Siete cineastas escondidos en Telemadrid
Cinco realizadores y dos directores de fotograf¨ªa, todos cortometrajistas premiados, se ganan la vida en la cadena local
?C¨®mo se mide el talento? ?Cu¨¢ntas neuronas forman la unidad? ?Qu¨¦ velocidad para resolver rompecabezas se precisa para llegar a la decena? ?Qu¨¦ r¨¢nking en el Trivial Pursuit capacita para el grado de talentoso? Telemadrid ofrece su particular soluci¨®n al enigma: en metros cuadrados.En efecto, en el reducido espacio (siete metros cuadrados) que delimita una sala de posproducci¨®n, en la cadena auton¨®mica se agolpan siete cineastas (cinco realizadores y dos c¨¢maras) que han convertido en deporte el saqueo de los palmar¨¦s de cuantos festivales de cortometrajes han tenido a bien presentar sus realizaciones. La ecuaci¨®n: un metro cuadrado=un talento. "En realidad s¨®lo se puede hablar de azar", dice Javier Rebollo, de 29 a?os, en una primera e insuficiente explicaci¨®n de la coincidencia. Al lado del director de ?Hola!, desconocido, el corto preseleccionado para competir por los oscars del a?o pr¨®ximo, Ricardo del Castillo, Chechu Graff, Pedro Jim¨¦nez, Santiago Racaj, Mar¨ªa Salgado y Javier Tresguerres tampoco aciertan a definir las razones de tan alta densidad de talento. "Adem¨¢s del azar, quiz¨¢ tambi¨¦n el roce", a?ade Rebollo. Jim¨¦nez prefiere llamarlo "clima", y Tresguerres, "pique". De hecho, salvo la pasi¨®n por el cine, poco une los trabajos de los cinco realizadores, en los que Racaj y Graff han trabajado como directores de fotograf¨ªa. ?Hubiese pasado lo mismo en cualquier otra televisi¨®n? Tresguerres, de 41 a?os, ejerce de veterano y es el primero en romper el fuego: "Cuando naci¨® Telemadrid, todos los que llegaron eran jovenc¨ªsimos, con ganas de hacer cosas. Eso hizo que se concentrara mucha gente con inquietudes". El que habla cre¨® programas como Ciudad abierta, en el que trabaj¨® Jim¨¦nez, y se encarg¨® del dise?o de 30 minutos, donde actualmente ejercen de realizadores tanto Javier Rebollo como Ricardo del Castillo, y por el que tambi¨¦n pas¨® un Jim¨¦nez que ahora trabaja en el programa Piezas de Canal+. "Para este ¨²ltimo espacio", contin¨²a Tresguerres, "tuve la oportunidad de elegir a la gente y de redactar un libro de estilo en el que se dice expresamente que los reportajes han de tener una mirada cinematogr¨¢fica. Esto puede explicar la coincidencia".
"El trabajo que estamos haciendo permite que t¨² crees un punto de vista. De alguna forma, juegas a ser director", afirma Rebollo. "Adem¨¢s, tienes que contar una historia y ensayar una forma de narrarla", apunta, en el mismo sentido, Del Castillo. El caso de Mar¨ªa no es diferente. Su curr¨ªculum lo adornan programas como Puerta del Sol, De siete en siete, Panorama y, actualmente, Ciberclub. "Al fin y al cabo, son programas m¨¢s elaborados, tipo documental, que requieren m¨¢s de uno mismo", dice.
Desde una ¨®ptica m¨¢s general, todos se muestran de acuerdo en que la televisi¨®n les ha ofrecido la oportunidad de foguearse; "de hacer callo", afirma Rebollo; "de ganar en agilidad y rapidez", secunda Mar¨ªa; "de optimizar los recursos", insiste Jim¨¦nez. "En definitiva, cuando has trabajado en televisi¨®n, el cine te parece muy lento", resume Del Castillo. Los dos fot¨®grafos tampoco pierden ocasi¨®n: "Ganas en agilidad visual", dicen.
Hasta aqu¨ª las concesiones a un medio en el que todos los realizadores entraron como becarios o por examen casi desde su fundaci¨®n. Por un lado, hay unanimidad en que, pese a las facilidades que puede ofrecer el estar fajado en televisi¨®n con miras a rodar con celuloide, las distancias son enormes. "La televisi¨®n es anticine. Todo se ilumina. Tienes que explicarlo todo. El cine es justo lo contrario. Es claroscuro", avanza Rebollo. "En el cine se multiplica por diez la cantidad de gente que tienes que coordinar", dice Jim¨¦nez. "Y lo m¨¢s importante, el dinero que te juegas es tuyo", termina Mar¨ªa.
