Entre la parodia y el 'show'

Es una obrita famosa que anda por el mundo con mucho ¨¦xito, a partir de Londres, donde se invent¨®. Encierra la c¨®mica idea de que todo Shakespeare se puede representar en un rato y hasta se establece una valiosa doctrina en el pr¨®logo: todos los escritores dicen siempre lo mismo y todos copian a sus anteriores las situaciones, los caracteres, y si se prescinde de lo adjetivo o de lo decorativo, todo se queda en poca cosa. Claro, que no es verdad: pero se puede aceptar siempre todo lo que se proponga como un punto de partida para una experiencia. Para otra cosa totalmente distinta de la que se ofrece.No conozco el original ingl¨¦s.Supongo que adaptadores, directores e int¨¦rpretes habr¨¢n hecho aqu¨ª un gran trabajo de adecuaci¨®n no s¨®lo al p¨²blico, sino al actor. O sea, a Gurruchaga, a quien acompa?an dos compa?eros que trabajan bajo presi¨®n, velocidad y ritmo. Lo que se ha conseguido es, en parte, una parodia: en parte much¨ªsimo mayor, un show. Se sabe qu¨¦ tipo de espect¨¢culo: el de la personalidad de este gran personaje de la burla, de la huida de la sociedad constituida. Hoy ya hay gente m¨¢s deslenguada que Gurruchaga. Bastante. Pero un p¨²blico joven le sigue y se r¨ªe a carcajadas con su parodia, participa, aplaude y grita, lleva el comp¨¢s de las canciones que interpreta en ingl¨¦s, en ese ingl¨¦s que ¨¦l hizo caracter¨ªstico. El domingo estaba lleno el Teatro Lara. Gurruchaga y sus compa?eros fueron coreados y ovacionados. Es un buen regreso para el showman.