Aznar ocult¨® hasta ayer la remodelaci¨®n a sus colaboradores

El primer reajuste de Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar se ha gestado entre los silencios del presidente y la ignorancia de los ministros. Mientras Aznar maduraba cu¨¢ndo dar a conocer los cambios, el propio vicepresidente primero, Francisco ?lvarez Cascos, achacaba todo a especulaciones de la prensa. Las expectativas sobre una remodelaci¨®n profunda se vieron frustradas cuando se conoci¨® su verdadero alcance y que respond¨ªa a necesidades del partido.

A veces, el silencio es indecisi¨®n. Otras, incapacidad de comunicaci¨®n. Tambi¨¦n virtud. ?Qu¨¦ fueron los silencios de Aznar en el resuelto reajuste de Gobierno? El 14 de enero, en Barcelona, el presidente ve¨ªa sus silencios con iron¨ªa. Y con sorna lo que otros hablaban de ellos: "Personas que dicen que suelen estar muy bien informadas dec¨ªan que yo iba a hacer una crisis de Gobierno y la dibujan perfectamente".En La Moncloa gente de su equipo -probablemente tan en la ignorancia como todos- aseguraban: "Aznar se est¨¢ divirtiendo mucho". Y la verdad es que ¨¦l mismo se lo dec¨ªa a Victoria Prego en unas declaraciones en Blanco y Negro: "Si me dice: ?Disfruta usted de tener cierta capacidad de sorpresa? Pues s¨ª, disfruto". Y la periodista a?ad¨ªa entre par¨¦ntesis: "(se r¨ªe con regocijo)". "El silencio es un buen compa?ero", agregaba m¨¢s serio Aznar casi machadiano.

El presidente no habla sino con quien con ¨¦l va. Y hasta la tarde del domingo no comunic¨® a sus dirigentes ni el cambio ni el alcance del mismo. Y ese d¨ªa s¨®lo revel¨® a Javier Arenas su destino. Si alguna vez fue verdad lo de no moverse para salir en la foto ha sido en esta ocasi¨®n. No ha habido ni un giro de cabeza para mirar al de al lado ni un estirar el cuello para ajustarse la corbata. Y muy pocos han acertado en sus previsiones. Ni Margarita Mariscal ha perdido la cartera de Justicia como vaticinaban los que estaban en la pomada ni, en realidad, el ajuste ha supuesto para nadie ni un suave cap¨®n.

Hace unos d¨ªas, alguien, conocedor del partido, auguraba que Javier Arenas pod¨ªa dejar su cartera de Trabajo. "Pero ser¨¢ para ocupar un cargo que no le obligue a enfrentarse a Manuel Chaves en las elecciones andaluzas, que consideran perdidas. A Arenas no le pueden quemar de esa manera".

Aznar se ha sentido cada d¨ªa m¨¢s c¨®modo en el papel de "persona fr¨ªa" que le han ido adjudicando y ha acentuado esa soledad del portero ante el penalti. En la entrevista en Blanco y Negro confesaba algo que sonaba a humildad: "Me gusta escuchar las opiniones ajenas". E inmediatamente a?ad¨ªa un pensamiento m¨¢s cercano a la soberbia: "Pero el cuadro completo lo tengo yo y nadie m¨¢s que yo". Y, ante la pregunta de si no lo daba miedo equivocarse, a?ad¨ªa: "El d¨ªa que tenga miedo a equivocarme lo preguntar¨¦".

El tomo bromista

?Ha preguntado algo a alguien? Parece que, como no ha sentido temor, tampoco ha sentido necesidad de preguntar nada. Ha sido una remodelaci¨®n que los ministros han negado en p¨²blico y sobre la que han preguntado "de lo suyo" en privado. Y cuando Aznar en Barcelona dijo aquello de: "S¨¦ que tengo que tomar una decisi¨®n, no se me vaya a pasar el tiempo del congreso del partido y no la haya tomado todav¨ªa. Pero la tomar¨¦", personas del gabinete del ministro Mariano Rajoy -otro de los removidos- prefer¨ªan pensar que el presidente se refer¨ªa a los cambios que pensaba introducir en el partido.Desde La Moncloa se insist¨ªa en que el presidente hablaba en tono bromista. Una risa, como luego se ha visto. Y ayer continu¨® las gracias en la Residencia de Estudiantes antes de dar a conocer los cambios de su Gabinete, con las ¨²ltimamente inevitables gafas en una mano y el pa?uelo para sonarse en la otra. "Es agradable ver a tantos medios de comunicaci¨®n en un acto cultural", dijo entre las risas de los invitados. "Quiz¨¢ su presencia se deba a factores adicionales, como la presencia del se?or Bot¨ªn, o quiz¨¢ se deba a alguna otra curiosidad", a?adi¨®. "He pasado este fin de semana en Do?ana meditando sobre algunas cosas. Pero la verdad es que ni he pisado Do?ana ni he meditado nada porque lo llevaba ya todo meditado, as¨ª que he tenido un fracaso y tres ¨¦xitos. El fracaso lo llevo encima y los ¨¦xitos han sido, primero la lectura de la Antolog¨ªa de poes¨ªa espa?ola contempor¨¢nea, de Visor, que me ha enviado mi amigo Luis Alberto de Cuenca ; segundo, dar largos paseos , y tercero poner en marcha todo lo que ten¨ªa que poner en marcha".

Lo cierto es que para hallar alg¨²n paralelismo entre ¨¦stos y otros silencios habr¨ªa que remontarse a ¨¦pocas en las que algunos ministros, seguros de gozar de la confianza absoluta de ¨¦l, recib¨ªan sobresaltados la carta que un motorista portaba con la misma unci¨®n que el sagrado vi¨¢tico.