Aut¨®matas, la realidad virtual del XVI
El compositor Alfredo Aracil recopila en el libro 'Juego y artificio' 20 a?os de estudio
La inseguridad provocada por la revoluci¨®n econ¨®mica e intelectual del Renacimiento; el juego y la ficci¨®n como reflejo del caos y la desorientaci¨®n; el aut¨®mata y los laberintos como realidad virtual y met¨¢fora de una forma arm¨®nica superior... Todos estos sugerentes y creativos estados de p¨¦rdida de conciencia explican, seg¨²n el compositor Alfredo Aracil, c¨®mo sent¨ªan el mundo los artistas europeos del Renacimiento. Aracil los ha estudiado durante unos 20 a?os, y ahora ha publicado sus hallazgos en un libro, titulado Juego y artificio, que acaba de editar C¨¢tedra.
Europa, siglos XVI al XVIII: Dios es s¨®lo un fantasma y el hombre domina (o eso se cree ¨¦l) el tiempo, la ciencia y el espacio. Construye relojes, dise?a jardines (algunos con forma humana), juega con la naturaleza y la mec¨¢nica, viaja y conquista nuevos para¨ªsos, se entrega al temido misterio, busca en el estupor la armon¨ªa y la maravilla...El libro de Alfredo Aracil cuenta c¨®mo unos cuantos artistas, so?adores y visionarios (Leonardo y Aleotti en Italia, Juanelo Turriano en Espa?a, Athanasius Kircher en Alemania, Robert Fludd en Inglaterra, Salomon de Caus en Francia...) van dando forma a un nuevo ocio, intelectual y cortesano al principio, que les ayuda a explicarse el nuevo concepto del cosmos.
En G¨¦nova, Mil¨¢n, Toledo, Londres, Par¨ªs es hora de re¨ªrse de todo (o casi), de abstraerse en la ficci¨®n y escribir libros llenos de falsedades. Se coleccionan cosas raras, se inventan diversos artilugios in¨²tiles, se hace magia, se importa el gusto americano por lo ex¨®tico (Cort¨¦s habl¨® del zool¨®gico de Moctezuma, lleno de ni?os albinos y monstruos y enanos variados...): "Construyen la irrealidad consciente a trav¨¦s de la sofisticaci¨®n, el gui?o, el disimulo, la paradoja".
Siguiendo los consejos de Vitruvio y las ense?anzas de Her¨®n de Alejandr¨ªa, los artistas barrocos y renacentistas aprenden mec¨¢nica y con ella hacen "juegos de sobremesa o de sobremente, objetos-testigo de un gigantesco cambio de mentalidad".
Dibujos anam¨®rficos (para ver y no ver), ¨®rganos hidr¨¢ulicos, laberintos, hombres de madera (el Hombre de palo de Juanelo), teatros mec¨¢nicos, utop¨ªas... El paseo virtual "s¨®lo estudia las p¨¦rdidas de conciencia apol¨ªneas, no las dionis¨ªacas". Lo cual quiere decir que hay sitio en el libro para la m¨²sica, pero no para el sexo o las drogas: "Fludd, por ejemplo, la considera una ciencia divina, "con la cual todas las cosas mundanas se ponen en relaci¨®n".
Estamos, afirma el compositor y director del Festival de Granada, ante una apoteosis del refinamiento en la que caben todas las escalas y combinaciones: miniaturas y enormes jardines o lberintos; lo monstruoso y lo falso, con lo extravagante y lo sublime.
El manierismo, primer gran "periodo cultural", se da cuenta de que entre arte y realidad s¨®lo hay incongruencia, "y considera el apartarse de esta ¨²ltima la ¨²nica posibilidad de convivir con lo incomprensible". Eso lleva a algunos al delirio, a ver el mundo como una asfixiante pesadilla (El Bosco...); otros, como Graci¨¢n en El critic¨®n, "no sit¨²an a sus personajes en el caos o la locura, sino ante un complejo juego de mentiras, un laberinto de apariencias en el que es d¨ªf¨ªcil, pero no imposible, orientarse".
La literatura ofrece dos salidas extremas a ese "mundo-ruleta" acosado por la magia y el enga?o: la melancol¨ªa del viejo sabio racionalista Gonzalo, en La Tempestad de Shakespeare; y el puro disparate del ga?¨¢n que da por bueno incluso un paseo espacial: Sancho en El Quijote. Entre ambos, dice Aracil, se halla "la paciencia y la confianza en ir desvelando o adivinando peque?os secretos, leyes y excepciones de una realidad inaprehensible".
Laberinto, enigma, colecci¨®n, todo puede considerarse, seg¨²n el autor, consecuencia de una renuncia (primero par¨®dica y despu¨¦s melanc¨®lica) a enfrentar lo inalcanzable. El Racionalismo y la Ilustraci¨®n significar¨¢n la democratizaci¨®n del espect¨¢culo y dotar¨¢ a los aut¨®matas de identidad propia. "La tecnolog¨ªa avanza, y se pasa del artificio al ingenio, del juguete privado a la obra mec¨¢nica y la ingenier¨ªa. Pasatiempos y jerogl¨ªficos llegan a los peri¨®dicos, los teatros de aut¨®matas se hacen ambulantes; los zool¨®gicos, el circo, los fen¨®menos de feria y los magos salen a la calle... Esa nueva realidad virtual es el espejo de un hombre y un mundo sin alma".
Babelia
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