Salgado compone un retrato m¨²ltiple del dolor
Una exposici¨®n recoge en Madrid 120 im¨¢genes y 20 a?os de trabajo del fot¨®grafo brasile?o
Ciento veinte instant¨¢neas en blanco y negro captadas por Sebasti?o Salgado, el fot¨®grafo brasile?o acreditado con el ¨²ltimo Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Artes, se exponen a partir de hoy, hasta el 14 de febrero, en las dos salas de la Escuela de Fotograf¨ªa y T¨¦cnicas de la Imagen de Madrid (EFTI). Son fotograf¨ªas que tratan de sintetizar en un ¨¢lbum toda una arqueolog¨ªa de la condici¨®n humana de fin de siglo, captadas durante los ¨²ltimos veinte a?os, y que bien podr¨ªan servir como un pan¨®ptico que sintetiza el otro lado de la denominada sociedad global. Salgado, en una muestra que deja constancia de su calidad como fotoperiodista, ofrece, a trav¨¦s de los campesinos de Latinoam¨¦rica y ?frica y de los trabajadores de una decena de pa¨ªses, un retrato m¨²ltiple de dolor y luz.
Con el t¨ªtulo Una gracia incierta, posiblemente se recopile una de las m¨¢s importantes exposiciones de Sebasti?o Salgado realizada con vocaci¨®n antol¨®gica en los ¨²ltimos a?os. Presentada en una galer¨ªa de referencia que acertadamente complementa de forma regular, desde el 97, la intermitente programaci¨®n expositiva fotogr¨¢fica de Madrid -cuenta con una oferta mensual de un par de muestras de todo tipo de naturaleza y tendencias-, la exposici¨®n de EFTI (calle Fuenterrab¨ªa, 4) est¨¢ estructurada en tres apartados.En primer lugar, Salgado muestra las im¨¢genes de los campesinos que retrat¨® a partir de 1977, un paquete de tomas plet¨®ricas de intencionalidad, con una alta dosis de denuncia. Eran sus primeros trabajos. No hay que perder de vista su trayectoria profesional y c¨®mo aterriz¨® en la fotograf¨ªa. Fue en Par¨ªs, en los setenta, cuando un amigo suyo y de su mujer -Lelia Wanick-, de profesi¨®n arquitecta y estrechamente ligada a su proyecto durante toda su vida profesional, en 1973 le compr¨® una c¨¢mara con la intenci¨®n de documentar solamente edificaciones. Salgado, la primera vez que la cogi¨® fue para hacer un retrato a su esposa.
A partir de entonces, confiesa que la fotograf¨ªa invadi¨® su vida. Eran los a?os en que estaba de moda ser fot¨®grafo, sobre todo en un Par¨ªs convertido en la capital del medio y de las m¨ªticas agencias (all¨ª trabaj¨® tras haber ejercido de freelance, para Sigma en 1974, Gamma desde 1975 a 1979 y en Magnum, donde se incorpor¨® en 1979). Economista de formaci¨®n, pronto, como otros muchos, cambi¨® de profesi¨®n, o mejor, aplic¨® la suya a un proyecto muy personal ligado a captar im¨¢genes de forma met¨®dica.
Monogr¨¢ficos
Los otros dos cap¨ªtulos de Una gracia incierta, presentada ahora en Madrid, se corresponden con trabajos monogr¨¢ficos realizados en ?frica, en el Sahel m¨¢s puro y duro (1984-1985). Son registros de la pobreza y de la miseria absoluta, padecida por los campesinos de aquel ¨¢rea, tomas hechas durante los ¨²ltimos 15 meses, en los que cubri¨® a una misi¨®n de ayuda humanitaria de la ONG M¨¦dicos sin Fronteras.En 1986 public¨® un libro con estas fotos, que fue acreditado como la mejor publicaci¨®n del a?o por Los Encuentros Internacionales de Fotograf¨ªa de Arl¨¦s (Francia).
El tercer cap¨ªtulo se corresponde con la intenci¨®n de hacer una ilustraci¨®n del "fin de un mundo", del fin del milenio, "el del trabajo, tal y como nos lo ha legado un siglo de maquinismo industrial, y que hoy se halla en v¨ªas de desaparici¨®n, reemplazado por ordenadores y robots", seg¨²n explica. Para el desarrollo de este ¨²ltimo cap¨ªtulo viaj¨®, entre otros pa¨ªses, a la India, Cuba, Bangladesh, Estados Unidos, China, Brasil, Francia...
Sebasti?o Salgado naci¨® en la ciudad de Aimor¨¦s, en el Estado de Minas Gerais (Brasil), en 1944, en el seno de una familia numerosa cuyo padre ten¨ªa dos haciendas de ganado. Economista de formaci¨®n, trabaj¨® en el Ministerio de Finanzas de su pa¨ªs, y despu¨¦s, en la sede londinense de la Organizaci¨®n Mundial del Caf¨¦. El primer pa¨ªs que visit¨® como miembro de esta organizaci¨®n fue Ruanda.
En los a?os setenta, en Par¨ªs, descubri¨® la fotograf¨ªa, que el artista ha definido como "un medio de comunicaci¨®n para llegar a un grupo de personas", para acercarse al mundo y comprenderlo.
La exposici¨®n Una gracia incierta es una muestra de referencia de m¨²ltiples usos e infinitas lecturas -no estrictamente fotogr¨¢ficas- y esencial para quienes quieran encontrar las claves del fotoperiodismo de los a?os cincuenta, versi¨®n los noventa.
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