Euskadi: cuanto peor, peor
El pasado viernes, y en su tercera declaraci¨®n institucional sobre la tregua de ETA, el presidente Aznar anunciaba que "siguen existiendo posibilidades de que se consolide la actual situaci¨®n de cese indefinido de la violencia" y se manifestaba partidario de incluir en el di¨¢logo pol¨ªtico a "todos" los partidos representados en el Parlamento vasco, una invitaci¨®n clara a la coalici¨®n abertzale. Al tiempo, Piqu¨¦ anunciaba que hab¨ªa ya contactos significativos y Mayor, el traslado a la pen¨ªnsula de 21 presos de ETA.La reacci¨®n vasca a las decisiones del Ejecutivo no ha podido ser m¨¢s dura. Para el PNV, es una "torpeza pol¨ªtica impresionante y absolutamente negativa", tanto por la escasa cantidad de reclusos afectados como por sus puntos de destino. HB ha calificado la iniciativa de "absoluta tomadura de pelo", pues "la sociedad de Euskal Herria... est¨¢ demandando que los presos est¨¦n en las c¨¢rceles de Euskal Herria". Para Carlos Garaikoetxea, se trata de una decisi¨®n "mezquina", y para ELA un "gesto miserable".
Palabras muy duras para una medida m¨¢s que generosa. El punto 9 del Pacto de Ajuria Enea acordaba v¨ªas de reinserci¨®n para quienes "decidan o hayan decidido abandonar la violencia con el prop¨®sito de defender sus ideas por cauces democr¨¢ticos".
Pues bien, los presos trasladados a la pen¨ªnsula, 21 en total, suman nada menos que 130 asesinatos y cuentan con penas de m¨¢s de 10.000 a?os. Uno de ellos es responsable de la matanza de Hipercor de Barcelona, con 21 asesinatos; otro fue el caballero que brind¨® con champ¨¢n cuando asesinaron en Sevilla al concejal del PP y su esposa de un tiro en la cabeza y por la espalda; un tercero es responsable de la matanza de la Plaza de la Rep¨²blica Dominicana de Madrid, con resultado de doce guardias civiles asesinados; un cuarto, conocido como El Carnicero de Mondrag¨®n, es autor de la haza?a de perseguir una ambulancia para rematar a un agente que hab¨ªa conseguido salvarse de la primera agresi¨®n. Estos son los "presos pol¨ªticos" del obispo Seti¨¦n cuyos derechos humanos est¨¢n siendo pisoteados por la barbarie espa?ola.
Durante los a?os finales de la dictadura del general Franco era frecuente escuchar an¨¢lisis pseudomarxistas que aseguraban que, cuanto mayores fueran las contradicciones del r¨¦gimen y su endurecimiento, m¨¢s posibilidades se abr¨ªan para la democracia. Cuanto peor, mejor. No pocos piensan hoy tambi¨¦n que, en el problema vasco, cuanto peor mejor, pues cuanto mayor sea la radicalizaci¨®n nacionalista m¨¢s votos perder¨¢ y pudiera darse el caso de que el PNV llegara a escindirse. Es lo que piensan, tambi¨¦n, no pocos abertzales. Hay mucho empresario del conflicto y poco empresario de la paz.
La realidad ha mostrado siempre lo obvio: cuanto peor, peor. La pol¨ªtica de aislamiento del PNV le lanz¨® en los brazos del nacionalismo radical y, tras el pacto de Estella, a unas elecciones en las que la polarizaci¨®n nacionalista se ha acentuado. As¨ª, Euskadi vive hoy la parad¨®jica situaci¨®n de combinar el resurgimiento de la vida civil a consecuencia de la tregua de ETA con la crispaci¨®n de una sociedad cada vez m¨¢s polarizada. La tregua ha devuelto el poder a la palabra pero ¨¦sta es cada vez m¨¢s agria.
Hay muchos signos que apuntan a la emergencia de un prefascismo en el nacionalismo vasco. La ideolog¨ªa euskaldunizadora de EH que preludia la limpieza ¨¦tnica y que comienza a afectar al propio PNV; la posici¨®n sectaria de la Iglesia que, con Setien a la cabeza, considera -como alg¨²n afamado columnista- que las casi 1.000 v¨ªctimas de ETA no pasan de ser un grupo de presi¨®n; la ret¨®rica fascista de Arzalluz acusando a las eventuales v¨ªctimas futuras de falta de hombr¨ªa; el proyecto de la Asamblea de Ayuntamientos, claramente antidemocr¨¢tico; la retirada de escoltas a los concejales del PP al tiempo que son sometidos a linchamiento moral; el rechazo por el PNV, EA y EH en la C¨¢mara de Vitoria de una declaraci¨®n de apoyo a los mismos concejales. Todo ello camina a la par: la euskaldunizaci¨®n total y el rechazo hacia los m¨¢rgenes de los "espa?oles"(sic.). El mismo Pacto de Lizarra se?ala que una "negociaci¨®n resolutiva" debe "respetar la pluralidad de la sociedad vasca y sit¨²ar todos los proyectos en igualdad de condiciones de consecuci¨®n". Pero el ambiente social de Euskadi incumple hoy flagrantemente ese presupuesto. e.lamo@iuog.fog.es
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