Palabra de fil¨®sofas

Dos fil¨®sofas,Elisabeth Badinter y Silviane Agacinski, han suministrado argumentos para el debate. La primera, en contra de la reforma; la segunda, a favor; la primera, desde lo que podr¨ªamos llamar una ontolog¨ªa republicana, mientras que Agacinski exige voluntarismo y cuestiona un feminismo que no da a la diferencia sexual un papel determinante."Los paritaristas", dice Badinter, "nos proponen nada m¨¢s y nada menos que cambiar de sistema pol¨ªtico para imponernos la democracia comunitaria de las cuotas importada de EE UU". Y si se acepta como v¨¢lido el argumento de que la representaci¨®n debe tener en cuenta los porcentajes de poblaci¨®n (50% de mujeres), eso "engendrar¨¢ nuevas reivindicaciones paritarias de parte de otras comunidades raciales, religiosas, culturales o sexuales".

Para Agacinski conviene recordar que John Stuart Mill cre¨ªa que "bastaba con que las mujeres tuviesen los mismos derechos que los hombres para que la libre competencia entre ellos permitiese que ellas accediesen a los puestos y empleos para los que est¨¢n capacitadas. En esa cuesti¨®n como en otras, el liberalismo ha evidenciado sus l¨ªmites". De ah¨ª que Agacinski defienda "el voluntarismo pol¨ªtico y el uso temporal de cuotas".

La reflexi¨®n de Badinter contra "esas cuotas que son pol¨ªticamente correctas" se funda en que considera inaceptable "una separaci¨®n de sexos que permite que la biolog¨ªa pase por encima de la pol¨ªtica". Para ella, la discriminaci¨®n positiva acaba volvi¨¦ndose en contra de la persona discriminada.

Agacinski se irrita. "Despu¨¦s de 50 a?os de derechos c¨ªvicos seguimos siendo el 6,4%". Y parece mirar a Badinter cuando habla de "esas feministas que creen encontrar su lugar en la sociedad identific¨¢ndose con el hombre".