Escuela de Robinsones
Un centro p¨²blico ense?a a los ni?os a enfrentarse al consumismo inventando sus propios juegos
Robinson Crusoe, aquel aventurero creado por el escritor Daniel Defoe en el siglo XVIII, tiene una tropa de imitadores infantiles en M¨®stoles (196.500 habitantes). M¨¢s de cien alumnos de los colegios p¨²blicos Mar¨ªa Zambrano y Joan Mir¨® emulan al legendario n¨¢ufrago "sobreviviendo" con sus propios inventos. Los chavales, alumnos de 6? de EGB, integran la Escuela de Robinsones, una suerte de club de la imaginaci¨®n inspirado en un Crusoe contempor¨¢neo, que lucha contra la adversidad consumista.Los Robinsones se estrenaron primero confeccionando su propio carn¨¦ de supervivientes y manipulando papel, cart¨®n, madera, unos clavos, un poco de bramante y cola. Los resultados fueron espectaculares: en apenas tres sesiones lograron fabricar una tronera, molinillos, golondrinas, balsas a vela, barquitos de corteza, bastones de excursionistas y hasta silbatos de madera para utilizar en sus expediciones campestres.
Despu¨¦s, la vida en la isla desierta del consumismo infantil se ha ido complicando, entre magias e ingenios divertidos: los Robinsones han hecho levitar a una botella, mudar de color a un globo e incluso se han adentrado en el enigm¨¢tico mundo de las sombras chinescas "con animaci¨®n corporal", seg¨²n el padre de la idea.
Los inventos han dejado boquiabiertos a m¨¢s de un colegial: con agua, con aire caliente y fr¨ªo, caleidoscopios, espejos, mu?ecos aut¨®matas, coches de carreras con el viento como ¨²nica gasolina, y hasta chisteras, varitas m¨¢gicas caseras y cajas de sorpresas. Ahora andan afanados en fabricar adornos navide?os y no desde?an influencias extranjeras, por ejemplo, decorar el ¨¢rbol festivo a base de tiras de palomitas, "algo originario de Alemania", apunta uno de los responsables de la iniciativa.
La camarilla mostole?a de Crusoe seguir¨¢ experimentando hasta febrero.
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