La "Armada" quiere tirar otro muro
Corretja y Moy¨¤ buscan el primer t¨ªtulo del Abierto australiano y el liderato mundial
En abril de 1770 el capit¨¢n James Cook, aventurero, navegante y explorador, plant¨® la bandera brit¨¢nica en un ex¨®tico y pr¨¢cticamente desconocido continente. 135 a?os m¨¢s tarde, bajo la influencia brit¨¢nica, Australia descubri¨® el tenis y celebr¨® su primer torneo. Era el a?o 1905. De ello hace casi un siglo. Aquel torneo que disputaron s¨®lo 17 jugadores y que gan¨® Rodney Heath ha contemplado ya las victorias de 94 australianos (masculinos y femeninos), 28 estadounidenses, ocho ingleses, seis alemanes, cinco suecos y otros tantos checos, tres yugoslavos, y dos neozelandeses, argentinos, surafricanos y suizos. Pero nunca ha presenciado el triunfo de un tenista espa?ol en sus pruebas individuales.Eso es precisamente lo que, a partir de la pasada madrugada, buscan los 21 espa?oles que entraron en el cuadro principal. El primer Grand Slam del a?o se ha convertido en una de las dos ¨²nicas asignaturas pendientes de la armada. En tantos a?os de historia, s¨®lo cuatro espa?oles se acercaron al t¨ªtulo. Pero todos ellos cayeron derrotados en la final. Los primeros llegar a ella fueron los legendarios Joan Gisbert y Andr¨¦s Gimeno (1978 y 1979, respectivamente). Les siguieron Arantxa S¨¢nchez Vicario (1994 y 1995), Carles Moy¨¤ (1997) y Conchita Mart¨ªnez (1998). Y nada m¨¢s. Los ¨²nicos t¨ªtulos del Open australiano los consigui¨® Arantxa en los dobles femeninos (1992, con Sukova; 1995, con Novotna; y 1996, con Rubin) y en el doble mixto (1995, con Woodbridge).
Situado en los ant¨ªpodas de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, Australia fue un continente pr¨¢cticamente desde?ado por muchas generaciones de tenistas espa?oles. "Queda muy lejos, y durante muchos a?os se jug¨® en hierba, lo que lo convert¨ªa en un torneo dif¨ªcil para nosotros", sol¨ªan decir los jugadores de la generaci¨®n de Joan Aguilera y las anteriores. Sin embargo, la escalada de Emilio S¨¢nchez en la clasificaci¨®n mundial, el cambio de superficie (en 1988 el open australiano cambi¨® la hierba del Kooyong Stadium por el Rebound Ace de Flinders Park) y, fundamentalmente, el hecho de que Arantxa y Conchita comenzaron a obtener buenos resultados, produjeron un cambio en la mentalidad de los jugadores. Emilio y su grupo comenzaron a viajar a Australia a principios de la d¨¦cada. Y, aunque nunca lograron grandes resultados, fueron invirtiendo el h¨¢bito. Hay un dato irrefutable. Desde la final de Gimeno, en 1979, hasta la final de Moy¨¤, en 1997, ning¨²n espa?ol se clasific¨® para los cuartos de final del Open de Australia. Y s¨®lo dos estuvieron en octavos: Emilio S¨¢nchez, que perdi¨® frente a John McEnroe por 8-6 en la quinta manga en 1992, y Sergi Bruguera, eliminado por Jim Courier, en 1993. Las nuevas generaciones, sin embargo, han demolido ya estas barreras y aspiran a hacerse con el tesoro australiano.
Ausencia de Sampras
Este a?o, ?lex Corretja y Carles Moy¨¤ parten como segundo y cuarto cabezas de serie. Y ambos saben que haciendo un buen torneo tienen muchas posibilidades de convertirse en n¨²mero uno del mundo. Cuentan para ello con la ausencia de Pete Sampras, quien aleg¨® cansancio para no acudir, y con un n¨²mero dos, el chileno Marcelo R¨ªos, aquejado de molestias en la espalda. Corretja se encuentra s¨®lo a 14 puntos ATP de R¨ªos, y a 365 de Sampras. Pero Sampras (que el a?o anterior sali¨® derrotado en los cuartos de final) perder¨¢ alrededor de 200 puntos; y R¨ªos, unos 600 (fue finalista). Todo depender¨¢, pues, de lo que hagan Corretja, Rafter, Moy¨¤ y el propio R¨ªos.La actual Armada del tenis espa?ol afronta desde hoy la posibilidad de cerrar el cap¨ªtulo negativo del Open de Australia, ya sea en hombres o en mujeres. Hasta dentro de 15 d¨ªas ¨¦sa es una de las dos asignaturas que a¨²n le quedan pendientes. La otra es ganar la Copa Davis.
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