El tenista que rompe barreras
?lex es como un hermano menor para m¨ª. Un chico listo, r¨¢pido de pensamiento, con una agilidad mental para tomar decisiones inusual a su corta edad, pero, por encima de todo, muy buen amigo de sus amigos.Creo que algo habr¨¦ aportado a todo eso. Pero lo b¨¢sico, la educaci¨®n, se consigue de peque?o en el seno familiar. Unos padres y hermanos estupendos y una fant¨¢stica novia, Marta, que ha tenido un papel muy importante. No es f¨¢cil ser atractiva e inteligente, a los 17 a?os, y esperar que tu chico vuelva a casa tras 20 d¨ªas y diga: "Hoy no puedo salir porque ma?ana debo entrenarme". ?ste es ?lex. Un trabajador que siempre ha sabido lo que quer¨ªa, que sabe lo que tiene y que sabr¨¢ conservarlo.
Ten¨ªsticamente, su padre le llev¨® al CEAN (escuela de tenis) a los 11 a?os. Ya era campe¨®n de Europa benjam¨ªn. Por eso creo que debe valorarse a su entrenadora en la Federaci¨®n Catalana, Chufa Munta?ola.
Cuando le vi me sorprendi¨®. Ten¨ªa algo especial, muy dif¨ªcil de explicar. Pens¨¦ que ten¨ªa en las manos a un futuro campe¨®n. Gan¨® el campeonato de Espa?a en todas las categor¨ªas. Pero, aunque parezca un contrasentido, nunca dio un salto incre¨ªble en su juego. Todo transcurri¨® tranquilamente y de forma progresiva.
Ten¨ªa un f¨ªsico apto, pero no excepcional. Vi¨¦ndole ahora, no hay duda de que sus preparadores f¨ªsicos han hecho un buen trabajo: Renato, Ram¨®n, y el actual, Salva Sosa, que ha hecho de ¨¦l un jugador fuerte e infatigable.
Un momento importante se produjo a los 16 a?os, cuando gan¨® la Orange Bowl cadete. No por ganarla, sino porque me confirm¨® que la progresi¨®n de sus mayores adversarios (Enqvist y Medvedev) hab¨ªa sido m¨¢s espectacular pero menos s¨®lida.
Lleg¨® luego el momento de la verdad. El salto al profesionalismo. Fue un reto decisivo para Alberto y ?lex, y tambi¨¦n para m¨ª. Sab¨ªa que llevaba dos joyas. Hab¨ªa que ver c¨®mo respond¨ªan. En poco tiempo se disiparon las dudas: ?lex se desenvolv¨ªa como si hiciera a?os que estuviera all¨ª instalado.
Reconozco que entonces no esperaba entrenar al hoy n¨²mero tres del mundo. En noviembre de 1996 (era el 20? mundial) le dije: "?lex, creo que has nacido para ganar cosas incre¨ªbles. Y creo que lo lograr¨¢s. Tienes talento y trabajas duro. Pero veo dif¨ªcil que alg¨²n d¨ªa seas el n¨²mero uno del mundo". Pues bien, me equivoqu¨¦. Llegue o no a esa meta, ha demostrado que es capaz de serlo.
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