Cambia la novela; el 'gulag' permanece
El espect¨¢culo no ha resultado liviano, como era de esperar y como el p¨²blico comprende: nadie va ir a ver una pieza sobre el gulag con ¨¢nimos de divertirse o descansar. Generalmente cuando se pone en escena una novela es para dar una nueva visi¨®n, una nueva interpretaci¨®n o para divulgarla, hacerla llegar a un p¨²blico m¨¢s amplio. Esto es v¨¢lido para el nuevo espect¨¢culo de Taganka: Liubimov cambia en cierta medida el sentido de la obra. Solzhenitsin nos hablaba en su novela de presos que pertenecen a lo que en Rusia llaman "intelectualidad t¨¦cnica", que en medio de dudas, vacilaciones y discusiones, al fin y al cabo cumpl¨ªa el encargo que le hac¨ªa el KGB, sabiendo que su invento aumentar¨ªa el n¨²mero de perseguidos por el r¨¦gimen.
Liubimov, en cambio, pone el acento en la resistencia de los presos a los dictados del KGB; pr¨¢cticamente todos los actores principales tienen mon¨®logos en los que, con valent¨ªa, denuncian a los servidores de la dictadura y se niegan a los privilegios que les ofrecen si aceptan dise?ar nuevos equipos para perfeccionar el control total sobre la gente.
El primer c¨ªrculo es el decimotercer espect¨¢culo que el viejo Taganka tiene en cartelera. Para esta ocasi¨®n, Liubimov quer¨ªa escenificar Arremet¨ªa el becerro contra el roble, pero Solzhenitsin le dijo que no porque se trata de memorias que contin¨²a escribiendo.
El legendario teatro est¨¢ dividido en dos desde hace m¨¢s de cinco a?os: el nuevo Taganka, que funciona al lado del viejo, lo dirige Nikolai Gubenko, quien en 1988, siendo ministro de Cultura de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, organiz¨® el retorno de Liubimov del exilio.
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