De mesa a mesa
EL "LEHENDAKARI" Ibarretxe se dispone a entrevistarse con todas las fuerzas parlamentarias vascas con vistas a la constituci¨®n de un foro de di¨¢logo que sustituya a la Mesa de Ajuria Enea y en la que est¨¦ presente Euskal Herritarrok (EH). El portavoz de esta formaci¨®n, Arnaldo Otegi, calific¨® ayer de "juego sucio" la eventual concesi¨®n a los miembros de la anterior direcci¨®n de HB, encarcelados desde hace un a?o, del tercer grado penitenciario y exigi¨® su liberaci¨®n inmediata. El portavoz del PNV, Joseba Egibar, calific¨® de "provocaci¨®n" la pol¨ªtica penitenciaria del ministerio del Interior y augur¨® el ingreso de Euskadi como nuevo Estado de la Uni¨®n Europea en unos pocos a?os. Como dicen los de Gomaespuma, "as¨ª est¨¢ el tema".La aplicaci¨®n del tercer grado a la anterior Mesa Nacional de HB es una medida razonable. No es cierto que fueran condenados, como pretende Otegi, por defender con la palabra una alternativa de democracia y de paz", sino por colaboraci¨®n con banda armada. Es decir, por un delito comparable al que colabora mediante la donaci¨®n de su dinero a los fines de un grupo dedicado a secuestrar y asesinar. Considerar una "alternativa democr¨¢tica y de paz" a la utilizada por ETA para justificar esos cr¨ªmenes es falsificar hasta el absurdo el significado de las palabras. Otra cosa es que la sentencia pueda considerarse demasiado severa: siete a?os para los 23 miembros de la direcci¨®n supone una condena total de 161 a?os. La nueva situaci¨®n creada por la tregua de ETA ofrece un marco favorable para aligerar esa dureza sin vulnerar la legalidad. Pero es una posibilidad, no un derecho de los reclusos o una obligaci¨®n del Gobierno.
La concesi¨®n del tercer grado a los condenados por el secuestro de Segundo Marey, tras el indulto que ha reducido sus penas, tambi¨¦n favorece la concesi¨®n de beneficios penitenciarios a los ex dirigentes de HB. Lo que no tiene sentido es denunciar a la vez el agravio y la posibilidad de remediarlo. Pero ¨¦sa parece ser la l¨ªnea de los nuevos dirigentes: la del desbordamiento. Exigir algo y considerar una ofensa, por insuficiente, su concesi¨®n. El acercamiento de presos condenados por cr¨ªmenes terribles era una exigencia para "humanizar el conflicto". Pero su concesi¨®n fue s¨®lo el motivo para convocar una manifestaci¨®n "contra la vulneraci¨®n de los derechos de los presos vascos". Parece claro que ¨¦sa ser¨¢ tambi¨¦n su estrategia en el foro que trata de constituir Ibarretxe. Pocas dudas quedan de que la liquidaci¨®n de la Mesa de Ajuria Enea fue una de las exigencias de ETA-HB a los nacionalistas que firmaron con ellos el acuerdo de Estella. Tal como est¨¢n las cosas, ser¨ªa poco realista intentar recuperarla dejando fuera a HB. Pero a¨²n m¨¢s absurdo ser¨ªa tratar de sustituirla por un pacto de Estella ampliado con los partidos constitucionalistas.
Ibarretxe ha lamentado que el rechazo del plan Ardanza por el PP y el PSOE retrasara el inicio del proceso de pacificaci¨®n y ha ofrecido ese plan como marco adecuado para integrar a todas las fuerzas en un nuevo foro. Es dudoso que ETA hubiera acordado la tregua si los partidos constitucionalistas hubieran aceptado de entrada la propuesta de Ardanza. En todo caso, una vez que la tregua existe, carece de sentido la discusi¨®n sobre si era necesario o no un incentivo pol¨ªtico para que ETA decretara un alto el fuego indefinido, pero a estas alturas tampoco caben demasiadas dudas de que para ETA y HB la paz tiene un precio: la denuncia del Estatuto y la apertura de un proceso constituyente que abra paso al programa m¨¢ximo nacionalista. El foro podr¨¢ ser nuevo, pero el problema permanece. Ibarretxe tendr¨¢ que plantearse si sigue vigente lo sustancial de Ajuria Enea: que haber matado no da derecho a contrapartidas pol¨ªticas por dejar de hacerlo.
El nuevo foro puede ser un marco adecuado para hac¨¦rselo entender a Otegi y compa?¨ªa, pero para ello ser¨ªa conveniente que Egibar y dem¨¢s dirigentes nacionalistas democr¨¢ticos dejasen de difundir fantas¨ªas como la de la decimosexta estrella de la UE, y de considerar como un derecho inalienable la realizaci¨®n del programa m¨¢ximo nacionalista. As¨ª est¨¢ el tema.
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