El siguiente rosario de andanadas se dirige a la casa que les acogi¨®. "Cuando naci¨® Telemadrid, todo era ilusi¨®n. Le d¨¢bamos vueltas a todo", recuerda Santiago Racaj. "La libertad con la que cont¨¢bamos desapareci¨®. La cadena ha envejecido. Las nuevas propuestas se ven ahora con peligro", afirma Ricardo. Chechu Graff, por su parte, se muestra mucho m¨¢s tajante: "El trabajo se ha convertido en algo puramente alimenticio".
Pese a todo, y al socaire de aquellos tiempos, cada uno fue completando su cortometraje. El primero en terminar su pel¨ªcula fue Pedro Jim¨¦nez, de 30 a?os. En 1996, Mambr¨² transform¨® en imagen el gui¨®n original de Paco Mateo que atend¨ªa al t¨ªtulo de Joder. Atr¨¢s quedaban sus intentos originales de convertirse en profesor de gimnasia y los a?os transcurridos en una Facultad de Imagen (despu¨¦s de ser rechazado por dos veces en el INEF), en la que "aprendi¨® mucho de semi¨®tica y poco de balance de blancos". El Premio Faro de Plata en Alf¨¤s del Pi y el tercer galard¨®n en Alcal¨¢ de Henares se convirtieron en motivos suficientes para que los compa?eros se sintieran agraviados. Entonces, adem¨¢s, nacer¨ªa la asociaci¨®n profesional con Chechu Graff, convertido en director de fotograf¨ªa. Luego vendr¨ªa Planeta extra?o (1997). M¨¢s tarde, "en un futuro no muy lejano", un largo "sobre el mundo de la televisi¨®n".
El turno siguiente correspondi¨® a Tresguerres. El relato de terror Espacio diferido llevaba a la pantalla un gui¨®n terminado cinco a?os antes mano a mano con Rafael Valc¨¢rcel. Tras una breve vida en contados festivales, el corto se ha transformado en la ra¨ªz de un proyecto mucho m¨¢s ambicioso: una serie de televisi¨®n titulada Hotel infierno, a imagen de la m¨ªtica En los l¨ªmites de la realidad. "Por el nivel de realizaci¨®n y los efectos especiales, es algo completamente novedoso en la televisi¨®n espa?ola", dice. Javier Rebollo, que dice vivir para el cine "desde que se levanta hasta que se acuesta", fue el tercero en debutar. En medio de ninguna parte empez¨® cosechando el premio del p¨²blico en Alcal¨¢. Despu¨¦s, una larga y nutrida serie de reconocimientos termin¨® por asentar la reci¨¦n creada productora Lolita, dirigida por el propio director en compa?¨ªa de Dami¨¢n Pons. Para la ocasi¨®n, Racaj ofici¨® de director de fotograf¨ªa y Mar¨ªa Salgado se entren¨® en un rodaje en calidad de script. El a?o pasado, ?Hola!, desconocido se despert¨® al sue?o de los oscars. ?Para cu¨¢ndo un largometraje? "No me interesa. Yo quiero hacer cine y hacer cortos. No aguanto esa obsesi¨®n por hacer un largo", dice un realizador que dio sus primeros pasos en el cine como ayudante personal de Antonio Drove. "Envidio ese tiempo de Pilar Mir¨® o Drove, en que la televisi¨®n formaba parte del plan para hacer cine", concluye. Un, dos, tres, taxi fue la siguiente obra que vio la luz del grupo. Firmada por Ricardo del Castillo, fotografiada de nuevo por Racaj y coproducida por Lolita, la cinta exorcizaba los miedos del director a "dirigir la realidad". Todo ello, merced a una jugada del destino. "Me dieron un premio de tres millones de pesetas por un reportaje sobre catedrales. Ten¨ªa 30 a?os [ahora, 33] y pens¨¦ que la vieja idea de hacer cine ten¨ªa que ser en ese momento o nunca. Para dentro de poco, Aficionados, un largo que rodar¨¢ en compa?¨ªa de Felipe Luna, V¨ªctor Garc¨ªa Le¨®n y Kepa Sojo. Todos cortometrajistas.
La ¨²ltima en dar el salto fue la m¨¢s joven. Mar¨ªa, de 28 a?os, realiz¨® a A violeta el a?o pasado. Mientras se repone de los seis millones empleados, piensa en Los caracoles, el gui¨®n de su pr¨®xima aventura en largo. "Una de las cosas para las que sirve estar juntos es para las subvenciones".
