Aislamiento en el castillo
Los tel¨¦fonos port¨¢tiles enmudecen a medida que uno se acerca al castillo de Rambouillet, bien guardado desde ayer por cientos de polic¨ªas y por un dispositivo militar que cuenta con helic¨®pteros, radares y reflectores antia¨¦reos. Al aislamiento f¨ªsico impuesto a las delegaciones reunidas en el mismo castillo de Rambouillet, los organizadores han a?adido una barrera electr¨®nica, que impide comunicarse con ellos por las v¨ªas convencionales. Todo parece pensado para evitar las interferencias, para impedir que las partes beligerantes se sirvan de la conferencia de paz para maniobras propagand¨ªsticas. El mismo m¨¦todo Dayton -obligar a negociar bajo la amenaza en un escenario austero, incluso inc¨®modo, que no permite la libertad de movimientos- se refleja en la sala de prensa habilitada para los medios de comunicaci¨®n. Conocida la capacidad organizativa francesa y su disposici¨®n a facilitar t¨¦cnicamente el trabajo de la prensa, s¨®lo puede pensarse que la austeridad es deliberada. El espacio preparado como sala de prensa es en realidad una sala de fiestas sin tel¨¦fonos, enchufes y sin mesa, cuya principal virtud es la de proteger a los informadores de la lluvia y del fr¨ªo. Dos centenares de sillas componen todo el mobiliario aunque hay, eso s¨ª, una pantalla que ayer reprodujo las im¨¢genes tomadas a la entrada del castillo y que fue la que permiti¨® a los informadores destinados a la conferencia de paz comprobar la llegada del presidente Jacques Chirac y de las delegaciones serbia y albanesa al castillo de Rambouillet y seguir tambi¨¦n el discurso inaugural del jefe de Estado franc¨¦s. Las numerosas televisiones presentes obtuvieron sus im¨¢genes del castillo gracias a la visita guiada que tuvo lugar la v¨ªspera.
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