La presi¨®n que atenaza a Juninho

Majadahonda. El entrenador del Atl¨¦tico de Madrid, Arrigo Sacchi, detiene un entrenamiento a fines de noviembre. Irrumpe entre los jugadores en una pr¨¢ctica de movimiento de l¨ªneas para presionar y salir de la presi¨®n: "?No, no, as¨ª no!". El t¨¦cnico italiano est¨¢ empecinado en que sus hombres asimilen los conceptos del sistema Sacchi, se desga?ita repitiendo febrilmente los mensajes que hizo c¨¦lebres en el Milan m¨¢s espectacular que se ha visto, su garganta tiembla, agita las manos fuera de s¨ª. Junto a ¨¦l, un jugador mira hacia otro lado. Tiene un aire entre desafiante y aburrido: es Juninho.Osvaldo Giroldo, Juninho, (25 a?os, S?o Paulo, Brasil), lleg¨® al Atl¨¦tico en el verano de 1997 tras una operaci¨®n hist¨®rica -nunca Jes¨²s Gil pag¨® tanto por un jugador- que supuso un ingreso de cerca de 2.800 millones de pesetas para el Middlesbrough. A un a?o y medio de su aterrizaje en Barajas, Juninho es una estrella sombr¨ªa. Ha empleado gran parte de su tiempo procurando salir airoso de lesiones devastadoras, su famosa cadena de regates el¨¦ctricos hoy parece inocua -en el ¨²ltimo partido contra el Zaragoza, fue rara la vez que le sali¨® el primero-, y ya no es un titular indiscutible. Si el a?o pasado particip¨® desde el inicio en todos los partidos que jug¨®,con Sacchi ha sido corriente verle en el banquillo.

Sus nuevas obligaciones en la presi¨®n lo han convertido, por su inexperiencia y su car¨¢cter cada vez m¨¢s irascible, en un jugador agresivo. Ha recibido dos tarjetas rojas y una amarilla, contra las cuatro amarillas de la pasada temporada (con el agravante de haber jugado 630 minutos, 1.300 menos que en la ¨²ltima Liga). Su ¨ªndice goleador se ha mantenido bajo y sus m¨²ltiples asistencias son historia: ninguna frente a las 10 de la ¨²ltima temporada.

"A Juninho hay que dejarlo para que haga lo que quiera", opin¨® un compa?ero suyo hace una semana. ?Esto significa que son las obligaciones del sistema de Sacchi, las que oprimen el genio del brasile?o? Seg¨²n el due?o de la patente, en su m¨®dulo "todos tienen libertad". "Yo entren¨¦ a hombres con no menos fantas¨ªa que Juninho, a Van Basten, a Roberto Baggio... y han funcionado sin problemas". Sacchi explica las coordenadas de su ideario con energ¨ªa did¨¢ctica: "entreno al jugador para que tome decisiones correctas en cada momento". Y aclara: "Son ellos los que tienen que decidir, yo no me puedo meter al campo".

Los antecedentes no favorecen a Juninho. El media punta, el fantasista que dicen en Italia, es una pieza que no cuadra f¨¢cilmente con Sacchi: lo saben Roberto Baggio, Zola, Del Piero y Signori. Tras el Mundial de Estados Unidos y su paso por el Milan, Baggio acab¨® enfrent¨¢ndose p¨²blicamente a Sacchi. Zola calent¨® banquillo en la Eurocopa del 96, tras un gran partido frente a Rusia. Signori y Del Piero fueron situados en la banda, lejos del ¨¢rea. Todos eran futbolistas, como Juninho, eminentemente t¨¦cnicos: media puntas. Sacchi hizo un apunte ayer que reflej¨® su visi¨®n solidaria del f¨²tbol: "Hay futbolistas con mayor actitud hacia la t¨¦cnica, otros hacia el juego. Los campeones son los muy t¨¦cnicos que piensan en el juego". L¨¦ase: Van Basten, Gullit y Donadoni: su tr¨ªo ofensivo en el Milan de 1989.

El brasile?o no s¨®lo no tiene la polivalencia de aquellos h¨¦roes. "Juninho no est¨¢ bien", sentenci¨® Sacchi antes de Navidad.Y Juninho est¨¢ de acuerdo: "Es verdad lo que dice el m¨ªster, no estoy bien, lo s¨¦, y estoy intentando mejorar". El brasile?o dice que trabaja para ganar en movilidad, en apoyo a sus compa?eros para la recuperaci¨®n del bal¨®n, y en ubicaci¨®n por detr¨¢s de un ¨²nico punta de referencia: Kiko. "Ahora bajo m¨¢s a presionar, y es algo nuevo, que no hac¨ªa ni con Antic, ni en el Middlesbrough, ni en el S?o Paulo [jugaba con Guilherme y M¨¹ller por delante]".

Lo suyo no son problemas f¨ªsicos, seg¨²n informa el preparador. S¨®lo un asunto de mentalidad cuyo origen todav¨ªa planea amenazador sobre Juninho: el miedo. "No hay que olvidar la lesi¨®n de tobillo que sufri¨® el a?o pasado", recuerda el doctor Villal¨®n. "En Villarreal lo volvieron a golpear en la zona quir¨²rgica y no hay que descartar que juegue con cierto temor a romperse. Hay que pensar que esa fractura estuvo a punto de retirarlo del deporte".