Mucho antes de que na naciese ninguno de ellos, all¨¢ por los cincuenta, un grupo de cineastas se dispon¨ªa a dar br¨ªos nuevos a la industria. Su caracter¨ªstica com¨²n: todos hab¨ªan dado sus primeros pasos en los estrechos m¨¢rgenes de un nuevo electrodom¨¦stico. Guionistas como Paddy Chayefsky al lado de los directores Sidney Lumet, Arthur Penn o John Cassavetes exportaban la rapidez e inmediatez de la televisi¨®n al celuloide. ?Vale el ejemplo?
Pasi¨®n por Billy Wilder
"Somos la generaci¨®n de La guerra de las galaxias. Hemos crecido viendo Mazinger Z, Heidi... Nuestro mundo es el de la televisi¨®n". La declaraci¨®n de principios corresponde a Pedro P¨¦rez Jim¨¦nez. El director de Mambr¨² y Planeta extra?o dice esto, y acto seguido declara su admiraci¨®n por Billy Wilder: "S¨®lo creo en ¨¦l". ?Contradicci¨®n? Para nada, sus cortometrajes se alimentan de una rara colecci¨®n de h¨¦roes de barrio incapaces de discernir entre ilusiones y fracasos. "Yo no creo en el cine social. Quiero contar cosas divertidas pero que luego te lleves algo casa", contin¨²a. Y entre todo ello, la constataci¨®n de que la risa tambi¨¦n escuece.
Historias para no dormir
Tras ver el corto Espacio diferido, cualquier espectador podr¨ªa imaginar a Javier Tresguerres como un entusiasta devorador de productos con el sello de Rod Serling. Sin embargo, el creador de la m¨ªtica serie de televisi¨®n Twilight zone no aparece entre su santoral. Lo suyo es (cualquier pron¨®stico est¨¢ condenado al fracaso): John Ford. Recuperados de la impresi¨®n, aparece otro nombre: Jacques Tourneur. De hecho, al director le gusta citar la frase con la que termina La noche del demonio: "Hay cosas que es mejor no saber". De momento, su primer y ¨²nico corto se adivina como una acertada invitaci¨®n a no dormir.
Las emociones del fr¨ªo
Javier Rebollo presume de meticulosidad. "Rodar es lo m¨¢s sencillo de todo. No se puede improvisar. Todo debe estar pensado de forma precisa con anterioridad". Tanto En medio de ninguna parte como ?Hola!, desconocido, responden de forma precisa a esta declaraci¨®n con alma de dogma. Su cine est¨¢ asistido por un aquilatado sentido de la contenci¨®n. En ambos, la geograf¨ªa de unas almas arrasadas desfila por la pantalla con la pulsi¨®n del bistur¨ª. Sus personajes viven solos y, en soledad, est¨¢n condenados. Sin duda, la fotograf¨ªa de Santiago Racaj resulta imprescindible en este empe?o por retratar los perfiles del fr¨ªo.
Comedia de exteriores
Un, dos, tres taxi es la historia de una noche sin final. El recuerdo de Jo, qu¨¦ noche, de Martin Scorsese, respira en la azarosa aventura de dos mujeres atrapadas en el hueco de una madrugada. Ricardo del Castillo define su forma de hacer como "din¨¢mica, exterior, un cine m¨¢s loco". La virtuosa fotograf¨ªa de, otra vez, Racaj y las soberbias interpretaciones de Candela Pe?a y Lola Due?as terminan por completar una comedia que no esconde dobleces. El ritmo, los actores, la puesta en escena, la facilidad para el gag responden a la vocaci¨®n de un comediante que se encuentra c¨®modo en la risa. En definitiva, una risa externa.
Un cine cosido a la vida
Mar¨ªa Salgado est¨¢ embarazada. A violeta, su cortometraje, es la historia (o, mejor, el pedazo de vida) de una embarazada. Dec¨ªa Jonas Mekas, el instigador del new american cinema group en los a?os sesenta, que las pel¨ªculas deber¨ªan estar ante todo "vivas". Lejos del experimentalismo del director citado, la ¨²nica mujer del grupo se ha tomado la advertencia al pie de la letra. Sin concesiones, dejando de lado posibles imperfecciones, el trabajo de Salgado se construye con los retazos de emociones, vivencias y pensamientos m¨¢s comunes y, por ello, dif¨ªciles de ver. Su mirada profundiza con rara habilidad en la pudorosa evidencia de lo cercano y necesario: de la vida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.