Pastrana asume personalmente el mando de la operaci¨®n de ayuda
A la carrera, convoyes de camiones y helic¨®pteros transportaban ayer miles de toneladas de suministros hacia Armenia, Calarc¨¢ y las otras poblaciones m¨¢s da?adas, tratando de apaciguar y aliviar a ciudadanos que se quejan de la manifiesta incompetencia demostrada por las instituciones del Estado en la soluci¨®n de los grav¨ªsimos problemas causados por el terremoto. Te¨®ricamente, Armenia, con s¨®lo 300.000 habitantes, hubiera debido ser m¨¢s manejable.El presidente Andr¨¦s Pastrana, que asumi¨® personalmente el mando desde la vecina Pereira, y dispuso medidas contra la especulaci¨®n y la malversaci¨®n de las ayudas, design¨® a una sola persona, Luis Carlos Villegas, como cabeza con amplios poderes, de la coordinaci¨®n de las operaciones. La situaci¨®n tardar¨¢ meses en normalizarse. La Red de Solidaridad de la Iglesia Cat¨®lica tendr¨¢ un protagonismo especial en la distribuci¨®n de los alimentos en las zonas de desastre, que ayer registraron dos nuevos temblores. El Consejo de Seguridad de Colombia orden¨® un estrecho despliegue de militares y polic¨ªas para evitar nuevos desmanes. A las 900 personas muertas, y m¨¢s de 3.000 heridas, algunas de gravedad, se suman, seg¨²n las ¨²ltimas cifras oficiales, alrededor de 500.000 damnificados que deben ser atendidos. M¨¢s de un millar de viviendas ser¨¢n demolidas porque amenazan con derrumbarse. Tambi¨¦n ha sido decretada la emergencia m¨¦dica.
Fuentes policiales precisaron que no todos los que han participado en los saqueos eran inocentes, ya que entre ellos hab¨ªa delincuentes habituales y personas sin escr¨²pulos procedentes de localidades no afectadas por el terremoto. El alcalde de Armenia, ?lvaro Pati?o, inst¨® a no agregar nuevas desgracias: "La violencia del terremoto es suficiente. Pido a todos que esperen pacientemente la llegada de ayudas".
Auxilio descoordinado
Para Piedad Correa, Defensora del Pueblo del Quind¨ªo, la culpa la tuvo la ausencia de coordinaci¨®n: no existi¨® un puesto de mando unificado encargado de enlazar las numerosas y complejas operaciones de rescate y asistencia. Nadie quiere asumir ahora las responsabilidades. La Cruz Roja se exculpa: "Recibimos las ayudas y las distribuimos directamente, y lo que hagan otras instituciones es cosa de ellas", dice en privado uno de sus miembros. Algunos atribuyeron parte del caos a la devoci¨®n del presidente, que encomend¨® trabajos determinantes a un sacerdote al que pocos conocen. Las autoridades piden cordura: se afronta una tragedia de proporciones desconocidas. En todos los supermercados del pa¨ªs se pondr¨¢ a la venta una "raci¨®n de la solidaridad" que todos los ciudadanos podr¨¢n comprar y entregar despu¨¦s, en la misma salida del supermercado, a socorristas o funcionarios. Inmediatamente, esos paquetes son cargados en camiones y parten hacia el destruido centro del pa¨ªs. De momento, han llegado 25.000 raciones militares con destino a los damnificados.
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