Rupturas
JOSEP TORRENT Les falt¨® tiempo, a Eduardo Zaplana y a Joan Romero, digo, para salir al escenario y negar la existencia del pacto sobre la Acad¨¨mia Valenciana de la Llengua. Vale. Tambi¨¦n San Pedro neg¨® hasta tres veces a su Se?or Jesucristo y ah¨ª le tienen. Todav¨ªa figura en los textos sagrados como la piedra angular sobre la que el Nazareno construy¨® su iglesia. As¨ª que mejor es perdonarles las mentirijillas pol¨ªticas porque ¨¦stos, a diferencia de los que colocaron a Cristo en la cruz, s¨ª saben lo que se hacen y a¨²n m¨¢s lo que se dicen. El d¨ªa que se complete el magn¨ªfico informe que Miquel Alberola public¨® en EL PA?S sobre la gestaci¨®n de la Acad¨¨mia, constataremos hasta qu¨¦ punto las partes implicadas intentaron oscurecer los hechos y sembrar de pistas falsas las negociaciones. La ¨²ltima, la semana pasada, cuando Joan Romero manifest¨® con toda la solemnidad que s¨®lo ¨¦l es capaz de transmitir a la hora de ponerse trascendente que la ruptura del di¨¢logo institucional con el PP era un hecho. Falso de toda falsedad. Las negociaciones sobre la Acad¨¨mia han continuado y contin¨²an, el PP no tiene ning¨²n problema de perfil con Miguel Maz¨®n y los adjuntos a la Sindicatura de Greuges se pactar¨¢n entre PP y PSOE como siempre, marginando a EU y UV a pesar de las maniobras de H¨¦ctor Villalba, que intent¨® hacerles la bicicleta a los socialistas. As¨ª que, ahora, lo ¨²nico que est¨¢ pendiente de concretar es el calendario. Zaplana quiere llegar al congreso de su partido con el asunto de la Acad¨¨mia cerrado y Romero no est¨¢ dispuesto a entregarle semejante regalo. El debate no se centra ya ni en la lista de los acad¨¦micos, ni en Maz¨®n, ni en ning¨²n otro nombre. La pelea se reduce al protagonismo, al pulso por el titular en los medios de comunicaci¨®n. Con lo cual el pacto m¨¢s importante en la Comunidad Valenciana desde la elaboraci¨®n del Estatuto de Autonom¨ªa corre el riesgo, no excesivo, dicho sea de paso, de irse al garete por una mera cuesti¨®n de fechas. Mientras tanto, asistiremos a la ceremonia de la confusi¨®n.
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