El convenio hispano-portugu¨¦s sobre los r¨ªos prev¨¦ la construcci¨®n de dos embalses

El convenio que firmaron Espa?a y Portugal el pasado 30 de noviembre sobre la gesti¨®n compartida de las cuencas hidrogr¨¢ficas comunes prev¨¦ la construcci¨®n de dos nuevos embalses situados en aguas internacionales del Tajo y el Guadiana. Los dos pa¨ªses acordaron darse dos a?os de plazo para hacer un estudio "prioritario" del aprovechamiento del tramo internacional del Guadiana, aguas abajo de la estaci¨®n de Pomar?o, y del r¨ªo Erjas en la cuenca del Tajo, aunque no precisa su uso, ya sea hidroel¨¦ctrico, para abastecimientos o regad¨ªos.El acuerdo tiene una duraci¨®n de siete a?os

Estos dos nuevos "aprovechamientos" no estaban contemplados en los anteriores convenios firmados por ambos pa¨ªses en 1964 y 1968 que se mantienen vigentes, salvo en lo regulado por el nuevo, firmado precipitadamente -despu¨¦s de m¨¢s de cuatro a?os de negociaci¨®n- en la cumbre ib¨¦rica de Vilamoura, en el Algarve (sur de Portugal), por el presidente espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, y el primer ministro portugu¨¦s, Ant¨®nio Guterres. El documento calificado de acuerdo hist¨®rico por ambos mandatarios, tuvo que ser revisado posteriormente para corregir peque?os detalles aflorados por las suspicacias pol¨ªticas que siempre ha suscitado el agua en el vecino pa¨ªs.La mayor discrepancia en las negociaciones se centr¨® en el Guadiana, r¨ªo que eventualmente lleva poca agua y cuyo reparto se hace, por tanto, m¨¢s dif¨ªcil. Madrid tem¨ªa que los agricultores espa?oles resultasen perjudicados, porque, adem¨¢s, Portugal construye cerca de la frontera la presa de Alqueva, la segunda m¨¢s grande del continente.

En cualquier caso, los caudales previstos en el protocolo para todos los r¨ªos ib¨¦ricos tendr¨¢n a¨²n que ser revisados hasta aclarar las discrepancias que actualmente subsisten en algunos registros del Duero (estaciones de Miranda, Saucelle y embalse de Pocinho), y hasta que se hayan concluido los estudios medioambientales en curso sobre el estado del estuario del Guadiana. Siempre que hay inundaciones en Portugal se alzan voces por doquier en los medios de informaci¨®n acusando a Espa?a de abrir sus embalses para evitar que se rompan, pero sin pensar en lo que sucede al otro lado de la frontera. Por supuesto, los responsables espa?oles replican con que las presas no se abren caprichosamente, y aducen que si diluvia la inundaci¨®n es una consecuencia l¨®gica.

Pero cada uno de los r¨ªos ib¨¦ricos es un mundo aparte, en cuanto a dependencia del r¨¦gimen de lluvias. El acuerdo hace que la declaraci¨®n de a?o seco en el Guadiana dependa del volumen de agua almacenado en el lado espa?ol, mientras que el Tajo, y a¨²n menos el Duero y el Mi?o, no suelen verse amenazados por falta de caudal.

Lo medioambiental est¨¢ presente en todo el texto. El pre¨¢mbulo meciona "la b¨²squeda de un equilibrio entre la protecci¨®n al medio ambiente y el aprovechamiento de los recursos h¨ªdricos necesarios para el desarrollo sostenible de ambos pa¨ªses", y la determinaci¨®n de "proteger los ecosistemas acu¨¢ticos y terrestres". Adem¨¢s de la atenci¨®n a los "impactos transfronterizos", el convenio habla directamente de "calidad de las aguas" y de "protecci¨®n y control de la contaminaci¨®n".

Secretismo

El convenio establece un compromiso mutuo de informaci¨®n y coordinaci¨®n en la gesti¨®n de las obras hidr¨¢ulicas de ambos pa¨ªses. Antes de dos a?os tendr¨¢n que haberse realizado estudios conjuntos sobre crecidas y sequ¨ªas para calcular sus efectos y poder prevenir.

Ese tipo de disposiciones ha sido recibido en Portugal como poco menos que reconocimiento hist¨®rico por parte espa?ola de que existe un vecino al oeste. Se ha saludado, adem¨¢s, que por vez primera se firma un convenio que establece un r¨¦gimen garantizado de caudales y, asimismo, un mecanismo y un sistema de arbitraje para solucionar los litigios que se planteen.

En un plano estrictamente pol¨ªtico, en el equipo negociador espa?ol hubo problemas antes de la firma entre la ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, y su colega de Agricultura, Loyola de Palacio, sobre todo a prop¨®sito de la cuenca del Guadiana. Y en Portugal se ha criticado fuertemente que la ministra de Medio Ambiente, Elisa Guimar?es Ferreira, s¨®lo present¨® en el Parlamento el convenio el pasado d¨ªa 15, es decir, dos semanas despu¨¦s de la firma. Los diputados del Partido Social Dem¨®crata, principal fuerza de la oposici¨®n al Gobierno socialista, se retiraron de la sala en protesta por el retraso de la ministra en informar del acuerdo.

"Nunca he visto tanto secretismo en estos temas, y menos explicaci¨®n", dice una especialista portuguesa en pol¨ªtica hidrol¨®gica. El pasado 23 de diciembre, el Consejo de Ministros portugu¨¦s aprob¨® finalmente el convenio. "Parece garantizar todo a Portugal... menos el agua", dice Francisco Nunes Correia, profesor del Instituto Superior T¨¦cnico. "No es que se repartan entre Espa?a y Portugal los caudales de sus r¨ªos comunes", dice Carlos Escart¨ªn, director general de Obras Hidr¨¢ulicas y Calidad de las Aguas del Ministerio de Medio Ambiente. "Lo que se reconoce a cada pa¨ªs son unos m¨ªnimos por a?o, a efectos puramente medioambientales".

Para Ecologistas en Acci¨®n el convenio viene a ser una prolongaci¨®n de los firmados en su ¨¦poca por Salazar y Franco, dominados por el criterio de sacar el m¨¢ximo rendimiento econ¨®mico a los r¨ªos