Roger Planchon enmienda la plana a John Huston con su "Toulouse-Lautrec"

Roger Planchon, eminente director teatral franc¨¦s que vuelve a probar suerte en el cine, ha querido, respetuosamente, enmendar la plana a John Huston con su nueva versi¨®n de la vida de Henri Toulouse-Lautrec. El filme trata de echar por tierra la imagen triste que John Huston dio de este pintor en su pel¨ªcula Moulin Rouge, protagonizada por Jos¨¦ Ferrer.

El actor franc¨¦s R¨¦gis Royer no ha debido acabar muy harto de pinturas, museos, tratados sobre arte y biograf¨ªas de Toulouse Lautrec, artista al que da vida en la ¨²ltima pel¨ªcula de Roger Planchon, estrenada ayer en Espa?a. Royer, durante su estancia en Madrid, nada m¨¢s acabar su tarea de promoci¨®n, cruz¨® la calle y se meti¨® en el Museo del Prado porque quer¨ªa ver cosas de Goya y Vel¨¢zquez. M¨¢s tarde tambi¨¦n iba a aprovechar para plantarse enfrente del Guernica, en el Reina Sof¨ªa. Con esta pasi¨®n por los cuadros, su parecido con el artista franc¨¦s y el talento que posee, tampoco extra?a que borde su papel sobre el pintor genial, impresionista y expresionista a la vez, arist¨®crata y contestatario, al que da vida en esta producci¨®n francesa que ha costado 50 millones de francos (unos 1.250 millones de pesetas). Roger Planchon muestra una sospechosa finura versallesca. "Mi filme es mucho peor que el Moulin Rouge de Huston", asegura este pope teatral europeo que lleva montando obras desde 1950 y que ha realizado dos pel¨ªculas, George Dandin (1987) y Louise, enfant roi (1993), aparte de la estrenada ayer. "Pero su visi¨®n del personaje era mentira", dice, eso s¨ª, con todos los respetos hacia uno de los cineastas, dice, "que m¨¢s admiro".

Pero Planchon, que junto a R¨¦gis Royer ha realizado un trabajo de aproximaci¨®n al personaje mucho m¨¢s fiable que el que hicieron Huston y Jos¨¦ Ferrer, se explica: "Lautrec era un gran optimista, una persona que amaba la vida, la juerga, las mujeres y el placer". Todo lo contrario al triste y amargado que compuso Ferrer y que ha quedado como un t¨®pico dif¨ªcil de combatir entre el gran p¨²blico. La publicidad de los carteles que anuncian el filme de Planchon lo deja claro: "Toulouse-Lautrec, un hombre alegre, un pintor revolucionario".

"Un vitalista"

Otra mentira m¨¢s, Lautrec, pr¨ªncipe de Albi, rico heredero de una estirpe aristocr¨¢tica, cuando muri¨® sifil¨ªtico, alcoholizado y demente, contaba apenas treinta y seis a?os, mientras que Ferrer, cuando le interpret¨®, pasaba de los cincuenta. Pero eso quiz¨¢s es un detalle con poca importancia, lo grave es que Huston echara por tierra su car¨¢cter positivo, su actitud art¨ªstica iconoclasta, su amor por los amigos, sus dotes de pendenciero, y mostrara con ambig¨¹edad la compasi¨®n que sent¨ªa por el g¨¦nero humano, tal y como ense?an sus pinturas. Lo dice Royer: "Lautrec era un vitalista y ten¨ªa un gran aprecio, una actitud tierna hacia los seres que pintaba. Una de mis escenas favoritas es cuando come junto a las putas de un burdel y las dice entre plato y plato: "son ustedes bellas, se?oras".