"El a?o pasado no hac¨ªa m¨¢s que llorar"
21 a?os ha tardado Mar¨ªa Antonia S¨¢nchez en comprender que el mundo no se acaba en el tenis. Comenz¨® a jugar a los ocho a?os, cuando su padre, un buen aficionado, la meti¨® en una pista y le ense?¨® los rudimentos de este deporte. Hasta los 14 a?os, su padre fue su t¨¦cnico. Pero entonces logr¨® una beca para entrenar en la Academia de Llu¨ªs Bruguera, el padre de Sergi, y all¨ª sigue vinculada.Pregunta. ?Fue su padre quien puso los fundamentos de su tenis actual?
Respuesta. S¨ª. ?l me lo ense?¨® todo hasta los 14 a?os. Y la verdad es que habr¨ªa seguido, y que ahora le encantar¨ªa estar conmigo en todos los torneos. Pero no es posible. Hubo un momento en que entend¨ª que la relaci¨®n entre padre-t¨¦cnico e hija era muy dif¨ªcil, porque nunca lo desvinculabas todo. Los problemas de la pista segu¨ªan existiendo en casa. Y eso pod¨ªa perjudicarnos a los dos. Adem¨¢s, mi padre sufr¨ªa demasiado, lo pasaba mal viendo mis partidos si yo perd¨ªa.
P. ?C¨®mo le lleg¨® la beca para la Academia de Bruguera?
R. Fue en un Campeonato de Espa?a infantil. All¨ª estaba un grupo de jugadoras becadas en la escuela de Bruguera. Jugu¨¦ contra la mejor de ellas y la gan¨¦. Llu¨ªs me vi¨®, me hizo algunas pruebas y me concedieron la beca. Pero un a?o despu¨¦s la beca se acab¨® y las cosas se complicaron, porque econ¨®micamente mi familia no pod¨ªa financiar mi estancia en la academia. Hablamos con Llu¨ªs. A m¨ª me gustaba c¨®mo se trabajaba all¨ª y ¨¦l ten¨ªa tambi¨¦n inter¨¦s en que siguiera con ellos. As¨ª que llegamos a un acuerdo. Pero s¨®lo gracias a Llu¨ªs pude quedarme.
P. Dejar Salamanca para ir sola a Barcelona a los 14 a?os debi¨® de ser duro.
R. Supuso abandonar muchas cosas y encontrarme con otras nuevas. En Salamanca dej¨¦ a mis amigas del colegio, con las que ahora, por desgracia, no tengo ninguna relaci¨®n. Dej¨¦ a mis hermanos -un chico y una chica-, y dej¨¦ una ciudad que adoro.
P. ?Se ha planteado alguna vez si tanto sacrificio ha valido la pena?
R. M¨¢s de una. Es una vida muy dura, que tiene muchos momentos malos. A veces me siento sola en los torneos y cuando regreso a Barcelona no tengo all¨ª a mi familia. En algunos momentos pens¨¦ incluso en abandonar, dejarlo todo y volver a casa. Pero mis padres siempre me apoyaron y su ayuda fue decisiva. Por otra parte, cuando vives momentos como el de ayer, tras ganar a Novotna, te recompensa por todo el trabajo y el sacrificio que est¨¢s haciendo.
P. ?Cu¨¢ndo pens¨® en dejarlo todo?
R. El a?o pasado, por esta misma ¨¦poca. Acab¨¦ 1997 entre las 50 primeras del mundo, pero empec¨¦ mal el 1998 y perd¨ª ocho primeras rondas consecutivas. Me sent¨ªa fatal y en casa no hac¨ªa m¨¢s que llorar. Fue un suplicio. Pero hubo amigos vinculados al tenis que me ayudaron, me hicieron reflexionar y comenc¨¦ a ver las cosas distintas. Hubo un hecho curioso: acab¨¦ el a?o 98 al menos 30 puestos peor que el a?o anterior y me sent¨ªa extremadamente m¨¢s feliz.
P. ?Qu¨¦ es lo que hab¨ªa cambiado?
R. Mi mentalidad. Antes iba del club al hotel y no hac¨ªa nada m¨¢s. Ahora intento aprovechar los viajes, ir de compras, relacionarme m¨¢s. Y pienso que estoy haciendo lo que me gusta y que no puedo amargarme con ello. Antes me planteaba qu¨¦ iba a hacer si fracasaba en el tenis. Ahora me respondo que ya habr¨¢ otras cosas: he recuperado mis estudios, aparcados en tercero de BUP. Y me digo que si me gusta el tenis, ?por qu¨¦ voy a agobiarme tanto cuando juego?
P. ?Qu¨¦ influencia han tenido Arantxa y Conchita en su carrera? R. Mucha. Ellas fueron la demostraci¨®n palpable de que tambi¨¦n nosotras pod¨ªamos llegar arriba. Fueron como una meta tanto para m¨ª como para todas las jugadoras de mi generaci¨®n. Sus ¨¦xitos nos daban ¨¢nimos para seguir intent¨¢ndolo. Pero, al mismo tiempo, tambi¨¦n fueron una traba, porque s¨®lo se las conoc¨ªa a ellas y nuestro trabajo pasaba mucho m¨¢s inadvertido.
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