Una biograf¨ªa al borde de la ley
A Jes¨²s Gil se le cuentan hasta 80 casos en los juzgados y 10 expedientes en las instituciones deportivas
Buena parte de los 65 a?os vividos por Jes¨²s Gil y Gil han estado ligados al esc¨¢ndalo y al borde de la ley. El alcalde de Marbella y presidente del Atl¨¦tico de Madrid es un hombre excesivo en todo: se le cuentan hasta 80 casos en los juzgados y ha batido r¨¦cords con las instituciones deportivas, que le han abierto diez expedientes y le han inhabilitado en varias ocasiones. Todas estas experiencias las hab¨ªa sorteado con una dial¨¦ctica chabacana y violenta, al tiempo que se vanagloriaba de su impunidad. Se mostraba inmune ante la Administraci¨®n ("A la gente normal le mandan a los de Hacienda. A m¨ª los de Hacienda me tocan los cojones"), ante los pol¨ªticos ("la pol¨ªtica es un cobijo de incompetentes. Yo no les tendr¨ªa ni de botones en mi empresa"), y ante la misma Justicia: ("Esto es el derecho del establo, no el Estado de derecho"). Jes¨²s Gil naci¨® en Burgo de Osma (Soria), comenz¨® a estudiar Ciencias Econ¨®micas en Madrid pero enseguida dej¨® los libros para montar su primer negocio: una tienda de repuestos de autom¨®viles, que cambi¨® poco despu¨¦s por la compra-venta de solares. A los 36 a?os se convirti¨® en constructor y levant¨® la urbanizaci¨®n de Los ?ngeles de San Rafael. Pero poco despu¨¦s de acabar la obras, el 15 de junio de 1969, mientras alrededor de 300 personas com¨ªan en el restaurante de la urbanizaci¨®n, se desplom¨® el techo y murieron 58 comensales. Gil fue condenado por imprudencia temeraria. Tras 18 meses de prisi¨®n fue puesto en libertad gracias a un indulto de Franco. Al salir de la c¨¢rcel reanud¨® sus negocios en Los ?ngeles de San Rafael y comenz¨® a ser visitante habitual de los juzgados. Desde entonces ocupa gran parte de su tiempo en resolver sus problemas con la justicia e incluso presume de tener como consejero de cabecera a un abogado, Jos¨¦ Luis Sierra.Gil tiene abiertos alrededor de 80 casos judiciales. El que le ha llevado a la c¨¢rcel por segunda vez en su vida comenz¨® a partir de una denuncia de 1996 que llev¨® a la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n de la Audiencia Nacional a investigar el posible desv¨ªo de dinero del Ayuntamiento de Marbella a la tesorer¨ªa del Atl¨¦tico de Madrid. El club de f¨²tbol, a cuya presidencia lleg¨® el 26 de junio de 1987, le ha servido para darse a conocer en todo el mundo, hacer negocios y lanzar a trav¨¦s de la prensa ataques verbales a personas e instituciones.
Uno de los primeros ataques tuvo como destinatario al entonces presidente del Consejo General de la Abogac¨ªa, Antonio Pedrol Rius, al que acus¨® de comprar al juez que intervino en el caso de la quiebra del Banco de Navarra con el que Gil estaba relacionado. Poco despu¨¦s arremeti¨® contra el entonces gobernador del Banco de Espa?a, Mariano Rubio, del que dijo que estaba colapsando sus operaciones financieras desde hace a?os.
En 1991 asegur¨® estar harto de no poder construir en Marbella y decidi¨® presentarse a las elecciones a la alcald¨ªa para tener v¨ªa libre. Lo hizo como cabeza de lista del GIL, el Grupo Independiente y Liberal, que tambi¨¦n gobierna en Estepona bajo el mandato de su hijo mayor, Jes¨²s Gil Mar¨ªn. Ahora proyecta presentarse en Ceuta y Melilla. Si Gil fuese cabeza de lista en la generales por Ceuta le bastar¨ªan 12.000 votos para ser diputado y disfrutar de la inmunidad parlamentaria. Una docena de inmobiliarias de la Costa del Sol ha desembarcado en Ceuta al conocer sus intenciones. Con ¨¦l es f¨¢cil hacer negocios.
Gil no oculta que en su alcald¨ªa se hace todo lo que ¨¦l quiere. En m¨¢s de una ocasi¨®n ha explicado c¨®mo una ma?ana, harto de hacer bicicleta est¨¢tica frente a una ventana que daba a un bloque en construcci¨®n, decidi¨® ordenar su demolici¨®n bajo alguna argucia m¨¢s o menos legal para poder disfrutar del paisaje. Ya en 1994 el fiscal pidi¨® ocho a?os de inhabilitaci¨®n para Gil por derribar, sin expediente previo, la vivienda del ex alcalde socialista, Francisco Parra. M¨¢s tarde hizo la mismo con la sede de UGT.
La pol¨ªtica urban¨ªstica de Marbella la dise?a a su gusto. El 8 de agosto pasado aprob¨® con nocturnidad, en una sesi¨®n convocada a medianoche, el nuevo plan de urbanismo que adolece, seg¨²n la Junta de Andaluc¨ªa, de graves ilegalidades. Pero el alcalde ni se inmut¨®. Los convenios urban¨ªsticos por los que Gil permiti¨® edificar m¨¢s de la cuenta -a expensas de aprobar el nuevo PGOU- le han proporcionado al municipio unos ingresos de unos 64.000 millones de pesetas, seg¨²n el propio equipo de gobierno. Algunos medios financieros calculan su fortuna en m¨¢s de 20.000 millones de pesetas.
El grueso de los problemas de Gil lo componen asuntos urban¨ªsticos. La Junta de Andaluc¨ªa ha solicitado la impugnaci¨®n ante el Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa de 40 licencias de obra concedidas por el alcalde marbell¨ª y tiene en cartera las reclamaciones por otras 15. Los intentos de echar por tierra estas licencias no han achantado a Gil y a su equipo, ya que estiman que cuando est¨¦n las sentencias definitivas por estos casos -"dentro de 10 a?os", cuando se agoten los recursos, bromean sus abogados- ser¨¢ muy dif¨ªcil que se pueda ejecutar la demolici¨®n de bloques enteros de viviendas, ya ocupados por personas adineradas y de buena posici¨®n social.
Las denuncias de la concejal socialista Isabel Garc¨ªa Marcos han llevado a la fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n a investigar, adem¨¢s, la venta de locales comerciales en la avenida de Ricardo Soriano -la principal arteria de Marbella-, que compr¨® el Ayuntamiento por 500 millones y que el PSOE sostiene que dos meses antes fueron adquiridos por una sociedad del propio Gil por 292 millones.
En el mundo del f¨²tbol han sido continuas sus descalificaciones y enfrentamientos con las autoridades deportivas. La Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol ha llegado a abrirle 10 expedientes, algunos de ellos con sanci¨®n de inhabilitaci¨®n. Sin embargo, la imagen que nadie olvida fue la de aquel d¨ªa en que la emprendi¨® a pu?etazos con el gerente del Compostela ante las c¨¢maras de televisi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.