Roger Garaudy vuelve a ser condenado por negar "cr¨ªmenes contra la humanidad"
El fil¨®sofo franc¨¦s considera "un mito" el "exterminio de seis millones de jud¨ªos"
Roger Garaudy (Marsella, 1913), escritor, pol¨ªtico y publicista, durante m¨¢s de 30 a?os figura emblem¨¢tica de la izquierda francesa, ha sido condenado a seis meses de c¨¢rcel con suspensi¨®n de pena y una multa de 150.000 francos (3,75 millones de pesetas). Se trata de una sentencia en segunda instancia que aumenta el montante de la multa y a?ade prisi¨®n all¨ª donde, en un primer momento, s¨®lo hab¨ªa sanci¨®n econ¨®mica. Garaudy es v¨ªctima de la llamada ley Gayssot, una ley que castiga la "incitaci¨®n al odio racial" o la "negaci¨®n de cr¨ªmenes contra la humanidad".
En Francia, la escuela negacionista, muy bien instalada en una de las universidades de Ly¨®n, ha difundido las tesis del historiador Faurisson, un personaje que lleva a?os insistiendo en la idea de que la existencia de los campos de exterminio nazis es una invenci¨®n del sionismo.Faurisson ha hallado un gran eco en todas las publicaciones de extrema derecha y ha sabido manejar con mucha habilidad "la imprecisi¨®n num¨¦rica de quienes tan pronto hablan de dos, tres, cuatro o seis millones de jud¨ªos asesinados". Garaudy, tradicionalmente antisionista y m¨¢s recientemente musulm¨¢n y pro¨¢rabe, ha sido condenado precisamente por un libro en el que aportaba una suerte de cauci¨®n te¨®rica a la macabra disputa contable de Faurisson.
Predicar la buena nueva y ser escuchado debe causar un placer intenso. Roger Garaudy no ha podido a¨²n, a sus 85 a?os, renunciar a ¨¦l, aunque eso le ha significado ir reorientando su fe, ser lo que pudi¨¦ramos llamar "un hombre de fidelidades sucesivas".
Durante a?os fue un enfebrecido estalinista, perseguidor de disidentes, testimonio fiscalizador de quienes denunciaban la existencia de campos de concentraci¨®n en la URSS o criticaban la invasi¨®n de Hungr¨ªa, pensador al servicio de Maurice Thorez. Entre 1956 y 1970 perteneci¨® al bur¨® pol¨ªtico del Partido Comunista Franc¨¦s (PCF).
Nuevo profeta
Sus libros ten¨ªan t¨ªtulos reveladores: Les sources fran?aises du socialisme scientifique, La th¨¦orie mat¨¦rialiste de la connaissance, Dieu est mort. Y es verdad que Dios hab¨ªa muerto, pero bajo su forma de georgiano bigotudo; es decir, de padrecito Stalin. Garaudy se apresur¨® a buscarse otro y lo encontr¨® en los cielos. Es la gran ¨¦poca de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n, del Concilio Vaticano II, de JuanXXIII, del di¨¢logo entre marxistas y cristianos, de los Cristianos por el Socialismo, y Garaudy asume de nuevo el papel de profeta: Reconqu¨ºte de l'espoir, Marxistes et chr¨¦tiens face ¨¤ face, Face ¨¤ J¨¦sus, Le projet esp¨¦rance.Su dogmatismo a favor de la heterodoxia acab¨® resultando insoportable para sus antiguos camaradas, sobre todo porque a ¨¦sos no les disgust¨® que los tanques entraran en Praga, y entre 1970 y 1982, ya fuera del PCF, el hombre particip¨® en centenares de actos destinados a demostrar que el marxismo era un humanismo, y el cristianismo, su dimensi¨®n espiritual. Pero, en 1982, Roger Garaudy se cay¨® de nuevo del caballo y cambi¨® de nombre, convirti¨¦ndose en Ragaa y en propagador del islam en su versi¨®n sun¨ª.
L`islam habite n?tre avenir, Promesses de l`islam, Vers une guerre de religion, Les ?tats-Unis avant-garde de la decadence o Les mythes fondateurs de la politique isra¨¦lienne (Los mitos fundadores de la pol¨ªtica israel¨ª) son el fruto escrito de su nueva convicci¨®n. Estalinista, cristiano o musulm¨¢n, Roger Garaudy ha mantenido siempre dos enemigos en su punto de mira: EE UU e Israel. Son cl¨¢sicos del discurso antiimperialista -la guerra del Golfo le ha ratificado en sus aserciones-, pero hoy su argumentaci¨®n ya no es pol¨ªtica, sino que adquiere tintes raciales. En Los mitos fundadores..., Garaudy se permite considerar "un mito" el "exterminio de seis millones de jud¨ªos" y niega la pertinencia de emplear el t¨¦rmino genocidio porque, afirma, "prefiero hablar de una masacre atroz que de genocidio, puesto que para que fuese cierta su existencia no hubiese debido quedar ning¨²n superviviente".
Contra el Holocausto
Esa inquietante demanda de precisi¨®n en el empleo del lenguaje -y en la capacidad asesina- ha encontrado refugio en la editorial La Vieille Taupe, una empresa dedicada a la publicaci¨®n de textos negacionistas; es decir, que niegan la existencia de la Shoah (holocausto) -Garaudy habla de "Shoah business"- y de las c¨¢maras de gas. "Retomo textos de historiadores israel¨ªes para afirmar que nunca se firm¨® orden alguna" de exterminio, dice Garaudy.Los mitos fundadores de la pol¨ªtica israel¨ª ha convertido a Garaudy en un personaje dentro de un cierto universo isl¨¢mico. El presidente Mohamed Jatam¨ª le recibi¨® en su residencia oficial en Teher¨¢n, durante la feria internacional del libro de El Cairo de 1998 fue acogido como un h¨¦roe y la Uni¨®n de Abogados ?rabes se ha declarado dispuesta a prestarle apoyo.
Lo necesita porque la justicia francesa le ha condenado ya dos veces: la primera, a 130.000 francos de multa; la segunda, a ra¨ªz del recurso presentado por el pol¨¦mico publicista a los citados 150.000 francos y seis meses de c¨¢rcel. Los jueces han considerado fundadas las acusaciones de "difamaci¨®n racial" y "negaci¨®n de cr¨ªmenes contra la humanidad"; en el primer caso, porque Garaudy juega con el baile de cifras relativo al n¨²mero de muertos jud¨ªos para deducir de ah¨ª "una explotaci¨®n pol¨ªtica del genocidio" por parte de la comunidad jud¨ªa, y en el segundo, porque el autor "no propone un debate p¨²blico y cient¨ªfico sobre los hechos hist¨®ricos, sino que se limita a negar violenta y sistem¨¢ticamente los cr¨ªmenes contra la humanidad cometidos contra la comunidad jud¨ªa".
La sentencia le reprocha que se sirva como pruebas para su discurso de "la abundante literatura revisionista existente". Para Garaudy, el autor de referencia hoy es David Irving, un brit¨¢nico idolatrado por los neonazis alemanes y uno de los peligros de una democracia "convertida al monote¨ªsmo del mercado", en el que "el 95% de los medios de comunicaci¨®n est¨¢n controlados por los sionistas".
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