Gracias a la m¨²sica
Juan de Pablos cumple 20 a?os con "Flor de pasi¨®n", un cl¨¢sico del pop radiof¨®nico
El 23 de enero de 1979, Juan de Pablos emprend¨ªa una aventura a vida o muerte. Se llamaba Flor de pasi¨®n. Era una hora de pop en Radio Espa?a FM y de su ¨¦xito iba a depender tener un mel¨®mano apasionado o un agr¨®nomo frustrado. Veinte a?os despu¨¦s, reciente a¨²n el homenaje que durante dos d¨ªas le han rendido sus fieles oyentes en la sala Siroco, este cacere?o, afincado en Madrid desde 1966, reconoce que ese programa, uno de los cl¨¢sicos de la radio espa?ola con dos d¨¦cadas en antena, fue el madero que le salv¨® de una existencia gris. "Llevaba dos a?os sin pisar la radio y pensaba que se hab¨ªan olvidado de m¨ª. Estaba amargado, porque era una ¨¦poca alucinante, con la revoluci¨®n del punk, y yo ah¨ª, con un palmo de narices. No s¨¦ c¨®mo pude sobrevivir a ese trauma. Flor de pasi¨®n llegaba a vida o muerte. Sali¨® bien, y desde entonces ya he sido de una sola pieza". El nombre del programa, tomado de una canci¨®n de Stoneground, resume lo que ha sido la m¨²sica en los 48 a?os de vida de este hombre, que lleva pegado al micro desde hace m¨¢s de veinte. Su adolescencia transcurri¨® a golpe de radio. Fiel al Vuelo601 de ?ngel ?lvarez -"era una necesidad y una adicci¨®n escucharle"- y al Gran musical, en 1967 le lleg¨® la hora. Un concurso le permiti¨® formar parte del jurado del Gran musical, y ¨¦l, que se mov¨ªa y se mueve por mitos, tuvo ocasi¨®n de compartir mesa con uno de ellos: Tom¨¢s Mart¨ªnez Blanco, el director del programa. "Era una pasada, porque nos reun¨ªamos con ¨¦l y seleccion¨¢bamos los discos de importaci¨®n. Mis elecciones no ten¨ªan mucho ¨¦xito. Todo lo que escog¨ªa era un fracaso comercial, pero eso a ellos les serv¨ªa de referencia".
El micr¨®fono fue un revulsivo contra la timidez y la inhibici¨®n que siempre ha arrastrado y que hoy todav¨ªa conjura invocando los recuerdos, los autores, las canciones que han jalonado su existencia. Entonces se embala, los ojos redondos parecen querer salir de las gafas, la bufanda se resiste a estar enroscada al cuello y las palabras se traban en su borboteo incesante. "El Gran musical fue una ¨¦poca legendaria. Se hac¨ªa en directo, y yo estaba all¨ª, mano a mano con Carmina P¨¦rez de Lama, con los grandes". Adem¨¢s, pod¨ªa ver a los reyes del momento: Los Mustang, Los ?ngeles o sus amados Brincos. "Descubrirlos para m¨ª fue una revoluci¨®n mayor que descubrir a los Beatles. Ahorraba duro a duro para sus singles".
La experiencia dur¨® tres meses, y luego el par¨®n, hasta que en el 69 se convirti¨® en "el reportero dicharachero" de la revista El Musical, donde conoci¨® a Manolo D¨ªaz, otro de sus mitos, al que califica de "F¨¦nix de los Ingenios". En el 72 tuvo la suerte de coincidir con Moncho Alpuente, que compart¨ªa mili con un amigo suyo, Manuel Dom¨ªnguez. Los tres presentaron a Radio Espa?a Ozono, un programa de "m¨²sica para respirar con mucho country-folk-rock". Con el mismo entusiasmo que se embarcaron en la aventura, Alpuente y Dom¨ªnguez la abandonaron. "Me fui quedando solo, y en el 75 ya pongo lo que me da la gana: Los Salvajes, Los Mustang, y sobre todo a Fran?oise Hardy y France Gall". Las dos francesas desde entonces le han acompa?ado siempre, a pesar de que en la actualidad diversifica m¨¢s los temas. "En los setenta y los ochenta hab¨ªa canciones que te duraban una estaci¨®n. Ahora ya no, porque, por las leyes de la combinatoria, parece muy dif¨ªcil hacer algo nuevo. Todo lo que escucho siempre me recuerda a algo o alguien". Los noventa, asegura, es la d¨¦cada m¨¢s pobre, creativamente hablando.
Cuando en el 76 se acab¨® Ozono, De Pablos volvi¨® a su eterno recurso: la carrera de agr¨®nomos, que languidec¨ªa por culpa de la radio y de su falta de vocaci¨®n. Afortunadamente, Flor de pasi¨®n le rescat¨® tres a?os m¨¢s tarde, en enero del 79. Desde entonces, aunque en diversas emisoras y en distintos horarios, no ha faltado a su cita diaria con sus fieles, salvo entre 1985 y 1986, cuando salt¨® a televisi¨®n con Carlos Tena para hacer A uamba buluba balambamb¨². En el plat¨® se esfum¨® una vez m¨¢s su timidez, los focos le cautivaron y adem¨¢s pudo entrevistar a su querida Fran?oise Hardy. De ese encuentro tan s¨®lo revela: "Me pareci¨® clavada a Mick Jagger".
Judy Collins, Dylan, los Birds, Los Brincos, los Beatles, Vainica Doble, C¨¢novas, Alonso, Rodrigo y Guzm¨¢n, Fran?oise Hardy, France Gall. Todos integran ese universo en el que De Pablos sumerge d¨ªa a d¨ªa a sus oyentes desde Radio 3. Un abanico amplio -"soy conservador porque me gusta disponer de muchas bazas y no desde?ar nada"- en el que no encuentra hueco, por ejemplo, el rap. "Soy absolutamente refractario, y eso me preocupa, me hace sentirme viejo porque el fen¨®meno est¨¢ ah¨ª, pero s¨®lo puedo contemplarlo desde fuera". Pero hay otros s¨ªntomas de que De Pablos es un bicho de otro tiempo, de que se ha convertido en una especie de amanuense de la radio. La presencia del ordenador es incompatible con la suya en el estudio. D¨ªa a d¨ªa coge los zurrones de tela que hace a?os le cosiera su madre y guarda los discos que emitir¨¢ cada madrugada Flor de pasi¨®n. Hace a?os los contaba, hoy es imposible. A finales de los sesenta ten¨ªa 300 singles, 100 elep¨¦s y 200 de cuatro temas. "Ahora son miles y miles, un d¨ªa los discos me echar¨¢n de casa". Son, en su mayor¨ªa, vinilos. Los compactos le producen un rechazo que tiene mucho de nostalgia. "El cambio del vinilo al disco compacto ha sido un trauma", dice. Reconoce modestamente que aspira llegar a las bodas de plata con Flor de pasi¨®n. Su audiencia logra a¨²n conmoverle, porque siempre hay alguien que le recuerda el camino que le queda por andar. Es el caso de Carlos Nebulosa, un oyente con el que mantiene una relaci¨®n casi adictiva. "Es un joven que hace maquetas en su casa exclusivamente para que yo las ponga. Ni siquiera me las sube al estudio, las deja en conserjer¨ªa. No se deja ver, est¨¢ en la nebulosa. Me ha ido cautivando poco a poco y ahora me resulta imprescindible. Llego a la emisora con la ilusi¨®n de ver si hay o no nueva maqueta suya". ?se es uno de los secretos de la longevidad de Flor de pasi¨®n.
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