Pujol agotar¨¢ la legislatura y convocar¨¢ las elecciones catalanas en oto?o de 1999
El anuncio del presidente de la Generalitat introduce dudas sobre el calendario electoral de Aznar
Jordi Pujol agotar¨¢ la legislatura auton¨®mica y convocar¨¢ a los catalanes a las urnas en oto?o de 1999. Justo 27 horas despu¨¦s de haber admitido por primera vez que el suspense sobre el calendario electoral le perjudicaba, el presidente de la Generalitat puso fin anoche al veterano enigma y desvel¨® la ¨¦poca, que no la fecha, en que convocar¨¢ las elecciones. Pujol, que tiempo atr¨¢s se hab¨ªa declarado inclinado a anticipar los comicios a marzo de 1999, apoy¨® ayer su rectificaci¨®n en las encuestas que demuestran que los ciudadanos rechazan la posibilidad de un adelanto electoral. Tambi¨¦n argument¨® que, a diferencia de tiempo atr¨¢s, hoy las elecciones catalanas no corren el riesgo de quedar marcadas por el debate pol¨ªtico espa?ol. Si acaso, al rev¨¦s, apunt¨®. El presidente descart¨® hacer reformas en su Gobierno antes de las elecciones, aunque anunci¨® que si vuelve a ganar varios de sus consejeros causar¨¢n baja.
Pujol esper¨® a que la suma de las fuerzas de CiU y el PP rechazase ayer en el Parlament las enmiendas a la totalidad de la ley de acompa?amiento de los presupuestos de la Generalitat para anunciar oficialmente la fecha de las elecciones. Lo hizo a las 20.30 horas, en una conferencia de prensa de urgencia convocada apenas una hora antes y cuando los diputados a¨²n votaban en el Parlament un largo rosario de enmiendas al articulado de esa ley. "S¨¦ que es una hora intempestiva", arranc¨® el presidente de la Generalitat. "Reconozco que el momento es un poco forzado, que el calendario me hab¨ªa colocado en una situaci¨®n dif¨ªcil, pero no puedo permitir que los diputados se vayan sin saber si han de volver o no".Poco antes, Pujol hab¨ªa comunicado por tel¨¦fono su decisi¨®n al presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, que pasa unos d¨ªas de descanso en Baqueira-Beret. El presidente catal¨¢n explic¨® luego que ¨¦l sigue instalado en la convicci¨®n de que Aznar tiene la voluntad de agotar la legislatura espa?ola y convocar las elecciones generales en el a?o 2000. Pujol no descart¨®, sin embargo, que "alg¨²n imponderable o alg¨²n imprevisto" pueda modificar esta previsi¨®n.
Calendario espa?ol
Uno de los principales argumentos que esgrim¨ªan los dirigentes de CiU que prefer¨ªan que las auton¨®micas se hubieran celebrado en marzo se refer¨ªa precisamente al calendario electoral espa?ol. Este sector argumentaba que con las auton¨®micas en oto?o, Pujol corre el riesgo de que Aznar exija el apoyo incondicional de CiU a los presupuestos del Estado para el 2000, cuya negociaci¨®n se desarrollar¨ªa en plena campa?a electoral auton¨®mica. Aznar, seg¨²n este c¨¢lculo, tendr¨ªa a Pujol en sus manos: de no acceder ¨¦ste a los deseos de aqu¨¦l, el presidente del Gobierno podr¨ªa adelantar las elecciones legislativas a oto?o y sobreponerlas a las catalanas. A CiU le horroriza la sola menci¨®n de esta eventual coincidencia, ya que trasladar¨ªa al ¨¢mbito auton¨®mico la polarizaci¨®n electoral entre el PP y el PSOE que se producir¨¢ en el ¨¢mbito espa?ol y eso perjudicar¨ªa las expectativas electorales de CiU.S¨®lo una cosa podr¨ªa conjurar al ciento por ciento ese riesgo que pende sobre la cabeza de los nacionalistas: que las elecciones legislativas se celebrasen antes que las catalanas; es decir, que Aznar adelantase su propio calendario electoral y convocase las generales en junio, haci¨¦ndolas coincidir con las municipales, tal como le aconsejan con insistencia algunos de sus colaboradores en el Gobierno y en el PP.
Pujol se abstuvo ayer de comentar las intenciones electorales de Aznar. Simplemente, se limit¨® a reiterar que, hasta donde ¨¦l sabe, hoy Aznar no ha cambiado de idea y sigue pensando en agotar la legislatura y abrir las urnas legislativas en el primer trimestre del 2000.
La validez de esta sentencia de Pujol sobre las intenciones de Aznar s¨®lo la probar¨¢ el tiempo. De momento, una sentencia similar que Aznar expres¨® hace 16 d¨ªas, qued¨® hecha a?icos ayer por el anuncio de Pujol.
El pasado 14 de diciembre, el presidente espa?ol declar¨® en Praga: "Tengo un compromiso antiguo con el se?or Pujol por el cual siempre hemos entendido que las elecciones catalanas ser¨ªan en marzo [de 1999] y las generales en el a?o 2000".
El presidente de la Generalitat, que tiempo atr¨¢s se hab¨ªa declarado partidario de anticipar los comicios catalanes a marzo de 1999, ha acabado asumiendo los argumentos de la direcci¨®n de su partido y de algunos miembros de su Gobierno en favor de dejar la cita electoral para noviembre. Estos argumentos son de ¨ªndole diversa: que los alcaldes nacionalistas podr¨ªan trabajar mejor en sus respectivas campa?as para las municipales de junio sin la interferencia y el sobreesfuerzo de unas elecciones auton¨®micas en marzo; que la imagen del candidato socialista a la Generalitat, Pasqual Maragall, podr¨ªa perder garra electoral si la cita con las urnas no es inmediata; que Uni¨® perder¨ªa un factor importante de presi¨®n en la negociaci¨®n con Converg¨¨ncia sobre el reparto de candidaturas municipales de la coalici¨®n CiU...
Dejando las elecciones para noviembre, los nacionalistas se curar¨ªan en salud incluso ante algunos efectos secundarios de una hipot¨¦tica victoria del aspirante Maragall sobre el titular, Pujol. Si este resultado te¨®rico se produjese en marzo, tres meses despu¨¦s cabr¨ªa esperar un l¨®gico efecto domin¨® en las municipales, mientras que si fuese en noviembre los ayuntamientos nacionalistas quedar¨ªan a salvo y constituir¨ªan una buena base de refugio y reagrupaci¨®n de fuerzas del nacionalismo catal¨¢n.
Pujol no se refiri¨® ayer a ninguno de estos argumentos, pero s¨ª al rechazo de los ciudadanos a un anticipo electoral injustificado, as¨ª como a su convicci¨®n de que ya no es necesario adelantar las auton¨®micas para evitar que queden encajonadas entre las municipales y las legislativas y, en consecuencia, el debate pol¨ªtico espa?ol difumine al catal¨¢n. Eso no suceder¨¢, dijo Pujol, porque hoy "el debate pol¨ªtico en Espa?a y en Catalu?a est¨¢ centrado en torno a los nacionalismos perif¨¦ricos, no al rev¨¦s".
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