El islam busca un hueco en la cultura catalana
Cinco veces al d¨ªa, desde el alba hasta que oscurece, uno de cada cinco habitantes del planeta se lava las manos y la cara, se descalza y, sobre su alfombra de oraci¨®n, se postra de cara a La Meca. ?ste es el ritual sagrado que tambi¨¦n practican los m¨¢s de 100.000 musulmanes que viven en Catalu?a cuando dirigen sus oraciones a la ciudad santa del islam durante todo el a?o. El mismo ritual alcanza un significado m¨¢s simb¨®lico estos d¨ªas, a lo largo del noveno mes del calendario lunar musulm¨¢n. Los devotos de la religi¨®n isl¨¢mica se encuentran en el a?o 1419, a algo menos de 580 a?os de diferencia respecto al calendario solar aplicado en Occidente. La comunidad musulmana residente en Catalu?a celebra desde el pasado 19 de diciembre y hasta el pr¨®ximo 18 de enero el ayuno del mes del Ramad¨¢n, tal como prescribe el Cor¨¢n. Casi 30 d¨ªas que, m¨¢s all¨¢ de las limitaciones a la comida, la bebida y las relaciones sexuales, tienen un sentido m¨¢s amplio: alcanzar la espiritualidad y el compromiso con Al¨¢. En algunas calles del barrio barcelon¨¦s del Raval es posible ver algunos grupos de paquistan¨ªes, sirios o catalanes convertidos al islam practicar el ayuno obligatorio y dirigir sus plegarias hacia La Meca. Azouz, un joven de 19 a?os, quiere cumplir por primera vez en su vida con el precepto del Ramad¨¢n. Su problema: no conoce los centros de oraci¨®n que est¨¢n dispersos en varios puntos de la ciudad y, como en Barcelona, en m¨¢s de una decena de poblaciones del ¨¢rea metropolitana y del resto de Catalu?a. Pero la realidad de Azouz no es s¨®lo personal. Centros dispersos Las obligaciones laborales y la falta de una mezquita com¨²n en Barcelona -se utilizan como tal los espacios m¨¢s amplios de la ciudad: el Centro Isl¨¢mico de la Meridiana y el situado en la calle del Hospital- hacen dif¨ªcil a gran parte de los musulmanes reunirse en un templo. Algunas familias y amigos se agrupan en peque?os locales situados en los bajos de un edificio o aprovechando el espacio sobrante de un local. Son las mussalas, o lugares para rezar, repartidas en n¨²mero de 28 por toda el ¨¢rea metropolitana de Barcelona. Est¨¢n acondicionadas con alfombras y con unos lavapi¨¦s a la entrada para las abluciones rituales. Los viernes, d¨ªa festivo del islam, estas mezquitas improvisadas se quedan peque?as para acoger a los centenares de creyentes que acuden ellas a rezar la oraci¨®n de las cinco de la tarde, y muchos han de realizar la plegaria en la calle, en un patio o en improvisados cuartos segregados de un piso con tabiques. Najem al Hassan, imam del Centro Isl¨¢mico de la avenida Meridiana de Barcelona, se pregunta una y otra vez c¨®mo es posible que existan mezquitas en Valencia, Sevilla y Madrid, y que Barcelona, "como pr¨®xima capital cultural del a?o 2004", no disponga de una mezquita que "recoja las necesidades del culto musulm¨¢n". Este panorama desalentador ha despertado un sentimiento unitario entre la comunidad musulmana de Catalu?a para levantar su voz a favor de una mezquita en Barcelona. Muchos conf¨ªan en que el proyecto de construcci¨®n de este lugar de culto isl¨¢mico en Barcelona se lleve a cabo antes del a?o 2004, a?o en que se celebra el F¨°rum Universal de les Cultures. El pasado 18 de diciembre una delegaci¨®n de diplom¨¢ticos ¨¢rabes visit¨® en Barcelona la exposici¨®n L"islam i Catalunya, y aprovecharon su estancia para pedir al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, la colaboraci¨®n del Gobierno catal¨¢n para construir una gran mezquita en la ciudad. El proyecto entregado a Pujol parte de la iniciativa de la Casa del Libro ?rabe, entidad que agrupa a varias asociaciones isl¨¢micas espa?olas. Mowafach Kanfach es dise?ador gr¨¢fico de origen sirio y m¨¢ximo representante de la organizaci¨®n cultural que ha impulsado el proyecto, que por el momento ha recibido el nombre de Mesquita Major. Kanfach comienza su pausada disertaci¨®n lamentando el inicio del bombardeo norteamericano a Irak justo a comienzos del Ramad¨¢n. Envuelto entre m¨¢s de un centenar de libros de la cultura isl¨¢mica y catalana, afirma que el proyecto de la mezquita cuenta con el apoyo verbal de Pujol, el Instituto Catal¨¢n del Mediterr¨¢neo y la comunidad musulmana de Barcelona. "No ser¨¢ una mezquita como las que existen en los pa¨ªses ¨¢rabes, sino el gran centro cultural que necesitamos los musulmanes y quienes creemos en la hermandad y la fraternidad entre las civilizaciones", dice Kanfach. Un centro que contar¨¢ con espacios de ocio, restaurantes y una escuela de ense?anza catalano-¨¢rabe. El ambicioso proyecto, del que Kanfach prefiere no desvelar m¨¢s datos financieros, prev¨¦ que este centro cultural est¨¦ situado a las afueras de Barcelona y pr¨®ximo a la zona de Bes¨°s Mar. Contar¨¢ con la participaci¨®n de tres arquitectos ¨¢rabes y uno catal¨¢n, as¨ª como de diversas asociaciones isl¨¢micas, que aportar¨¢n 2.300 millones de pesetas -100 millones saldr¨¢n de la Casa del Libro ?rabe- para adquirir un solar de entre 12.000 y 20.000 metros cuadrados. Inspiraci¨®n gaudiniana Al margen de los datos concretos de este centro cultural, su creaci¨®n se considera un avance para estrechar los lazos entre la cultura catalana y la ¨¢rabe. El centro cultural, como lo llama Kanfach, ser¨¢ "un testimonio para las pr¨®ximas generaciones que nazcan en la ribera del Mediterr¨¢neo". Se construir¨¢, seg¨²n el proyecto, a partir de una mezcla de los estilos otomano, andalus¨ª y modernista catal¨¢n."Del mismo modo que Gaud¨ª se inspir¨® en algunas casas rurales de Sud¨¢n, para nosotros ser¨¢ un modelo para dise?ar ciertos detalles de la futura mezquita".
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