queridos Reyes Magos, por su atenci¨®n; reciban el cari?o de aquella ni?a que fue y que todav¨ªa lo es.- .