De la pol¨ªtica a las m¨¢quinas de amor
Surgi¨® de las aguas, cuando mediaba el mes de agosto de 1993, sin ninguna necesidad de que los c¨¦firos le soplaran el suave perfume de las flores silvestres: Joan Lerma ya hab¨ªa desplegado la representaci¨®n. Surgi¨® de las aguas y del cloro de una piscina, bajo las palmas del Huerto del Cura, el zumbido de las avispas de ¨®palo y el ajetreo de los fuegos de artificio para incendiar la Nit de l"Alb¨¤ ilicitana. Y Botticelli pint¨® en el aire envasado de una tabla florentina, el nacimiento de la consejera de Cultura, en bikini y tom¨¢ndose una limonada helada con Carmen Alborch, ministra del ramo. Unas semanas antes, la escritora Pilar Pedraza relev¨® en la empresa de Andreu L¨®pez, y anunci¨® el protagonismo de las gentes. Luego, consult¨® la agenda de sus prioridades: el Museo de San P¨ªo V, el teatro romano de Sagunto, la extensi¨®n de la Filmoteca y otros proyectos en curso. Cuando Pilar Pedraza tuvo noticia de su nombramiento, impart¨ªa una conferencia en la UIMP y su novela Paisaje con reptiles tomaba posiciones en las finales de un apetecible premio literario. A¨²n abrumada, no se le empa?¨® la palabra, retir¨® de inmediato su obra de aquel concurso, adelant¨® el nombre de su candidato para el IVAM: Jos¨¦ Francisco Yvars, y firm¨® el decreto de disoluci¨®n de M¨²sica 92. Cuando, casi dos a?os despu¨¦s, y tras las elecciones auton¨®micas del 95, ces¨® al frente de la Consejer¨ªa de Cultura, el mismo d¨ªa, se reincorpor¨® a la Universidad valenciana, a sus clases de Historia del Arte, de la que es profesora titular, e inici¨® la redacci¨®n de Piel de s¨¢tiro, una ficci¨®n ir¨®nica donde muchas de sus criaturas llevan el DNI, entre las mand¨ªbulas omn¨ªvoras de taladros, con fundas de oro batido. La pol¨ªtica espa?ola ya es bastante novelesca de por s¨ª, s¨®lo hay que darle una buena pasada de psicolog¨ªa. De la intensidad de su traj¨ªn, guarda una experiencia radiante: el conocimiento de una realidad con la yugular fr¨¢gil y dulzona, expuesta a la sisa y a la excitaci¨®n ven¨¦rea de los aspirantes. Desde las tripas del poder, la gesti¨®n diaria es el arte de la desesperaci¨®n: y el tiempo, apenas una vista panor¨¢mica. A¨²n as¨ª, Pilar Pedraza ret¨® al dirigente conservador a un debate p¨²blico sobre la pol¨ªtica cultural. Eduardo Zaplana soslay¨® el riesgo, con una arrogancia p¨¢nica: "Estoy dispuesto a debatir con Joan Lerma sobre cualquier asunto que se estime conveniente, pero no con Pedraza". Y la escritora insiste en una confrontaci¨®n dial¨¦ctica con la derecha y sus sacas de cultura de bisuter¨ªa, precisamente ahora cuando sus actuaciones pueden contrastarse. Pilar Pedraza permanece en el consejo de administraci¨®n de RTVV, aunque ha desenfundado toda la fantas¨ªa para darle hilo a sus turbadoras historias. En Koenigsberg, en Varsovia, en Berl¨ªn, escucha las sonatas para piano de Ernesto Amadeo Hoffmann o lee sus pesadillas; en Valencia, da sus lecciones en la Universidad Literaria, imagina y platica con otros novelistas amigos: Vicente Mu?oz Puelles, Eduardo Alonso o Alfons Cervera. Y analiza un futuro donde la fabulaci¨®n ha de inflamarse en un universo de aventuras gen¨¦ticas y de comunicaciones tan veloces que llegar¨¢ un jinete de fotones a todo galope y anunciar¨¢ el pr¨®ximo estreno de este planeta, interpretado por bichos, dinosaurios, manzanas y orgasmos. Naci¨® en Toledo, el doce de octubre de 1951; y con su familia y pocos a?os, lleg¨® a Valencia, donde estudi¨®, trabaja y escribe, desde aquel entonces. Pilar Pedraza gan¨® el premio Gil-Albert, en 1984, con su novela Las joyas de la serpiente; en el jurado hab¨ªa dos escritores valencianos: Manuel Vicent y Juan Jos¨¦ Mill¨¢s. Despu¨¦s publicar¨ªa varios libros de narrativa y ensayo. Recientemente, sus M¨¢quinas de amar, acerca de mu?ecas, aut¨®matas y rob¨®tica femenina, "los secretos del cuerpo artificial", una vuelta cr¨ªtica al mito de Pigmali¨®n y una serie de met¨¢foras de la posmodernidad. Para escribir esta obra, Pilar Pedraza ha viajado por distintos pa¨ªses, visitando museos, lugares inusitados, ciudades que a¨²n conservan la apariencia de un grabado del siglo XVIII, y una mec¨¢nica artesana y portentosa. En Neuch?tel, entre el vacuno y la relojer¨ªa, descubri¨® los tres aut¨®matas m¨¢s singulares del mundo. Probablemente, por discreci¨®n y delicadeza, no ha dicho si alguno de ellos anda metido en pol¨ªtica y por d¨®nde.
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