Una pel¨ªcula empa?a la leyenda de la violonchelista brit¨¢nica Jacqueline du Pr¨¦
El filme se basa en un libro que retrata a la artista como una mujer perturbada y cruel
Ni?a prodigio y virtuosa violonchelista, esp¨ªritu inquieto y alma atormentada, Jacqueline du Pr¨¦ conoci¨® la fama y tambi¨¦n la tragedia. Una esclerosis m¨²ltiple fren¨® su floreciente carrera cuando s¨®lo ten¨ªa 28 a?os y, tras vivir recluida en una silla de ruedas, en obligado silencio, la m¨ªtica artista brit¨¢nica desapareci¨® finalmente en 1987, a los 42. Du Pr¨¦ dej¨® una colecci¨®n de grabaciones de Elgar o Bach, entre otros, adem¨¢s de numerosos conciertos en directo, con los que se gan¨® un puesto estelar en el pante¨®n art¨ªstico del siglo XX. Sin embargo, una pel¨ªcula y un libro empa?an la figura de esta leyenda de la m¨²sica y la retratan como una mujer perturbada y peligrosa.
Tras el genio art¨ªstico y la admirada fachada p¨²blica se escond¨ªa una personalidad compleja y aparentemente perturbada, que desenmara?a la pel¨ªcula Hilary and Jackie, del realizador Anad Tucker, especializado hasta la fecha en documentales de televisi¨®n. Tucker y el guionista Fran Cottrell Boyce basan su trabajo en la biograf¨ªa de los ¨²nicos supervivientes de la familia Du Pr¨¦, Hilary y Piers, hermanos mayores de Jackie, y lo completan con investigaciones propias. Ambos, libro y pel¨ªcula, pintan a Du Pr¨¦ como una mujer manipuladora, cruel y de una peligrosa voracidad sexual.El texto de los hermanos Du Pr¨¦, Un genio en la familia, editado el a?o pasado, caus¨® serias convulsiones en el Reino Unido, dado el caudal de "trapos sucios" que desvela. El m¨¢s pol¨¦mico, que se revive en la pel¨ªcula, se refiere a un m¨¦nage ¨¤ trois entre Hilary, su marido, Kiffer, y Jackie. Hilary incluso explica en el libro que ella misma convenci¨® a su marido para que compartiera cama con su cu?ada. El matrimonio de Jackie con el pianista y director de orquesta Daniel Barenboim se acercaba a las rocas y una aventura sexual en la intimidad familiar pareci¨® un buen remedio contra la depresi¨®n. Hilary y Kiffer superaron las consecuencias del singular acuerdo y, dos d¨¦cadas despu¨¦s, siguen conviviendo juntos.
Como era de esperar, la desmitificaci¨®n del mito no satisface a algunos de los m¨²sicos que conocieron a la chelista. Para contrarrestar el exceso de confidencias de los hermanos Du Pr¨¦, Barenboim ha colaborado con otra biograf¨ªa menos demoledora, Jacqueline du Pr¨¦, que escribi¨® Elizabeth Wilson el a?o pasado. Este mes, el ex marido de la desaparecida Jackie guarda silencio mientras estudia la posibilidad de impedir la distribuci¨®n del filme en Francia, su lugar de residencia.
A su cruzada se ha sumado Julian Lloyd Weber, hermano del famoso compositor Andrew, quien intervino en la pol¨¦mica tras la publicaci¨®n de Un genio en la familia, y vuelve a elevar sus protestas en v¨ªsperas del estreno cinematogr¨¢fico en el Reino Unido.
"Es un golpe malicioso por parte de Hilary y Piers. Las revelaciones que destapan son el m¨¢ximo acto de rencor y amargura posible El libro me deja con un desagradable sabor de boca", se?ala en una entrevista. Lloyd Weber contin¨²a: "A Hilary la devoraban los celos. S¨®lo parec¨ªa contenta cuando controlaba a Jackie; es decir, cuando su hermana estaba enferma en silla de ruedas. Jackie triunf¨®; sus hermanos, no. Y eso todav¨ªa les duele".
Criadas en Oxford, ambas hermanas despuntaron de ni?as en el terreno musical. Hilary, con la flauta; Jackie, con el violonchelo. Pero mientras la peque?a Jackie debutaba con 16 a?os en Londres, sal¨ªa de gira internacional y recog¨ªa galardones y medallas, su hermana abandonaba su vocaci¨®n para llevar una vida tradicional de ama de casa. La turbulenta relaci¨®n entre ambas, incluidos los juegos de terror a medida que la enfermedad frenaba la movilidad de Jackie, se exponen en el libro y centran la narraci¨®n de la pel¨ªcula.
Hilary y Piers defienden su revisi¨®n biogr¨¢fica como un ejercicio de supervivencia y como un esfuerzo por airear la verdad. Como en Un genio en la familia, el filme explora las dificultades que conlleva la convivencia con una persona superdotada y desentierra los demonios que poblaron la tr¨¢gica trayectoria de Jacqueline du Pr¨¦. "Para m¨ª", dice el director de la pel¨ªcula, Anad Tucker, "su m¨²sica incluye todo: amor, odio, tristeza, belleza, maravilla. Se menosprecia a ella y a su m¨²sica intentando canonizarla y contando una mentira sobre qui¨¦n era en realidad".
Sin su alegr¨ªa
Lloyd Weber conoci¨® personalmente a Jackie -fue una de las inspiraciones que le llevaron a aprender chelo-, pero no reconoce el retrato que de ella se ofrece en el filme. "Falla deplorablemente a la hora de transmitir la maravillosa alegr¨ªa que sent¨ªa Jacqueline du Pr¨¦ al tocar, y su habilidad ¨²nica para acercar esa alegr¨ªa a la audiencia", ha dicho esta semana, tras su malestar al ver c¨®mo apean del pedestal al ¨ªdolo de toda una generaci¨®n de m¨²sicos brit¨¢nicos.
En especial, la actuaci¨®n de Emily Watson, quien, al parecer, practic¨® el chelo hasta hacerse heridas en los dedos durante su preparaci¨®n del papel, ha merecido ya una candidatura a los Golden Globe, antesala habitual de los oscars. Watson no consigui¨® el m¨¢ximo galard¨®n que muchos esperaban en el Festival de Venecia, donde se proyect¨® la pel¨ªcula el oto?o pasado, pero su fiel reflejo del esp¨ªritu inquieto de Jackie est¨¢ causando tanta sensaci¨®n como su excelente debut cinematogr¨¢fico en Rompiendo la olas, de Lars von Trier.
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