Un s¨ªmbolo de 12 hect¨¢reas

Un rect¨¢ngulo de suelo de L"Horta Nord junto al mar, con apenas la extensi¨®n que ocupar¨ªan 12 campos de f¨²tbol, se ha convertido en un s¨ªmbolo para la defensa del medio ambiente de la Comunidad Valenciana en general y de los maltratados humedales en particular. Las 12 hect¨¢reas del marjal de Massamagrell, lim¨ªtrofe al de Rafalell y Vistabella (63 hect¨¢reas en el t¨¦rmino de Valencia), constituyen quiz¨¢ una de las zonas h¨²medas que mayor acoso han sufrido en los ¨²ltimos a?os. Por ello, el retraso en publicar el Cat¨¢logo de Zonas H¨²medas que dar¨ªa protecci¨®n definitiva a los h¨¢bitats all¨ª listados se ha convertido en intolerable para los ecologistas. Declarado como suelo urbanizable por el Plan General de Massamagrell desde 1982 y abocado a convertirse en una urbanizaci¨®n desde que el Consistorio aprobara los planes parciales para su desarrollo, las excavadoras acometieron hace dos a?os las labores de desecaci¨®n y aterramiento. Parec¨ªa que iba a ser una m¨¢s de las innumerables zonas h¨²medas del litoral valenciano sacrificadas al desarrollo. Sin embargo, el reciente auto de la sala de lo contencioso administrativo del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), que suspende (hasta una sentencia definitiva) ese plan parcial bas¨¢ndose en criterios conservacionistas, ha terminado de convertir al magro marjal en un s¨ªmbolo para los ecologistas, que ya eligieron este enclave como emblema de su lucha. Quiz¨¢ porque si se lograba salvar un enclave tan f¨¢cilmente despreciable (el Ayuntamiento niega su condici¨®n h¨²meda y la Consejer¨ªa de Medio Ambiente alega que est¨¢ muy degradado y corresponde a suelo urbano) se allanar¨ªa el camino de la defensa de otros humedales m¨¢s vistosos, aunque no por ello a salvo. Enric Amer, de Acci¨® Ecologista Agr¨®, explica que hace a?os se decidi¨® reforzar su defensa vista la proximidad a Valencia y por la enorme presi¨®n urban¨ªstica que sufre un reducto salvaje donde todav¨ªa crecen algunos endemismos vegetales y anidan valiosas aves en peligro de extinci¨®n. En abril de 1996 se constituy¨® la Coordinadora de Defensa del Marjal, cuyos miembros presionaron al ayuntamiento para que acepte el valor ecol¨®gico del humedal, instaron a la consejer¨ªa a que lo proteja, se encadenaron a las excavadoras y encomendaron a prestigiosos expertos estudios objetivos que avalasen los valores del enclave. Un enclave marginado en el todav¨ªa oficioso cat¨¢logo oficial pese a que ¨¦ste incluye al marjal de Rafalell y Vistabella, solo separados por una invisible l¨ªnea pol¨ªtica, la frontera de ambos municipales. A la batalla c¨ªvica, y al tiempo que los partidos pol¨ªticos de la oposici¨®n propugnaban en las Cortes la defensa de Massamagrell, se le uni¨® la batalla judicial. El Instituto de Defensa y Estudio Ambiental (IDEA), asociaci¨®n vinculada a EU, present¨® una denuncia (que ha logrado la paralizaci¨®n cautelar de las obras) por delito ecol¨®gico, urban¨ªstico y prevaricaci¨®n contra el Ayuntamiento. E interpuso el contencioso cuyo reciente auto da ahora alas al movimiento ecologista. De hecho, el auto sustenta el sue?o de salvar el marjal de Oropesa, el Clot de Galvany y hasta la huerta de La punta. Los representantes de los pa¨ªses del Arco Mediterr¨¢neo firmantes del convenio Ramsar que se re¨²nen desde hoy y hasta el mi¨¦rcoles en Valencia tienen en Massamagrell un buen caso pr¨¢ctico para estudiar.