Desencuentro en el "cap i casal"
Hace unos d¨ªas la Comissi¨® de Llegat del Consell Valenci¨¤ de Cultura (CVC) dedic¨® una de sus reuniones al problema suscitado por la prolongaci¨®n de la avenida de Blasco Ib¨¢?ez, en el cap i casal de nuestro pa¨ªs. El Consell como ustedes saben es, seg¨²n nuestra Ley de Patrimoni Cultural, una entidad consultiva en materia de patrimonio y, por eso, y a petici¨®n de las entidades ciudadanas del Cabanyal-Canyamelar, va emitir una opini¨®n sobre un tema que es objeto de controversia, una controversia que desborda los l¨ªmites del municipio de Valencia por afectar a valores arquitect¨®nicos y paisaj¨ªsticos de nuestro pueblo y sus tradiciones. En estos momentos, tal y como los medios de comunicaci¨®n dieron a conocer, el CVC ha realizado una visita a la zona afectada, y la tarea de estudio y debate no ha terminado. No puede pues avanzarse nada sobre la opini¨®n colegiada que en su d¨ªa se adopte, eso ser¨¢ el resultado del trabajo y la reflexi¨®n colectiva. La comparecencia de los t¨¦cnicos responsables del proyecto de ampliaci¨®n y de la posible regeneraci¨®n del Cabanyal-Canyamelar merece algunos comentarios y a m¨ª me plantea una serie de consideraciones que pueden servir como referencias de cara a la formaci¨®n de una opini¨®n ciudadana hoy m¨¢s necesaria que nunca. Pues bien, cuando estamos ya al final del a?o Blasco Ib¨¢?ez, y en el mismo d¨ªa algunos miembros del CVC o¨ªmos primero a una representaci¨®n de la Coordinadora Ciudadana que viene oponi¨¦ndose al proyecto, para escuchar minutos m¨¢s tarde a dos arquitectos que representaban la opini¨®n del gobierno de Rita Barber¨¢. Seguramente la opini¨®n de los vecinos sea conocida y por ello omitimos insistir sobre ella dejando la cuesti¨®n para su momento; ahora, sin embargo, s¨ª vale la pena considerar los argumentos de quienes aparecen como autores de un proyecto, o como sus valedores. Seg¨²n los aludidos facultativos, se?ores Corell y Monfort, el cap i casal sufre un "desencuentro" que hay que superar, lo cual a su vez produce que tengamos una ciudad "desestructurada". Tales puntos de partida, formulados as¨ª como a priori, me impresionaron y escuch¨¦ con atenci¨®n su exposici¨®n. Estaba claro que cuando hablaban de "desencuentro" alud¨ªan al mismo en relaci¨®n al mar, y en cuanto a la segunda; he recurrido al diccionario de la Real Academia -la Espa?ola, por supuesto-, seg¨²n ¨¦sta, estructurar es "ordenar, distribuir". Valencia sufre un desencuentro respecto al mar y no est¨¢ ordenada. Tras escuchar, unas conclusiones aparecen con claridad: hay que prolongar Blasco Ib¨¢?ez para encontrarse con el mar, es el ¨²nico modo de hacerlo, las otras posibilidades se descartan, as¨ª hacerlo por la nueva avenida abierta en el Nou Campus -el cual ya destruy¨® parte de la huerta- no sirve porque no tiene vida ciudadana, a lo cual habr¨ªa que replicar, en mi opini¨®n, aquello de que precisamente esa vida le vendr¨ªa si se potenciara ese acceso; otra conclusi¨®n, esa prolongaci¨®n tiene un precio cual es destruir unas 1.100 viviendas del Cabanyal-Canyamelar, que ser¨ªan sustituidas por viviendas nuevas. A cambio de esa destrucci¨®n se ofrece una contraprestaci¨®n, pues el Ayuntamiento pondr¨ªa en marcha un Plan de Choque de rehabilitaci¨®n y regeneraci¨®n del barrio afectado. Todo eso seg¨²n los t¨¦cnicos citados. Como es natural esos t¨¦cnicos no ocultaron que su propuesta comporta un saldo, destruir parte de un conjunto que es una parte de nuestro patrimonio a cambio de conservar otra parte, la que quedar¨ªa. En resumen, ven¨ªan a decir, solucionemos el desencuentro, destruyendo, y a cambio dejamos algo que vamos a mejorar. Nada se nos dice sobre por qu¨¦ no se ha mejorado antes. Para m¨¢s claridad, y en respuesta a una pregunta que yo formul¨¦, ambos t¨¦cnicos manifestaron que la recuperaci¨®n y la rehabilitaci¨®n del Cabanyal-Canyamelar era posible con independencia de la prolongaci¨®n de la avenida de Blasco Ib¨¢?ez, a?adiendo, eso s¨ª, que a su juicio eso facilitaba el encuentro de la ciudad con esos barrios marineros. Por lo visto el "encuentro" de la ciudad s¨®lo es posible con la destrucci¨®n o la mutilaci¨®n, de una parte valiosa de nuestro patrimonio. Puestas as¨ª las cosas, el dilema es optar por una "modernidad" entendida como negocio inmobiliario, el coche, el acceso por amplias avenidas como en cualquier ciudad sin tradici¨®n hist¨®rica, entender la "modernidad" como la identidad de un pueblo con historia, con la identificaci¨®n entre progreso y patrimonio cultural. Los ciudadanos del cap i casal deben tomar opci¨®n entre una cosa u otra, y al hacerlo estar¨¢n dando al conjunto de lo que este pa¨ªs o comunidad un modelo, una visi¨®n de su sentimiento o raz¨®n de ser.
Vicent ?lvarez es miembro del Consell Valenci¨¤ de Cultura.
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