La sanidad brit¨¢nica prescribir¨¢ la Viagra, pero s¨®lo a pacientes graves
Los m¨¦dicos consideran la medida "restrictiva, cruel y rid¨ªcula"
El Gobierno laborista brit¨¢nico autoriz¨® ayer a los m¨¦dicos de cabecera de la sanidad p¨²blica a que receten la Viagra, pero s¨®lo en determinados casos: enfermos de diabetes, esclerosis m¨²ltiple y otras dolencias neurol¨®gicas, y los operados de pr¨®stata o con lesiones irreversibles en la espina dorsal (por ejemplo, un parapl¨¦jico). El resto de los hombres que soliciten la p¨ªldora tendr¨¢n que pagarla, al precio de 1.200 pesetas por pastilla. Tres millones de varones sufren impotencia en el Reino Unido. La Asociaci¨®n M¨¦dica Brit¨¢nica ha anunciado que piensa "desafiar" la nueva normativa por considerarla "restrictiva, cruel y rid¨ªcula".
Conocida ya como la lista de Dobson (en relaci¨®n al ministro de Sanidad brit¨¢nico, Frank Dobson), la relaci¨®n de enfermedades elaborada por el Gobierno constituye "un acto in¨²til de crueldad que s¨®lo crear¨¢ divisiones", seg¨²n John Chisholm, presidente de la Asociaci¨®n M¨¦dica.El ministro pretende ahorrarle al erario p¨²blico alrededor de 100 millones de libras anuales (24.000 millones de pesetas) con sus restricciones. Por el camino, sin embargo, ha chocado con los profesionales mismos que atender¨¢n a los pacientes. "La impotencia asociada a la diabetes crea iguales tensiones en la pareja que cualquier otra condici¨®n de ¨ªndole ps¨ªquica menos f¨¢cil de diagnosticar", ha a?adido el representante de los m¨¦dicos. La asociaci¨®n, que urgi¨® al Gobierno a tomar una decisi¨®n acerca del nuevo medicamento, aprovechar¨¢ las seis semanas de consulta ofrecidas por Dobson para hacerle cambiar de opini¨®n. Por el momento, las nuevas normas tendr¨¢n car¨¢cter vinculante dentro de la sanidad p¨²blica. Las pastillas de Viagra est¨¢n en el mercado brit¨¢nico desde septiembre, pero s¨®lo con car¨¢cter privado. Los m¨¦dicos de cabecera pod¨ªan prescribirlas de acuerdo con el diagn¨®stico cl¨ªnico de cada paciente. Precisamente esa facultad es la que quieren recuperar ahora. "No se puede ordenar a un m¨¦dico que elija entre sus enfermos. En muchos casos de estr¨¦s agudo puede aconsejarse Viagra. Tratar las crisis ps¨ªquicas de estos enfermos en un hospital es mucho m¨¢s caro que darles unas pastillas", subray¨® ayer Ian Bogle, miembro de la asociaci¨®n.
Cinco muertes
Para Frank Dobson, la situaci¨®n no es tan dram¨¢tica: "Somos el ¨²nico pa¨ªs europeo, junto con Suecia, que ofrece Viagra en el sector p¨²blico. Francamente, un caso de impotencia ajeno a una enfermedad clara no constituye una prioridad para mi departamento. No pone en peligro la vida de nadie y necesitamos los fondos para investigar, entre otras cosas, sobre el c¨¢ncer". El ministro recuerda tambi¨¦n que no es un producto inocuo. Un informe publicado la pasada semana por el Servicio de Control de los Medicamentos atribuye por lo menos cinco muertes al uso de Viagra en el Reino Unido. En EE UU la cifra asciende ya a 130.Descubierta en los laboratorios que la firma Pfizer tiene en Kent, al sur de Inglaterra, la Viagra estaba destinada a ser una medicina para controlar la angina de pecho y reducir la presi¨®n sangu¨ªnea. Una vez comprobada su eficacia para regular el flujo de sangre recibido por el pene, y por consiguiente, las erecciones, fue lanzada en EE UU en marzo de 1998. Desde entonces se ha convertido en el tratamiento m¨¢s vendido del mundo. M¨¢s de tres millones de varones lo siguen en 40 pa¨ªses. La licencia de venta en el Reino Unido fue obtenida por los laboratorios en septiembre pasado. El hecho de que personajes famosos como el cantante pop Elton John haya reconocido que usan las pastillas azuladas, adem¨¢s de una tasa de ¨¦xitos del 70%, forz¨® la petici¨®n de los m¨¦dicos al Gobierno.
La selecci¨®n ahora propuesta ha provocado un nuevo quebradero de cabeza al ministro de Sanidad. Mientras ¨¦l trataba ayer de convencer a los m¨¦dicos, se abr¨ªa paso con cierta fuerza la nueva era del tratamiento contra la impotencia. Consiste en un aerosol nasal m¨¢s r¨¢pido que las pastillas, que tardan una hora en hacer efecto. Frank Dobson prefiri¨® no hacer comentarios al respecto.
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