Una rigurosa agenda

El ayuno del Ramad¨¢n es el cuarto pilar fundamental que sustenta el islam. Para todos los musulmanes supone un sacrificio de cuerpo y alma, un retorno al esp¨ªritu que dicta el profeta Mahoma en el libro sagrado del Cor¨¢n. A mediados del mes de enero los musulmanes celebrar¨¢n el final del ayuno con la Noche del Deseo, Lailatu-I-Qadr. Hasta que llegue esa fecha, las 30.000 personas de religi¨®n musulmana procedentes de Marruecos, los 6.000 paquistan¨ªes y las 4.000 familias de Argelia, L¨ªbano y Siria que viven en el ¨¢rea metropolitana de Barcelona deber¨¢n seguir d¨ªa a d¨ªa una rigurosa agenda marcada por el Ramad¨¢n. Durante este mes, la vida ser¨¢ algo distinta para Abu-Ubaida. No podr¨¢ beber alcohol, ni fumar, ni mantener relaciones sexuales durante las horas del ayuno. Trabaja desde hace seis a?os en una empresa dedicada a la rehabilitaci¨®n de fachadas del Eixample barcelon¨¦s. Tiene 39 a?os y es originario de Siria. Desde que era muy peque?o practica el mes del ayuno como una forma de "purificaci¨®n del cuerpo humano". Abu-Ubaida lee mucha poes¨ªa ¨¢rabe y se levanta todos los d¨ªas a las 6.10, antes de que la oscuridad de la noche quede interrumpida por los primeros rayos de sol. A las 6.33 empieza la que va a ser la primera plegaria del d¨ªa. Casi seis horas m¨¢s tarde, a las 12.54, volver¨¢ a arrodillarse en direcci¨®n a La Meca, coincidiendo con la verticalidad del sol sobre la Tierra, el Zuhr. A las 15.13, el Asr marcar¨¢ su tercera plegaria. Y as¨ª, hasta el cuarto rezo, a las 17.30, y el ¨²ltimo, ya fuera del ayuno, a las 19.03. A la pregunta de si todav¨ªa tiene fuerzas para trabajar, sonr¨ªe y responde: "Nos pasa como a los cat¨®licos, tengo fe en un Dios que me ayuda a vivir".