Luque: "Ante los poetas hombres prefiero usar mascarillas a m¨¢scaras"
El domingo, entre los sudores de un gripazo familiar, recibi¨® el fallo del premio de poes¨ªa de la cr¨ªtica andaluza 1999 por su libro Transitoria, una met¨¢fora sobre el viaje y los deseos (ella se siente m¨¢s Ulises, viajero irredento, que Pen¨¦lope) con el que fue finalista este a?o del Premio Rafael Alberti de poes¨ªa. Aurora Luque (Almer¨ªa 1962), adem¨¢s de haber marcado un territorio respetado en un mundo de hombres poetas que se matan vivos entre s¨ª, y de ser apreciada, es capaz, con inteligencia, iron¨ªa y conocimiento, de decir y sugerir verdades como pu?os y mantener el hacha de guerra sobre un lecho de seda.
"Sospecho que lo que hay detr¨¢s de estas peleas de poetas son asuntos personales que desconozco". Despu¨¦s de las graves descalificaciones entre poetas del grupo de la "diferencia" y la "experiencia" , Luque quiere separar el ardor guerrero masculino de la literatura. "Habr¨ªa que dejar de hablar s¨®lo de diferentes y experientes. ?Por qu¨¦ no disidentes o excedentes? No hay por qu¨¦ convertir el campo de la l¨ªrica en un campo ¨¦pico y muchos hacen gala aqu¨ª de gestos propios de la ¨¦pica", dice. La obra po¨¦tica de Luque se defiende desde un grupo de poemarios que mezclan sensibilidad posrom¨¢ntica, una iron¨ªa sensual sutil que lo impregna todo y, principalmente fuentes cl¨¢sicas grecolatinas: dice de la cultura griega que para ella "m¨¢s que tradici¨®n cultural es algo vital, una energ¨ªa fresca en el poema, no fosilizada ni decorativa, sino que forma parte de ¨¦l". Por eso, aunque se alegra de que el pasado a?o este mismo premio lo recibiera otra poetisa malague?a (Luque lo es de adopci¨®n) como Mar¨ªa Victoria Atencia, marca las diferencias entre ambas. "No se puede comparar la amplia e impecable trayectoria de Mar¨ªa Victoria con la m¨ªa que ni siquiera s¨¦ si voy a escribir m¨¢s libros de poemas, si me voy a volver narradora o poeta feroz". Ante lo s¨ª que se vuelve intransigente y abandona su dulzura de espinas es en la actitud mis¨®gna de algunos escritores. Especialmente indignada anda con un art¨ªculo de Francisco Umbral acerca de la escritora Lou Andreas Salom¨¦ donde el columnista la redujo a ser una mera figura decorativa en favor de Nietzsche. Y vuelve a surgir el tema de c¨®mo una mujer se mueve en un mundo de hombres demasiado afectos al combate, donde las mujeres inteligentes han sobrevivido hasta ahora a base de m¨¢scaras o exilios. A ella, que le gustar¨ªa que las discriminaciones positivas en favor de la mujer fueran una necesidad ef¨ªmera, le interesa otra v¨ªa. "Yo en vez de m¨¢scara uso mascarilla, favorece m¨¢s", dice con humor.
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