"A los ni?os-soldado se les droga y creen que est¨¢n jugando"
Rachel Brett naci¨® hace 50 a?os en una familia brit¨¢nica cu¨¢quera. De su padre aprendi¨® que todo ser humano posee elementos de Dios y que una mujer tiene los mismos derechos y obligaciones que el hombre. Con el tiempo hizo suyas las doctrinas pacificistas de esta secta religiosa e ingres¨® en ella por convicci¨®n, no por herencia, para promover acuerdos y erradicar conflictos.Abogada y madre de tres hijos, Brett investiga desde 1979 el problema de los ni?os-soldado y hace campa?a para establecer la edad de reclutamiento en los 18 a?os. Dirige la oficina Cu¨¢quera en Ginebra y acaba de colaborar en la campa?a de Amnist¨ªa Internacional (AI) en defensa de los menores con el informe Ni?os en la l¨ªnea del Frente.
Pregunta. ?Qu¨¦ le llev¨® a dedicar su vida a tareas humanitarias?
Respuesta. Mi doctrina me impide ser un ciudadano pasivo y, como miembro de una organizaci¨®n pacificista, debo trabajar por erradicar las causas de los conflictos.
P. ?C¨®mo surgi¨® su colaboraci¨®n con AI y su informe en el que denuncia la existencia de 300.000 ni?os combatientes?
R. En diciembre de 1997, AI acord¨® incluir a los ni?os-soldado en su campo de acci¨®n. A¨²n no tienen expertos en esta ¨¢rea y pidieron mi colaboraci¨®n en la campa?a que acaban de lanzar. Acept¨¦ de inmediato, sin pedir remuneraci¨®n, porque el tema es parte esencial de mi trabajo. Tanto yo como otros compa?eros hemos supervisado las investigaciones de Naciones Unidas sobre ni?os-soldado.
P. ?Qu¨¦ conclusiones b¨¢sicas extrae?
R. Es un problema con una dimensi¨®n global cuyas ra¨ªces son siempre las mismas. Ahora la gente se fija en Sierra Leona, el a?o pasado en Liberia y hace cinco, en Latinoamerica, pero ninguna regi¨®n queda al margen de la cuesti¨®n.
P. ?C¨²ales son las ra¨ªces comunes?
R. Los gobiernos reclutan ni?os, aunque infrinjan la ley, cuando necesitan ampliar sus tropas y escasean los reclutas adultos. Forzar a los ni?os es muy f¨¢cil, con el agravante de que les obligan a cometer atrocidades que un adulto no har¨ªa. Les obligan, por ejemplo, a matar a un conocido de forma que ya no pueden echarse atr¨¢s. Les dan drogas y alcohol y ellos creen que est¨¢n jugando.
P. ?Ser elegido como soldado puede ser, en los ojos de un adolescente, un reconocimiento a su valor?
R. Los ni?os se alistan en la guerrilla porque han sufrido malos tratos por parte del gobierno. Se sienten vulnerables y no ven otra soluci¨®n. Rara vez lo hacen por motivos ideol¨®gicos o por diversi¨®n y nunca por revancha.
P. ?Se ha avanzado en la soluci¨®n del problema?
R. Entonces nadie estaba al corriente de la situaci¨®n y hemos logrado incluirlo en la agenda internacional. En este aspecto hemos tenido ¨¦xito, pero hemos fallado en otros. Algunas instituciones recomiendan los 18 a?os como edad m¨ªnima de reclutamiento, pero hay pa¨ªses, como EEUU y Reino Unido, que se niegan a aceptarlo. Estos d¨ªas negociamos la inclusi¨®n de un protocolo en la Convenci¨®n sobre los Derechos del Ni?o para que se eleve de los 15 a los 18 a?os.
P. ?Ha llegado a desesperar?
R. Me he sentido desanimada m¨¢s que desesperada. Pero cuando hablo con los ni?os afectados me doy cuenta de que no puedo claudicar. Es inaceptable que les destruyan de esta forma. Tambi¨¦n tengo a mis hijos para reflexionar cada d¨ªa sobre el impacto que les causar¨ªa tener que ir al frente en vez de al colegio.
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