La mano tendida de M¨ªchel Salgado
A d¨ªa de hoy, Juninho sigue sin aceptar las disculpas de M¨ªchel Salgado. Por mucho que lo ha intentado el lateral celeste, el brasile?o no le concede el perd¨®n por aquella dura entrada que le destroz¨® el tobillo y le dej¨® sin Mundial. No acepta siquiera estrecharle la mano para alg¨²n que otro reportaje conciliador que le han sugerido. No hay manera. Juninho mira todav¨ªa con rencor hacia aquella fecha (1 de febrero de 1998) que marc¨® probablemente la cuesta abajo de su carrera.Hizo Juninho esfuerzos sobrehumanos por recuperarse antes de que Brasil anunciara su lista para el Mundial de Francia. Y lleg¨® a tiempo, pero Mario Zagallo, el seleccionador amarillo, le dej¨® fuera.
Lo cierto es que hay un Juninho anterior y otro posterior al 1 de febrero de 1998, incluso otro distinto despu¨¦s de la fecha en la que Zagallo hizo p¨²blica su convocatoria. El rendimiento del futbolista brasile?o ha ca¨ªdo en picado, y la confianza que despierta tambi¨¦n: Luxemburgo, el nuevo seleccionador de Brasil, no le ha llamado ni una sola vez, y Sacchi le discute su titularidad en el Atl¨¦tico.
Las estad¨ªsticas hablan por s¨ª solas: Juninho ha marcado tres goles en la Liga, los tres de penalti, no ha dado una sola asistencia y, lo que es peor, ya lleva dos expulsiones. En la temporada pasada jug¨® 23 partidos, marc¨® cinco goles, se hart¨® de servirle balones a Vieri y no sufri¨® ninguna expulsi¨®n. En ¨¦sta ha disputado nueve encuentros, pero s¨®lo seis como titular (y m¨¢s por las ausencias de compa?eros que por convicci¨®n de Sacchi).
El t¨¦cnico italiano al principio, cuando quer¨ªa que el Atl¨¦tico jugase con un tridente en la delantera, ten¨ªa fe en Juninho. Pretend¨ªa aprovechar en una banda su velocidad. Pero cuando reconvirti¨® su sistema (del 4-3-3 al 4-4-2), todav¨ªa en pretemporada, el brasile?o pas¨® de ser una soluci¨®n a convertirse en un problema. ?D¨®nde ubicarle?
Sacchi lo ha intentado todo. Primero, en la posici¨®n que reclama el jugador, de media punta: se resiente el juego colectivo del equipo y adem¨¢s las aventuras zigzagueantes de Juninho parten de demasiado atr¨¢s (un problema: el jugador m¨¢s individualista en el sistema m¨¢s solidario). Luego, de volante derecho: Juninho participa menos y gana en capacidad de sorpresa y el equipo elabora mejor. Pero el jugador descuida los movimientos defensivos. Finalmente, Sacchi le ha hecho jugar de delantero, pero ah¨ª no tiene demasiado gol.
En realidad, cuando mejor ha rendido ha sido como suplente. Los tres partidos en los que sali¨® en la segunda parte los gan¨® el Atl¨¦tico. Y en dos su aparici¨®n result¨® trascendental.
Inglaterra le hab¨ªa coronado como el mejor de su Liga. Ahora s¨®lo puede proclamar que en 1999 volver¨¢ a ser el verdadero Juninho que tambi¨¦n deslumbr¨® en Espa?a.
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