Indicadores de la producci¨®n espa?ola

La Comisi¨®n Europea ha publicado un interesante informe sobre indicadores en Ciencia y Tecnolog¨ªa en el que se analiza la situaci¨®n de la ciencia europea en el contexto internacional. La producci¨®n cient¨ªfica del conjunto de los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea es muy parecida a la de Estados Unidos, altern¨¢ndose frecuentemente el liderazgo seg¨²n ¨¢reas. Sin embargo, cuando se realiza un an¨¢lisis por pa¨ªses, Estados Unidos ocupa el primer lugar en todas las ¨¢reas cient¨ªficas, mientras que la segunda posici¨®n la ocupan usualmente, Jap¨®n o Reino Unido. No obstante, en F¨ªsica y Matem¨¢ticas, Alemania y Francia, respectivamente, ocupan el segundo lugar. En cuanto a Espa?a, y seg¨²n datos de publicaciones cient¨ªficas de 1995, solo aparece en el selecto grupo de las 10 primeras potencias en cuatro ¨¢reas, Biolog¨ªa, Investigaci¨®n Biom¨¦dica, Matem¨¢ticas y Qu¨ªmica.La tabla recoge tambi¨¦n el porcentaje de citas en 1993, de los trabajos cient¨ªficos espa?oles. Dicho porcentaje, plasmaci¨®n estad¨ªstica del "ladran, luego cabalgamos", se establece considerando el n¨²mero de citas que recibieron los trabajos publicados en 1993 en otras publicaciones en el periodo 1993-1995. Atendiendo a esta medida destaca, especialmente la Qu¨ªmica, que mejora su posici¨®n relativa ya que ocupa un meritorio octavo lugar. El otro ¨¢rea que aparece, las Matem¨¢ticas, ocupa un d¨¦cimo lugar. Un indicador aproximado de la competitividad de los trabajos cient¨ªficos pudiera ser la relaci¨®n citas/publicaciones (C/A); de acuerdo con dicha relaci¨®n destacan especialmente Qu¨ªmica (0,98), Matem¨¢ticas (0,98) y F¨ªsica (0,91) que presentan valores claramente por encima del valor medio de las publicaciones espa?olas (0,73). No es el prop¨®sito de estos comentarios establecer una discusi¨®n est¨¦ril entre las diversas ¨¢reas de la ciencia espa?ola, que en todos los aspectos y en cada uno de ellos ha experimentado un progreso muy importante en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas. De hecho, en su conjunto, Espa?a ha pasado de representar el 1,0% de la producci¨®n cientifica mundial en 1985 al 2,45 % en 1995, consolidando la posici¨®n und¨¦cima en el concierto internacional. Con respecto a la Uni¨®n Europea, la produccion cient¨ªfica espa?ola alcanz¨® en 1995 una cuota del 6.8%, frente al 3,4% de 1985, lo que implica una tasa anual de crecimiento en el periodo 1985-1995 superior al 11%.

El gran cambio, cualitativo y cuantitativo, se ha producido fundamentalmente en la segunda mitad de la d¨¦cada de los ochenta y los primeros a?os noventa debido a la positiva influencia de programas nacionales de investigaci¨®n que han supuesto un considerable avance en la financiaci¨®n de proyectos e infraestructuras cient¨ªficas as¨ª como en la formaci¨®n de recursos humanos. No obstante conviene recordar que los sistemas cient¨ªficos son intr¨ªnsecamente fr¨¢giles, y que la consolidaci¨®n y mejora de los avances conseguidos requieren, en nuestro pa¨ªs, una intensificaci¨®n del esfuerzo inversor, demasiado alejado de la media de los pa¨ªses de nuestro entorno con los que debemos competir, tanto en el n¨²mero de investigadores en relaci¨®n con la poblaci¨®n activa como en la inversi¨®n econ¨®mica realizada. En estos momentos en los que se especula sobre la posibilidad de alcanzar el 90% de la renta per c¨¢pita europea en la d¨¦cada pr¨®xima, desde el escaso 80% actual, conviene preguntarse si es razonable continuar manteniendo en Espa?a una renta per c¨¢pita en investigaci¨®n que supone un exiguo 30% de la renta europea. Sin duda, la contribuci¨®n de la ciencia y la tecnolog¨ªa a la competitividad y al bienestar de la sociedad espa?ola debe asentarse sobre una base cient¨ªfica consolidada, que no ser¨¢ posible sin un esfuerzo inversor adecuado.