La imagen del dictador antes de la batalla legal

El general Pinochet luce bien. Eso, a juzgar por las fotograf¨ªas que dos semanarios londinenses publicaron ayer, en v¨ªsperas de la vista de apelaci¨®n que decidir¨¢ el futuro del ex dictador detenido en el Reino Unido desde hace tres meses. Traje gris oscuro, camisa amarilla, a juego con una corbata conservadora hecha de seda italiana. Bien peinado, sentado en una poltrona ancha, el general exhibe un rostro sereno. En la mano, un bast¨®n de aluminio de mango de pl¨¢stico. S¨®lo en la parte inferior chillan unos calcetines blancos. En el trasfondo, una peque?a estanter¨ªa contiene datos de su lectura favorita de estos ¨²ltimos meses: libros sobre el arte de la guerra, los fastos de Napole¨®n, su h¨¦roe, y diccionarios de espa?ol-ingl¨¦s.Aplomo no ofrecen particularmente las im¨¢genes tomadas en su mansi¨®n de Surrey, donde est¨¢ bajo constante vigilancia policial. Viendo las fotograf¨ªas, todo da la impresi¨®n de que el extraditable ex dictador de Chile, contrariamente a una serie de rumores, es cualquier cosa menos un hombre derruido. Por eso, sus declaraciones, reproducidas en la primera p¨¢gina del semanario The Sunday Telegraph, no coinciden con la imagen de un pundonoroso militar suramericano que libr¨® a su pa¨ªs del azote del comunismo que intenta dar la agencia de relaciones p¨²blicas a la que se ha encargado vender al senador vitalicio.

The Mail on Sunday tambi¨¦n fue invitado a retratar al general en su refugio forzoso. Su apariencia en este ¨²ltimo retrato es menos ¨¦pica y la pose y la mirada delatan el cansancio de un hombre de 83 a?os buscado por varios pa¨ªses y vapuleado por medio mundo. Levantando las manos, Pinochet dijo al Telegraph que est¨¢ resignado a lo que decidan los lores, "incluso si ello implica morir aqu¨ª. Esto es parte de mi sacrificio por la patria. Si esto es lo ¨²ltimo que me queda hacer en la vida, pues que as¨ª sea".

El fatalismo de Pinochet era tan aparatoso como su velado desaf¨ªo a la justicia brit¨¢nica. "Yo s¨®lo respondo a dos cosas: a Dios y a los chilenos. Y en ambos casos puedo comparecer con honor".

Citando a amigos del general, el Telegraph dijo que Pinochet ha decidido participar de forma m¨¢s directa en los tr¨¢mites de su defensa, revisando minuciosamente las estrategias de sus abogados y tratando de incluir documentaci¨®n que podr¨ªa respaldar su alegato de que, tras el golpe de 1973, intent¨® suprimir el uso de la tortura en Chile. Su inter¨¦s por lo que ha provocado su captura le ha llevado a aprender a usar Internet "para enterarse de lo que est¨¢ pasando en Chile".