LA ASAMBLEA MUNICIPAL DE PAMPLONA Una iniciativa desafortunada JUAN CRUZ ALLI ARANGUREN
La reuni¨®n de Pamplona constituye, a juicio del autor, un nuevo y grave error de estrategia del nacionalismo en Navarra.El 26 de enero, s¨¢bado, los cargos municipales del PNV de la Comunidad Aut¨®noma Vasca, de la Comunidad Foral de Navarra -muy pocos- y del Pa¨ªs Vasco franc¨¦s decidieron darnos el domingo. De verdad que lo consiguieron. En unos casos porque la propuesta entra en la pol¨ªtica-ficci¨®n por su contenido y falta de apoyo en el marco constitucional e institucional; en otros porque les proporciona jugosa argumentaci¨®n para justificar su discurso inmovilista y excluyente, puramente preconstitucional. Una vez m¨¢s, enhorabuena a todos ellos. La propuesta, no tiene desperdicio por su falta de realismo, al menos en lo que a Navarra se refiere. Mucho m¨¢s cuando se pretende constituirla en Pamplona, municipio capital en el que ni el PNV ni EA tienen presencia en su Ayuntamiento. Y eso a pesar de que los que creemos en la Constituci¨®n les reconocemos derecho de libertad ideol¨®gica (Art¨ªculo 16), a expresar sus ideas (Art. 20), de reuni¨®n (Art. 21), a constituir todas las asociaciones que quieran y quepan en el marco de la legalidad (Art. 22), as¨ª como el derecho de libre circulaci¨®n por todo el territorio nacional (Art. 19). En primer lugar, el objetivo de tal reuni¨®n ser¨¢ estudiar "la conveniencia o necesidad de poner en marcha un ¨®rgano nacional vasco de base municipal", porque se considera al municipio "pieza fundamental de nuestra organizaci¨®n pol¨ªtica" y, "hoy por hoy, la ¨²nica instituci¨®n jur¨ªdico-pol¨ªtica con presencia en los seis territorios vascos". Si tenemos en cuenta la nula presencia municipal del PNV en Pamplona y su escasa en otros municipios no parece muy bien elegido el lugar, salvo que se quiera hacer un alarde partidista y, de paso, molestar a la inmensa mayor¨ªa de los navarros y navarras. Al mismo tiempo que se da argumentos a la nueva generaci¨®n de salvapatrias para una cruzada del nuevo Frente Nacional, porque somos v¨ªctimas de una "invasi¨®n" que justifique las llamadas a la "resistencia" frente a la "ofensiva" pol¨ªtica, econ¨®mica, sindical, cultural, medi¨¢tica, de excursionistas, monta?eros, esquiadores, tripaundis, bebedores, domingueros, etc. Es cierto que el municipio es la base de toda la organizaci¨®n territorial del poder tanto en Francia como en Espa?a, (Art. 137 de la Constituci¨®n Espa?ola), pero cada uno de ellos es una entidad diferenciada con su autonom¨ªa, del mismo modo que lo son los parlamentos y gobiernos de ambas comunidades. Los municipios son, pol¨ªticamente, lo que decidan electoralmente sus vecinos y dada la existencia de distintos ¨¢mbitos de poder auton¨®mico podr¨¢ decirse que son "vascos" los de la CAV, pero los de la CFN son "navarros". As¨ª lo vienen decidiendo los electores y las fuerzas pol¨ªticas que los representan. Por ello no hay, pol¨ªticamente, nada en com¨²n con los de otras comunidades, aunque la instituci¨®n municipal sea la misma en Navarra, en el Pa¨ªs Vasco y en Andaluc¨ªa. Se ha dicho que, a trav¨¦s de los cargos municipales, la Asamblea de Municipios Vascos definir¨¢ el principio de territorialidad vasca como "el logro de unas instituciones soberanas que engloben a los seis territorios de Euskadi". Se concibe dicha asamblea como un medio de "recuperaci¨®n parcial de soberan¨ªa" desde la "voluntad de todos los vascos y de todos los territorios vascos representados en instituciones comunes y soberanas". Si es as¨ª como se ha escrito y le¨ªdo, estamos ante la pretensi¨®n de convertir a una asamblea de municipios, cuyos miembros han sido elegidos para la defensa de los intereses locales, en una asamblea constituyente, en un "¨¢mbito vasco de decisi¨®n", para proclamar y conseguir la soberan¨ªa y la independencia. Nada de ello corresponde a las municipios, ni sus miembros han sido elegidos para ello, ni se consulta a los ciudadanos y ciudadanas de la CAV para comprobar si tienen voluntad de iniciar y sancionar tal proceso, ni se informa del procedimiento y etapas para conseguirlo. Por si todo ello fuera poco, se celebrar¨¢ fuera del territorio de la CAV, en otra comunidad que, mayoritariamente, no comparte tales objetivos, porque su sociedad y fuerzas pol¨ªticas optamos por el proyecto de comunidad diferenciada; cuyos municipios no se han pronunciado y, cuando lo hagan, si quieren, no apoyar¨¢n el proceso ni participar¨¢n en la citada asamblea. El planteamiento niega la esencia de la democracia en cuanto no somete a la libre decisi¨®n de los ciudadanos