El Deportivo da pena

Los avatares de la clasificaci¨®n lo enmascararon durante algunas semanas, pero han bastado dos tropiezos para revelar la aut¨¦ntica realidad: el Deportivo es una pena de equipo, un grupo de muy buenos futbolistas incapaz de lograr nada de provecho por su desidia, su ego¨ªsmo y sus rencillas personales. Ayer, al Deportivo se quit¨® la ¨²ltima careta, la que adecentaba un poco su imagen con la aureola de que Riazor era a¨²n un reducto inexpugnable. Pero, tal como estaban sucedi¨¦ndose los hechos, la derrota en casa ten¨ªa que sobrevenir un d¨ªa de ¨¦stos y el premio le toc¨® al Racing, que llegaba en muy mala situaci¨®n, con un entrenador interino en el banquillo. Sus futbolistas, sin embargo, supieron sobreponerse a los problemas, y dos de ellos, V¨ªctor y Munitis, dejaron un sello de clase para proporcionar a su equipo una victoria bals¨¢mica.El Deportivo practica una especie de impostura futbol¨ªstica. Para los no avisados, ofrece un aspecto muy prometedor. Toca muy bien la pelota, tiene gente que sabe adornar la jugada y en cualquier momento aparece Fran para dejar constancia de su genio. Pero eso es el simple envoltorio, un truco que sirve para enga?ar durante unas cuantas semanas hasta que la realidad pone las cosas en su sitio. Y la aut¨¦ntica realidad de este equipo es bastante penosa.

Bajo la apariencia de exquisitez, se esconde un grupo que descuida detalles imprescindibles del juego -la presi¨®n o la colocaci¨®n defensiva- y que en cuanto surge la primera adversidad, se inhibe de forma vergonzosa, como si la suerte del colectivo fuese indiferente para algunos futbolistas s¨®lo atentos a dejar su sello personal. Ser¨ªa injusto descargar toda la culpa en el banquillo.

Ayer, el Deportivo sali¨® como siempre, a medio gas, con una actitud un tanto displicente y comodona. En los primeros minutos, no jug¨® mal. Combin¨® como sabe hacerlo, Hadji ofreci¨® algunos detalles por la banda derecha y el de siempre -o sea, Fran- se encarg¨® de no dar tregua a la defensa del Racing y de levantar los ¨¢nimos del escaso y malhumorado p¨²blico.

Pero en cuanto los rivales se sacuden sus complejos y piden la palabra, el Deportivo desaparece. Fue lo que ocurri¨® mediada la primera parte. Como los blanquiazules no pon¨ªan demasiado empe?o, el Racing empez¨® a meterse en el partido. Aunque ninguno de los integrantes de su plantilla figure entre las listas de supuestas estrellas de la Liga, el Racing tiene varios futbolistas muy interesantes. Uno es Ismael, un medio centro de tanta envergadura f¨ªsica como criterio para repartir la pelota. V¨ªctor aporta olfato goleador y Munitis es un jugador en clara progresi¨®n, el cl¨¢sico delantero peque?ito, r¨¢pido y habilidoso, ideal para los equipos de contragolpe. Junto a ellos se present¨® ayer el argentino Magallanes, otro tipo alto y combativo, con una t¨¦cnica nada despreciable.

Conforme el Deportivo se iba diluyendo, el Racing, que en principio pensaba s¨®lo en el contraataque, intuy¨® que el partido le ofrec¨ªa otras posibilidades. Y poco antes del descanso, un buen pase de Ismael y un alarde de V¨ªctor dentro del ¨¢rea, amagando ante las alocadas acometidas de la defensa blanquiazul, proporcionaron el gol a los c¨¢ntabros. El equipo cobr¨® algo de vida con la entrada de Bassir, un futbolista veloz que amenaz¨® con destrozar la banda izquierda del Racing. El marroqu¨ª fue como una inyecci¨®n de adrenalina para los coru?eses, que lograron el empate en un cabezazo del, por lo dem¨¢s, inactivo Pauleta. Los blanquiazules vieron la victoria a su alcance, pero fue el Racing el que se aprovech¨® de esa s¨²bita ambici¨®n de su rival. Munitis caz¨® una pelota al contragolpe, ridiculiz¨® a toda la defensa gallega y abri¨® para que Bestchastnykh arrancase al Deportivo la ¨²ltima m¨¢scara bajo la que se ocultaba un equipo que da pena.