y ciudadanas una decisi¨®n de tal importancia, sino a un colectivo gen¨¦rico de "municipios vascos", a unas instituciones aut¨®nomas pero s¨®lo para sus propios fines, a las que se convierte en due?as de la voluntad constituyente del pueblo vasco que nadie les ha encomendado. Se olvida que el poder constituyente se encuentra en el pueblo, no en los municipios, y es aqu¨¦l como comunidad pol¨ªtica quien lo ejercita. Por eso el art¨ªculo 1.2 de la CE dice que "la soberan¨ªa nacional reside en el pueblo espa?ol, del que emanan los poderes del Estado". Es tal soberan¨ªa la que ha hecho posible una organizaci¨®n del Estado en el que cabe la autonom¨ªa de las nacionalidades y regiones (Art. 2), as¨ª como el amparo y respeto de los derechos hist¨®ricos de los territorios forales (Disposici¨®n Adicional 1?) y el derecho del pueblo navarro a ejercitar su autodeterminaci¨®n para incorporase a la CAV (Disposici¨®n Transitoria 4?). Constitucionalmente el "¨¢mbito vasco de decisi¨®n" est¨¢ reconocido a su Parlamento y Gobierno en el Estatuto de Gernika, no cabe otro dentro de la Constituci¨®n. El documento deja clara la idea nacionalista de una "voluntad de unidad de todos los vascos y de todos los territorios vascos representado en instituciones comunes y soberanas". La asamblea es el medio para conseguirlo. El medio es incorrecto no s¨®lo en el orden constitucional vigente, sino conforme a los m¨¢s elementales principios democr¨¢ticos. No se puede privar al pueblo vasco de pronunciarse claramente sobre el objetivo de obtener la independencia, por medio de su instituci¨®n representativa que es su Parlamento y con los medios de consulta que garanticen el ejercicio de su libertad democr¨¢tica. Es perfectamente leg¨ªtima la reivindicaci¨®n independentista siempre que se utilicen los medios democr¨¢ticos y se respete la voluntad general, que es la de las personas, no la de los municipios convertidos en la transubstanciaci¨®n de aquellas sin su consentimiento. Sirva de ejemplo la experiencia de Quebec, donde se demuestra la viabilidad de un proceso de independencia frente al resto de la federaci¨®n canadiense, basada en procedimientos tan democr¨¢ticos como los refer¨¦ndum, las decisiones de los Parlamentos, las negociaciones entre los Gobiernos, el pronunciamiento de su Tribunal Supremo, etc. En una sociedad democr¨¢tica avanzada nada est¨¢ escrito de un modo definitivo. Las constituciones prev¨¦n su propia reforma y los modelos de organizaci¨®n pol¨ªtica se transforman. Ahora bien, todo ello siempre dentro de procedimientos democr¨¢ticos e instrumentos jur¨ªdicos que excluyen la violencia y hacen a las personas protagonistas de su destino personal y colectivo. Es, por tanto, perfectamente leg¨ªtimo que quieran "un ¨¢mbito vasco de decisi¨®n", pero ser¨ªa una incongruencia total que no respetaran el "¨¢mbito navarro de decisi¨®n" para que los ciudadanos y ciudadanas de este pueblo act¨²en libremente. As¨ª se lo garantiza la D.T 4? de la Constituci¨®n que unos pretenden ignorar al sustituir la voluntad del Parlamento y pueblo navarros por la de los municipios vascos, y otros eliminar para que ni uno ni otro puedan decidir libremente. Si saben que el camino colectivo navarro no coincide con el suyo, como se viene demostrando, lo prudente es quedarse dentro del espacio territorial de su propio ¨¢mbito y no venir a perturbar y apoyar a los elementos m¨¢s radicales del ajeno. En 1931 iniciaron un proceso similar que fue un fracaso, porque los municipios navarros se separaron del mismo cuando as¨ª lo decidi¨® el carlismo. Hoy es todav¨ªa m¨¢s claro el posicionamiento de la sociedad y las fuerzas pol¨ªticas. Ni los municipios son competentes para lo que se pretende, ni el nacionalismo vasco tiene fuerza pol¨ªtica en Navarra para modificar el deseo colectivo mayoritario de mantener una identidad propia y diferenciada, cuyo pueblo es consciente de su identidad, tiene voluntad de mantenerla y es titular de derechos hist¨®ricos dentro del Estado espa?ol. Por ello rechaza tanto al nacionalismo vasco como al espa?ol, a los que resulta aplicable el lema del Pr¨ªncipe de Viana: "Utrimque roditur". Se trata de un nuevo y grave error de estrategia pol¨ªtica, del mismo alcance que la Marcha por la paz de la transici¨®n democr¨¢tica. Est¨¢ claro que no han aprendido la lecci¨®n. Deben recordar que s¨®lo conquistaron a Navarra cuando formaban parte de las tropas de Castilla. Pero esto ocurri¨® a principios del siglo XVI.
Juan Cruz Alli Aranguren es presidente de Convergencia de Dem¨®cratas de Navarra (CDN)
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